Cada vez soy más consciente de esas cosas que
suceden sin saber por qué. Y las acojo. Y no les doy la vuelta. Simplemente suceden. Por algo será, pienso.
Hoy estaba buscando una información y me he
encontrado con algo que YO escribí hace poco más de cuatro años. Y me he
emocionado, máxime tras lo que está sucediendo últimamente relacionado con esta
elección de vida mía.
MI formación como DOULA fue lo que fue, y a día de hoy sé que algunas cosas no correspondían, pero ante todo -y eso no puedo olvidarlo- fue una etapa muy
importante en mi vida. Posteriormente han pasado más cosas, más formaciones, muchas experiencias, más desengaños y muchas nuevas ilusiones…
Pues eso, que voy a ponerlo aquí…
“Tras
terminar mi formación como Doula y al llegar a mi casa, cansada pero muy
satisfecha después del último seminario, decidí escribir esta carta a las
mujeres que han estado cerca de mí: a mi madre, a mis hermanas, a mi hija, a mi
nuera y a mi psicóloga. Todas las que me han apoyado desde el
primer momento y han compartido mis ilusiones. A ellas, porque forman parte de
mi historia.
“Queridas
hermanas en la Vida, puesto que formáis parte de mi más próximo circulo de
mujeres, quiero compartir con vosotras el resultado de mi experiencia.
Recién
he terminado mi formación de DOULA y todas sabéis lo que para mí ha significado
poder hacerla. Siento que he rejuvenecido, siento que estoy llena y empoderada…
siento la grandiosidad y la generosidad del destino para conmigo ahora que
estoy en plenitud, ahora que lejos de acomodarme en la decadencia de la edad,
recibo y acepto nuevos aires de vida.
Han
sido nueve meses -un embarazo- y por fin se ha producido el nacimiento: una
mujer con una mochila vacía de antiguas historias pero llena de nuevo proyectos
e ilusiones. Durante nueve meses he estado rodeada de mujeres con las que he
bailado y he saltado, he reído y he llorado, he compartido intimidades, he dado
besos y abrazos. Y he recibido muchos de ellos.
He
llegado hasta mi propia fecundación, hasta mi propio nacimiento… y he sufrido
en unas carnes que comienzan a estar ajadas, todo el miedo que percibe un ser
encarnado recién nacido. He conectado con un dolor profundo, un dolor físico
que atenazaba mi pecho… el gran DOLOR de mi vida. He conectado con el MIEDO que
tantos años me ha paralizado. Pero he aprendido a mirar a la Vida a la cara, a
acoger lo que me ha enseñado esta formación, a saber que soy capaz, a saber que
puedo hacer lo que quiera…
He
terminado de sanar a mi niña herida para dar paso a la mujer renacida. He
parido mis miedos, he recuperado un parto físico… el que ahora sé que me
hubiera gustado tener. He recuperado mi fuerza de mujer, mi sensualidad, mi
poder femenino… He escuchado confesiones tristes de hijas sin madres en su
esencia, de madres que quizás no escuchen a sus hijas... He percibido mucha
ternura, he recogido mucho Amor de personas que apenas me conocían, palabras de
reconocimiento, de confianza. He recibido mucho agradecimiento por parte de
personas que con sólo escucharnos y abrazarnos, han tenido suficiente… un
agradecimiento que tanto tiempo he necesitado y que ahora estas mujeres que
apenas me conocen me han regalado.
Son
tantas las sensaciones vividas, tanto lo compartido que en unas letras es
imposible de plasmar, porque han sido no en vano nueve meses profundos de
cansancio físico, de cansancio emocional… de dolores de cabeza, de ganas de
vomitar… Ha sido tiempo de reflexión, de interiorización, de sacar trastos
viejos, de cerrar heridas, de abrir canales, de DAR y de RECIBIR ¡Tanto!
En
muchas de las ocasiones os he tenido presentes, a cada una de vosotras por un
motivo. ¡Cuánto me hubiera gustado compartir ciertos momentos! Por eso quiero
hacerlo en la medida de lo que puedo a través de mis palabras, estas emociones
que me han oprimido el corazón y que ahora, finalmente y poco a poco voy
integrando.
Ahora
espero que de nuevo la Vida sea generosa conmigo y me permita llevar a la
práctica estos anhelos míos y poder acompañar a otras mujeres en la llegada de
sus hijos al mundo, a través de esta nueva Vida que se ha abierto en mí tras
este parto. Sé que debo hacerlo y que estoy preparada… y que esperaré
ilusionada el momento.
Gracias
por escucharme queridas, gracias por haber estado ahí. Cada cual a su manera,
cada cual con su especial presencia… por haber confiado en mí. Sin vuestro
apoyo quizás no hubiera sido tan fácil. Gracias por pertenecer a mi GRAN
CÍRCULO DE MUJERES.
Con
Amor.
CONCHA
(hija, hermana, madre, madre-suegra, tía, abuela, amiga…)”
Publicada en el blog de Doulas de Alicante el día
1 de julio de 2010
Comentarios
Publicar un comentario
Dime tu OPINIÓN, por favor, me interesa y mucho
Si no usas ninguna cuenta, ELIGE la opción Nombre/URL, luego ESCRIBE tu nombre o nick y deja en blanco URL.
Dale a continuar, escribe tu comentario, pincha en PUBLICAR un comentario...
Gracias.