Desintoxicación


¿Se nos ha ocurrido pensar cómo sería la vida sin este aparato llamado ordenador, con todo lo que nos proporciona y que nos tiene, más que menos enganchados de forma absurda?

No hace falta ir muy atrás, al menos en mi caso. A pesar de que ya poseíamos ordenador por motivos de trabajo y por tener un hijo universitario, hasta hace poco no teníamos Internet. Reconozco que en mi casa entró bastante más tarde que en muchos hogares de gente que conozco, más tarde de lo que se consideraba lo normal. Aún así, apenas sin darnos cuenta, nos hemos subido a este tren y ahora casi forma parte de nuestras “necesidades”.


Estos días de Pascua, hemos aprovechado para irnos al pueblo sin él. Sin Internet y sin ordenador. Hemos querido hacer una cura de abstinencia, una “limpieza” de mente.  Y ha sido bastante más fácil de lo que podría parecer. Y desde luego, muy gratificante.

A pesar de que el tiempo ha sido muy inestable y no ha parado de llover, las horas en la casa han pasado lentas y tranquilas. Volver a ocupar el tiempo disfrutando de los hijos y de los nietos, jugando a las cartas en familia, observar cómo transcurrían los minutos mientras leíamos un libro tranquilamente.  Pasar un rato charlando con las primas, que ya también acuden con sus hijas y con sus nietos. Tomar café con los amigos y seguir charlando. Y no es que todos estos placeres habían desaparecido de mi vida, sino que los hacía de manera más apresurada… por correr a ver los correos, por contestar a quien había escrito, por entrar en un foro, por visitar un blog…

Es como si hubiera hecho una desintoxicación. Me he  distanciado de algunas cosas que me tenían demasiado enganchada, he podido desconectar de historias y de realidades que no dejaban de ser virtuales… me he dado una tregua.

Y entiendo que he necesitado desconectar… para reconectarme. Y ha estado bien. Muy bien. Y ahora, de nuevo, bienvenidos.  O bien hallados…


Comentarios

  1. Todos los cauces de la comunicacion son buenos, pero ninguno puede suplir el encuentro cara a cara, persona a persona...sin ese encuentro en el que "nutren" los demás las relaciones acaban siendo espejismos.
    Una reflexión estupenda...
    (Por cierto: te has subido al tren de los cambios de look blogueriles, ¿eh? ¡Bienvenida al club!)

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  2. Estoy de acuerdo, saber encontrar la justa medida... esa es la cuestión.
    Gracias por tu opinión.

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  3. Que bonito el nuevo look Concha!! Fresco, primaveral
    Yo me considero en éste momento, absolutamentte incapaz de "desinfoxicarme" . Estaría como perdida y reconozco lo artificial.
    Todo un tema, parece que tengo puertos USB en lugar de dedos.
    Ordenador de sobremesa y portátil, megamóvil con Internet, tablet.
    Incluso una cámara que se conecta y sube tus fotos a la nube.
    Todo lo conectable está conectado, en un Uno amasijado de cuantos de energía con éste mundo loco.
    Pero ¿Y el ser humano? ¿Y la reflexión?
    Intercambiamos opinión, enseñanza y aprendizaje, idiomas, conección, apoyo, información, productividad, novedades, sentimientos.
    Mi generacioón y la descendiente presentamos mutaciones a cyberbío.
    En mi caso, sólo durante el tiempo que me deja libre el piel a piel con mis hijos. No quiero convertirme en bot!!
    Aunque la novedad y la evolucion brillan y tientan.
    Un beso.

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  4. ¡Me gusta que te guste! (la imagen primaveral)
    En cuanto al mundo ciber... pues no sabes lo bien que se queda una cuando consigue desconectarse. Recuperas energías perdidas en este banal empeño.
    Inténtalo algún día... y me cuentas.
    Abrazos.

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