“La decepción es un sentimiento de insatisfacción que surge cuando no se cumplen las expectativas sobre un deseo. Se forma en unir dos emociones primarias, la sorpresa y la pena. La decepción es subjetiva porque depende del resultado esperado de un acontecimiento. Cuando la decepción afecta a las personas, se cambia la imagen mental que se tenía de ellas…”

Hoy, tras unos días de reflexión, he llegado a la conclusión de que es así como me he sentido por una situación muy concreta acaecida en mi entorno. Y sabiendo que la responsabilidad es sólo mía, acepto (no me gusta sentirme culpable) que las cosas todavía me pasan por ser demasiado confiada.
Por creer que todo el "mundo es bueno". Porque como dijo Plutarco: "No basta que la mujer del César sea honesta; también tiene que parecerlo".

Y por lo visto, estas cosas suceden a menudo en el mundo de la red, entre las "amistades virtuales". Así, como poco experta, yo he pagado mi novatada, he pagado con creces el ver ilusiones donde la realidad era fruto de un espejismo.
Pero como después de la tempestad siempre viene la calma, pasado el momento puedo “razonar” que quizás los hechos suceden para que me dé cuenta ¡otra vez! de que no puedo confiar tan alegremente en unas palabras plasmadas en un papel, o en la pantalla de un ordenador. Y evocando a mi Amiga Carmen, experta en estos temas, aprendo a quitarle importancia a los hechos.
Y otra vez acepto la enseñanza, porque de eso se trata. Saber que todo pasa por algo, aceptar que cada hecho tiene como consecuencia una moraleja. Y aunque como persona me vuelvo a sentir dolida, acepto que pueden tratarse de quimeras mías… y lo que percibo como un sitio acogedor, reducido y privado, no deja de ser eso: un espacio virtual más.
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ResponderEliminarAinssss, acababa de escribir un testamento y no sé qué he hecho que se me ha borrado...
ResponderEliminarDecía que lo que yo he aprendido a lo largo de mi "dilatada experiencia" ;) es que Internet es como una cafetería acogedora. Allí puedes tomarte algo, charlar...desconectar...y conocer gente. Pero para que alguien a quien conoces en una cafetería se convierta en tu amigo tiene que salir de allí, entrar en tu casa, compartir otros espacios, mantenerse a lo largo del tiempo... Internet nunca puede ser "tu casa", ni es real la aparente "desnudez", o ese "ir en zapatillas" hasta que como digo se comparte a lo largo de mucho tiempo, o en otras situaciones. Al menos eso es lo que yo he vivido. Y lo he vivido a través de varias decepciones como la tuya.
Por eso he asistido al acontecimiento que describes desde lejos, pues no me había imlicado tanto y por tanto no me ha afectado. Pero siento profundamente que haya acabado así y de entrada siento que haya sucedido.
Sólo una cosa: no es malo confiar en la gente. La gente es buena. Incluso cuando hace daño lo hace desde su verdad. Y lo que se gana confiando en todo el mundo es mucho mayor que cualquier decepción que podamos llevarnos de vez en cuando. No pierdas eso, Concha, consérvalo siempre, confía siempre en la bondad que todo ser humano lleva dentro por el mero hecho de serlo.
A ver si ahora lo publico, leñe.
Abrazos enormes, largos y estrechos.
Me siento muy identificada con lo que has escrito Concha, precisamente por el mismo hecho. Lo que dice Eowyn es verdad, la gente en general es buena, o por lo menos intentamos serlo. Aunque el ser humano es egoísta por naturaleza. Yo no soy excesivamente confiada, pero en este caso, novatilla que es una, pues sí que me había confiado e ilusionado. Como bien dices, ahora se abre una nueva perspectiva de los mundos virtuales.
ResponderEliminarSeguiremos navegando, pero con el primer curso de patrón de yate ya terminado.
Gracias corazones. Por vuestro sincero comentario. Añado, además, que precisamente mi lección ha sido ésa: no culpabilizar, no juzgar, dar la importancia que merece y seguir adelante.
ResponderEliminarQuien haya caído por el camino, se levantará. Así es la Vida: caminar, tropezar, caer... y seguir andando.
Con Amor