Explicación personal a la teoría del desdoblamiento.


Mi amigo Alberto Más, ha respondido al artículo anterior con esta explicación.  Él es licenciado en Física, Catedrático en Matemáticas, compañero de caminos y senderos… y muchas cosas más.  Sus palabras, me merecen mucho respeto.
Gracias Alberto, es un placer contar contigo como lo haces, de forma incondicional.


"Concha, antes de dar opinión, una reflexión previa: aunque el concepto “ciencia” no se puede establecer hasta el siglo XVIII, en toda época el hombre ha intentado explicarse lo que percibe que casi nunca ha dejado de llamar “realidad”.  Pero pocas explicaciones se han mantenido inalterables a lo largo del tiempo. Esa constatación no ha impedido que en nombre de la “ciencia” se hayan cometido injusticias, se hayan ninguneado a los que consideraban nuevas concepciones que luego han resultado científicas, e incluso han sido víctimas de violencia.
En el siglo pasado hubo en física una serie de experiencias que bajo el punto de vista “humano” eran poco comprensibles.

Uno fue el experimento de Michelson Morley, que pretendiendo obtener un resultado, su “fracaso” condujo a la teoría de la relatividad. En forma muy simple se puede explicar: Imagina un tren que se mueve a treinta kilómetros por hora y un pasajero se desplaza en el sentido del tren a cuatro por hora, si hay un observador parado percibirá que la velocidad del pasajero es treinta y cuatro, pero si el viajero se desplaza en sentido contrario sería veintiséis. Parece lógico ¿no?.  Lo que resultó fue que si el viajero fuese la luz, la velocidad que percibe el observador ERA LA MISMA. Difícil de entender ¿no?. Para explicar esto se introdujo la teoría de la relatividad con el concepto de diferentes tiempos locales, es decir no es el mismo tiempo para el que se desplaza, que para el que está observando y de ahí por una extensión nada probada, todas esas consecuencias del envejecimiento distinto, de que el tiempo no transcurre igual…..
Otra consecuencia de ese tiempo local fue considerar el tiempo como una coordenada más, por ejemplo, cada uno de nosotros en unos ejes imaginarios tenemos una posición dada por tres números. Al considerar ese tiempo local, habría que añadir una más, el tiempo, aunque eso sí, esa coordenada para nosotros siempre evoluciona en un sentido, sin que hasta el momento se atisbe nada serio que permita hacerlo reversible.

Otra experiencia fundamental fue la que en tu entrada menciona como dualidad onda corpúsculo. La materia estaba “clasificada” en corpúsculos (bolitas en sentido intuitivo, con masa) y ondas, (energía sin masa) que pueden atravesar la materia, como la luz o el calor. Todo muy clarito, hasta que se hicieron experiencias en que algo considerado partículas como electrones se comportaban como ondas al atravesar delgadas láminas de metal y por otra parte los haces de luz se curvaban por efectos de cuerpos celestes como si tuvieran masa, eso condujo a que lo de ondas y corpúsculos no eran categorías dispares, y se introdujeron conceptos como ondas electrónicas (microscopio electrónico) o partículas de luz, fotones.

También se demostró que los estados de energía no son cualquiera sino que son determinados y eso condujo a los cuantos. También el principio de indeterminación que establece que no se puede determinar exactamente y de forma simultánea la velocidad y posición de una partícula, sino que cuanto más preciso es uno, menos podemos determinar el otro.

Hay que reconocer que bajo nuestra “experiencia diaria” es difícil de entender todos los resultados anteriores. A mí me viene a la memoria algo que me contaban, dentro de mi formación cristiana, de San Agustín: contaban que iba un día por la orilla del mar pensando en el misterio de la Trinidad y apareció un niño con un pozal de playa y le dijo si le podía meter el agua del mar en ese pozal, San Agustín se quedó extrañado y le dijo que era imposible, el niño le contestó que más imposible era que pudiese entender el misterio de la Trinidad. Salvando las distancias y sustituyendo la Trinidad por la realidad o mundo exterior , la naturaleza o como lo queramos llamar , ese episodio ha sido objeto de reflexión para mí.

