Caminando



Son las 9:45 horas de la mañana y salgo a la calle para hacer algunas gestiones. El día es luminoso y ventoso, como decimos por aquí “hace día de Fallas”. La zona donde vivo está rodeada de parques y jardines, y decido ir caminando ya que siempre que puedo evito coger el coche, incluso el transporte urbano y así aprovecho para andar.
Emprendo el camino cruzando por uno de los parques y voy despacio, siendo consciente de mi respiración, observando, sin prisas…

Y una imagen se ha quedado grabada en mi retina. En una zona de césped había un perro blanco sentado majestuosamente. No entiendo mucho de canes, pero por su porte parecía un galgo. Su hocico afilado miraba al sol y éste hacía brillar el verde del suelo. El animal estaba rodeado de palomas que revoloteaban y se posaban cerca de él que impasiblemente las miraba.
Entonces he pensado “ahora se levanta y comienza a correr tras ellas”. Me he quedado un momento parada, observando… y el perro ni se ha movido, sólo las miraba impertérrito.
Me ha resultado un momento mágico. Vaya tontería… ¿no?

He proseguido mi camino. En un termómetro marcaba 20º a las 10:30 horas. Hoy va a hacer calor. Con el chaquetón en la mano he llegado a mi destino.
Y ahora, mientras me atienden, escribo estas palabras. De nuevo me siento agradecida por poder pasear tranquilamente bajo el sol, por darme cuenta de lo fácil que resultaría vivir si diera a las cosas el valor que tienen en su justa medida.

Teniendo en cuenta lo revuelto que anda nuestro planeta a consecuencia del abuso de poder en sus distintas caras (casi siempre es por lo mismo), un pequeño hecho intrascendente como éste, puede ser lo que me aporte cierto sabor dulce a lo cotidiano.
Porque vivir el momento disfrutando y seguir caminando hacia adelante sin mirar atrás es,  en estos momentos,  el sendero que me he marcado.
Que  lo consiga o no… eso es otra cosa.




Comentarios

  1. Es importante poder valorar las cosas como se merecen.

    Un beso

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  2. Menos mal que es así. Porque al final la vida no la forman los momentos grandes, importantes o trascendentales, de los que hay media docena en cada biografía, sino el día a día,lo cotidiano. Aprender a "estremecerse" con lo cotidiano es aprender a vivir.

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  3. Valorar las cosas y disfrutar de lo cotidiano... algo a tener en cuenta.
    Gracias, corazones.

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