Entonces
se acercó una mujer que llevaba a su hijo en brazos y dijo: “Háblanos de los
hijos”
Y
él dijo:
Vuestros
hijos no son vuestros hijos.
Ellos
son los hijos y las hijas de la Vida prolongándose en sí misma.
Ellos
nacieron a través de vosotros, pero no desde vosotros.
Y
aunque vivan con vosotros, no os pertenecen.
Les
podéis dar vuestro amor, pero no vuestro pensamiento, porque ellos tienen sus
propios pensamientos.
Y
en la medida de vuestras posibilidades, habéis de cobijar sus cuerpos, pero su
alma jamás morará en vuestros hogares.
Porque
su alma habita en la mañana; una mañana al que ninguno de vosotros visitará, ni
aún en sueños.
Y
podéis afanaros en ser parecidos a ello, mas no pretendáis moldearlos a vuestra
imagen.
Pues
la Vida nunca vuelve al pasado ni se deleita con la mansión del ayer.
Sois
vosotros arco y vuestros hijos flechas. Y, desde el arco la Vida lanzará su flecha sin
dilación.
Solo
el Arquero ve el blanco sobre la línea del infinito. Él se curvará con fuerza
para que la flecha surque veloz la lejanía.
Dejaos
blandir en la mano del Arquero y sentiros satisfechos;
Porque
así como Él ama la flecha que remontó su vuelo, así también Él ha amado el arco
que tensará entre sus manos.
G.
Jalil Gibrán
Parecen palabras de Jesús, supongo que porque imita el estilo bíblico. Son para adherirlas a uno e irselas repitiendo a medida que crecen los hijos y nos enfrentamos a problemas y decisiones.
ResponderEliminarEstas palabras fueron un bálsamo para mi en un momento en que uno de mis hijos abandonó el hogar por decisión propia, porque le había llegado el momento.
EliminarEn aquellas circunstancias, aunque creía que sí... no estaba preparada. Y me las aprendí de memoria, como un mantra.
Te recomiendo -si no lo has leído- "El Profeta", de este autor. Es una pequeña joya.
Un abrazo.
Eskerrik asko/gracias.
ResponderEliminarMe lo guardare para cuando Nora quiera volar.
Nora volará antes de que te des cuenta, puedes comenzar a prepararte...
ResponderEliminarBesos.
Eskerrik asko.