Amor de tía



Siempre pensé que el mejor alimento para un bebé es la leche de su madre.  Y estoy convencida de que, salvo algunas excepciones (muy pocas) todas las madres pueden criar a sus hijos con su leche.  Esta es la historia de una sobrina mía a la que quiero como a una hija, quien tras un aumento de pechos amamantó a su hijo durante 18 meses.  Y éste fué mi reconocimiento.


"Este es un homenaje a mi sobrina Y. a la que quiero como si hija mía fuera. Por circunstancias, siempre he estado cerca de ella, a pesar de que la vida en un momento nos aleja más de lo que nos gustaría.
Y. es una chica alta, con buen tipo, atractiva y simpática, que en su día se implantó unos bonitos pechos de silicona. A sus 31 años decidió tener un hijo y desde el primer momento tuvo una idea fija: amamantarlo.
Empezó a recabar información sobre la lactancia materna con implantes en los pechos y también a través de SINA. Incluso habló con su cirujano plástico con el que mantuvo una pequeña diferencia al no comprender él  su empeño en alimentar a su hijo.  Una vez comprobado que no le había cortado los conductos por los que pasa la leche y con el resto de información obtenida, empezó a relajarse y su alegría fue grande al comprobar que sus pechos empezaban a segregar calostro.
Quería para su hijo un nacimiento natural, fue decidida y animosa,  y el día 6 de enero de este año tuvo el mejor regalo de su vida: en Beniarbeig y tras un parto lento en el que estuvo en todo momento consciente de lo que estaba viviendo,  con el apoyo de otra hermana mía que le sirvió de doula y el cariño del padre de su hijo, nació U.
Desde el primer minuto de vida que se lo puso al pecho hasta ahora, el niño mama de manera perfecta.  Lo alimenta según él le demanda y crece sano,  precioso. Ella tiene mucha leche,  no ha tenido ningún tipo de molestia en sus pechos y está muy feliz. Por ella y por su hijo.
Su tenacidad y su valentía la han llevado a  conseguir lo que quería: amamantar a su hijo. Y quiero que sirva de testimonio para las madres que piensen en algún momento que, por alguna razón, “no pueden” alimentar a sus hijos: todas las madres pueden hacerlo si lo desean desde su amor.
Siempre que puede, asiste a las reuniones del grupo de apoyo de SINA en Paterna y está en contacto con otras madres lactantes para intercambiar experiencias.
Va por ti, Y. Eres una luchadora, otra madre coraje. Por muchas cosas más y por esto,  te quiero".

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