Si nos limitamos a tomar como realidad lo que perciben nuestros sentidos, (dejando aparte que a veces nos “engañan”) ésta será muy limitada, nuestros ojos sólo perciben un intervalo muy limitado de longitudes de onda, hay animales que perciben el calor, por ejemplo,… Nuestros oídos lo mismo de lo mismo, y para qué hablar de nuestro olfato, ¿cómo sería nuestro  concepto del mundo si tuviésemos el olfato de los perros o la visión nocturna de algunas aves? Eso sin hablar de algunos sentidos que ni percibimos ¿cómo se orientan las aves en las grandes migraciones? ¿Tienen GPS? ¿Por qué los murciélagos sin ojos no tropiezan con obstáculos?

Para superar en parte  esas limitaciones se han elaborado bajo distintas premisas la filosofía y las matemáticas, me voy a referir a estas últimas. Las matemáticas han elaborado modelos y estructuras que trascienden la realidad percibida: espacios de varias dimensiones, concepto de infinito, ecuaciones de ondas y así una serie interminable. Conceptos que no son fáciles, y que su dominio, a pesar de ser elaborados por hombres, requiere estudio y esfuerzo. Pero la realidad es que cuanto más profundizas en ellos más te das cuenta de nuestras limitaciones, sólo los necios se consideran dioses, a este respecto también me viene a la memoria que el origen del pecado original que figura en la Biblia  fue que el hombre quería ser dios.

Y dentro de estas limitaciones, no es menor el lenguaje, hay una idea extendida que de forma subliminal establece que con  palabras se puede explicar todo…pero ¿has intentado explicar con palabras un color, por ejemplo el azul, a un ciego de nacimiento? ¿Cómo lo haces? Esto último, me lleva a la conclusión que es muy difícil explicar las teorías que “explican” los resultados anteriores sin caer en explicaciones incomprensibles o farragosas o aplicar conclusiones cartesianas a teorías que sólo han pretendido explicar resultados de experimentos, pero que otras conclusiones distan mucho de ser experimentadas. Esto creo que explica tu artículo.

Cuando analizamos el desarrollo “sin precedentes” del último siglo, veremos que el hombre lo que ha hecho es utilizar fenómenos de la naturaleza que ya existían, las ondas electromagnéticas ya existían, la transmisión también,  los elementos también,… ¿Cuántos fenómenos quedan por descubrir? ¿La influencia del cerebro en la curación de enfermedades?, ¿la transmisión de ondas cerebrales? Ni lo sospechamos, además nadie garantiza que no hubiese civilizaciones anteriores que conocieran algunas. Por ejemplo cuándo Moisés enciende una  zarza con un rayo ¿no haría esa función un láser? Cuando Jesucristo hablaba con el Padre ¿no sugiere un móvil? Cuándo Alí Baba decía aquello de ¡Ábrete Sésamo!  ¿No es lo que hacemos a diario cuando abrimos la puerta del garaje con el mando a distancia? Cuando se hablaba de milagros que harían que los sordos oigan ¿no es lo que ha experimentado mi nieto Pablo con el implante cloquear?

Yo considero que no hay contradicciones entre religión, ciencia, intuiciones, percepciones, fenómenos inexplicados….Las contradicciones vienen de los fanatismos, soberbias y necedades de aquellos que creyéndose en posesión de la verdad absoluta, desprecian cuanto no entienden, persiguen a los que no la asuman y la mayoría de las veces esas posiciones no hacen sino servir de cobertura a situaciones de poder, que suelen conllevar intereses económicos. Y de fanatismos, tampoco algunos llamados “científicos” han estado libres, algunos en clara oposición a lo que significa la ciencia se han comportado como  verdaderos fanáticos."

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