Mi mascota



Os presento a Filomena.  Ella es mi mascota.

Hace algunos años que nací en casa de mis abuelos.  Era un piso en la ciudad, una casa grande que contaba con seis habitaciones amplias, salón, cocina grande, pasillo y recibidor, cuarto de baño grande y completo, un aseo.  Todas las estancias en torno a un gran patio de luces interior. Todavía la recorro en mis sueños porque allí pasé mi infancia hasta que, cuando yo tenía 10 años, mis abuelos se cambiaron de vivienda. Demasiado grande para ellos solos.
En  esta  casa, una de mis  diversiones  -entre otras muchas- era recorrer agachada por los pasillos, por las salas,  buscando a la tortuga de mi abuela.  Era una mora (Testudo graeca), y se llamaba Filomena.  Recuerdo darle de comer hojas de lechuga y judías verdes. Y los bocados que marcaban su huella en las hortalizas. Al cambiar mis abuelos de vivienda, no sé que hicieron con la tortuga.  Muchos años después, aún me lo preguntaba.

Siempre les había contado a mis hijos mi ilusión por este animal. Ellos saben que me gusta todo bicho viviente (¡excepto las cucarachas!) y por no tener obligaciones, nunca hemos tenido animales en casa. Bueno si, algún que otro hámster cuando los niños eran pequeños. Como decía, ellos sabían mi admiración y mi recuerdo por aquella Filomena que paseaba tranquila por el pasillo y yo perseguía para darle su trozo de tomate…

Guiada por mis intuiciones, que cada vez me fallan menos y cada día se confirman más, el día de Reyes de hace tres años, supe que tendría una tortuga.  Y así fue.
Mis hijos buscaron por tiendas especializadas de animales, al fin la encontraron y la compraron. . Tendrá ahora unos 13 años y es una hembra. Ésta es una Chelonoidis carbonaria que se ha adaptado perfectamente a mi vivienda. Le hemos preparado un espacio para ella, muy de ir por casa, pero eso es lo que ella quiere… deambular por todos los sitios, y yo la dejo.  Como mi abuela dejaba  a su Filomena.

Ahora son mis nietos quienes disfrutan con ella, quienes al venir a verme la buscan… y en mi cara se dibuja una sonrisa, como cuando era yo la niña.

Comentarios

  1. Es una bonita forma de legar a los nuestros lo que en su día nos hizo felices. Yo creo que convivir con animales es una manera preciosa y directa de responsabilizarse y valorar toda la vida que nos rodea, no solo la humana. Abrazos.

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  2. Estoy de acuerdo. También los animales nos enseñan, nos muestran su instinto. Pura supervivencia.
    Gracias por tu visita, Eowyn.

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  3. Filomena es una gran tortuga... jejeje no habla pero tiene muchas cosas que aportar!

    besitos

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