Cuanto más me
relaciono con la gente, más cuenta me doy de los miedos que albergamos, de las
inseguridades, y de lo que éstas son capaces de producirnos en cualquier
ámbito.
Tanto en el
tema del embarazo, parto y lactancia, siguen habiendo condicionamientos que
surgen de la propia mujer, de la madre que permite ser infantilizada desde su
falta de confianza en el proceso, en la naturaleza humana… en ella misma. Y no
me vale culpabilizar siempre al patriarcado, a la educación recibida. Porque mientras
la mujer-madre no tome su poder, seguirán ocurriendo cosas como éstas.
Una mujer
embarazada de su primer hijo, acudiendo a la preparación pre-parto en su centro
de salud, me comenta que está muy contenta con la matrona que la dirige, que
les aporta mucha información en cuanto al parto y la lactancia. Y ella sabe –la
embarazada- cuando llegue el momento lo que ha de hacer. Además, su ginecólogo
particular, con el que tiene previsto parir en el centro con mayor tasa de cesáreas
de mi ciudad, es un médico “respetuoso”
y no está a favor de este tipo de intervención… si no es necesario.
Escucharla me
tranquiliza. A pesar de que sé que las cosas luego serán… como tengan que ser, me
parece informada y serena, con lo cual tiene todas las posibilidades de éxito
en su mano. Aún así, y con la confianza que me permite, le apunto que llegado
el momento del parto, NO acuda enseguida a la clínica y espere en casa hasta
que su cuerpo le diga que no puede más, con el fin de evitar intervenciones innecesarias. Le recomiendo información
a través de las páginas de El Parto es Nuestro y de la Asociación Sina de apoyo
a la lactancia materna. Además le indico que en el margen derecho de mis blogs,
puede encontrar muchos enlaces de interés… por si le apetece.
Me llama para
decirme que ya tiene a su bebé con ella. Y se hace manifiesta la sospecha que
yo mantenía: le habían practicado una cesárea. Al segundo día acudo a verla al
hospital. La criatura es preciosa… pero según el médico demasiado grande (3,800)
para haberla parido, con lo cual le indujo el parto 15 días antes de su fecha
prevista. ¡Ya salió el médico respetuoso anti-cesárea!
En cuanto a la
lactancia, se la estaba poniendo al pecho y en principio no manifestaba
problema alguno. El bebé tiene el chupete a punto… y le recomiendo que
intente no dárselo hasta que esté bien instaurada la lactancia. Como todas las
asesoras que acudimos al hospital, también le indico que el bebé está mucho
mejor con ella, cerquita o en su regazo, que en la cuna… y que además, esa acción
facilita la lactancia. Y le comento las causas. Y desmitifico mitos y falsas
creencias. Parece entender…
Seguimos en
contacto y la madre me comenta que está encantada con su pediatra, porque está
muy por la teta, es un médico “pro-lactancia”… y me pongo a temblar.
Por
circunstancias, la encontré hace poco. El bebé tiene dos meses y está ciertamente precioso… y
calladito con su chupete en la boca. La madre me comenta que todo va muy bien pero
que por las tardes la criatura llora por hambre y ella no tiene leche, así que
por recomendación de su magnífico pediatra pro-lactancia-materna, le está dando
un biberón de leche de fórmula como “ayuda”.
Intenté
explicarle qué debía de hacer para que esto no sucediera y que si comenzaba a sustituir tomas, su producción disminuiría con lo cual,
en breve, serían DOS los biberones de ayuda… y así hasta quedarse sin leche.
Parecía
no escuchar, parecía no querer entender. Además, su madre que iba con ella,
insistía en que el bebé lloraba por hambre y que yo no tenía ni idea de cómo se
ponía, así es que el biberón era necesario…
Ciertamente
me sentí mal. Por la criatura y por la madre. Porque, de nuevo me encuentro
ante alguien que ha cedido su poder, con alguien que confía más en los demás que en ella misma. Y a pesar de ser una
mujer inteligente e informada, seguramente han sido sus propios miedos quienes
han producido estos bloqueos.
Como
ser humano, entiendo que está bien y que si estas cosas suceden, han de ser por
algo. No me toca a mí andar redimiendo a nadie.
Pero
como Doula y asesora de lactancia, me duele en el alma ver cómo esta labor
puede resultar tan dura y tan ingrata.
Por
fortuna, no todos los casos tienen el mismo resultado. Y de la misma forma que
comparto mis alegrías, creo que está bien compartir todo tipo de situaciones. No
por enjuiciar, simplemente para aprender.
Tu ya has hecho lo que has podido...al menos contigo y con otras como tú esa información existe y se da a las madres la oportunidad de elegir. Adelante y ánimo!
ResponderEliminarInformar y dar la oportunidad de elegir, de eso se trata. Pero ¿cada una será capaz de asumir conscientemente su decisión y los resultados?
EliminarLo lamentable es cuando se busca la justificación y se acepta de buen grado que si el doctor ha hecho eso es porque es lo mejor. Y punto.
Quizás lo haya sido para ella, pero sabiendo que hay más y mejores opciones, es difícil cejar en el empeño. Y desde luego, yo no voy a parar.
Gracias por tus ánimos, corazón, a veces son necesarios.
Uf! Yo recuerdo que salí huyendo de las clases pre-parto en cuanto oí comparar el parto con sacarse una muela y hacer un alegato pro-epidural que tiraba de espaldas...
ResponderEliminarEsta segunda vez ya avisé al gine que no iría a clase de preparación, que me negaba a oir semejante tipo de chorradas... a pesar de publicitarse como una clínica con "unidad de parto natural" lo que me encontré es que el propio sistema no lo permite (hay que hacer tactos, hay que monitorizar... todo es por el bienestar y la seguridad del bebé...). La matrona además nos trató de imbéciles y como si fuésemos dos niños pequeños (tanto al padre como a mí) cada vez que tuvo ocasión... Juegan con tus miedos, te idiotizan y anulan cualquier intento de querer llevar las riendas... el hecho de que sea tu cuerpo no es excusa, ya que se "esconden" tras el bebé creando una red de confusión y miedo que acaba pudiendo contigo, por muy informada y preparada que estés...
Hasta que los propios trabajadores de la salud no cambien, muy difícil lo tenemos...
Besitos.
Laura.
Por suerte ya son cada vez más los trabajadores de la salud que cambian su concepto del nacimiento, de la vida. Y aunque sea muy poco a poco, gratifica saber que "haberlos haylos" ¡Solo falta encontrarlos!
EliminarGracias por compartir tu experiencia, Laura.
Un abrazo.
Ufff,que desasosiego me produce esto,me pongo en tu lugar y siento que es como intentar cojer agua con la mano y ver como se te escapa entre los dedos...
ResponderEliminarA mi lo que me duele en el alma es tenerte tan cerca y no aprovecharte!!!
Un besazo.
Myriam
Myriam querida, con el tiempo he aprendido que cada cual escoge. Tu lo has hecho y has aprendido de tu propia experiencia. Y sabes que me alegra.
Eliminar¡Y sí hay quien "me aprovecha"! ¡Y me encanta!
Gracias por pasar por aquí. Besitos a tus tres bombones.
Mi única asesora de lactancia y maternidad en los primeros meses, fue el foro de Crianza Natural y algún que otro libro que fui comprando en esa misma página.
ResponderEliminarYo creo que el que quiere, escucha, y busca la información. Depende de la forma de ser de cada uno, y no hay que angustiarse cuando los que tenemos alrededor no nos hacen caso. Yo nunca he querido entrometerme demasiado (tampoco tengo la formación adecuada), pero cuando he dicho algo sobre la producción de leche, que disminuye cuanta menos estimulación tenga, la gente no lo entiende.
Mi madre ha tenido que reentender la lactancia conmigo, ya que les enseñaban que la leche se acababa, o el bebé rechazaba el pecho porque ya no le gustaba al de unos meses, y por supuesto, cada 3 horas... (o más).
Comprendo, cómo no, tu impotencia, como cuando Laura cuenta algo. Pero el cambio está dentro de uno mismo, y no hay más sordo que el que no quiere oir.
Mi hermana está embarazada y puedo pronosticar con un 94% de fiabilidad que su lactancia no va a ser prolongada, eso "se ve venir".
Un beso.
Tienes toda la razón, no hay más ciego que el que no quiere ver. Y ello estoy, cielo, en aceptar que cada cual elige. ¡Pero no siempre es fácil!
EliminarGracias por aportar tu experiencia. Un beso.
Hola
ResponderEliminarSuscribo 100% el contenido de este post y me entristece q sea extrapolable a toda España.
En este momentos de incumplimiento escandaloso de los protocolos del Ministerio y la Estrategia de atención al parto normal, parir delegando en el sistema es una RULETA RUSA, es decir, q acaba con el % que toca de cesareas, medicalización y biberones.
¿Y qué esperamos? No se puede ir a correr una maratón sin haber entrenado-formado-informado antes. Pues lo mismo y encima contracorriente.
Los ultimos nacimientos q hemos vivido cerca son como los que cuentas Concha: sumisión (sea o no consciente) y delegar todo en médicos, con lo cual se cumple la estadistica general -q es antinatural y equivocada-.
Pero lo peor es q muchas mujeres saben q existen opciones mejores y se frustan más. El problema es que NO MUEVEN FICHA.
La ultima conocida con cesarea (tras epidural, oxitocina sintética y sufrimiento fetal of course) está triste pq ella se había preparado con rebirthing y meditando mucho¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡. Por Dios, eso está bien a nivel emocional pero buscar un hospital respetuoso, hacer un plan de parto, etc. es lo que toca a nivel físico.
En fin, no nos frustremos. Las enseñanzas para las mujeres modernas y fashion son muchas y empiezan por nuestra propia biologia, volver al principio.
Quedan unos años para que se solucione el tema y las mujeres se empoderen.
Saludos "alternativos"
MMar
Gracias por pasarte por aquí, MMar, es un lujo. Y gracias por tus palabras pues me consta que sabes muy bien lo que dices.
ResponderEliminarTienes razón, no solamente es necesaria le preparación emocional: la elección del personal y del centro es también muy importante.
Siempre citamos el ejemplo de que para comprar un coche, se miran cantidad de modelos, marcas y concesionarios. ¿Pero se busca lo mejor para ir a parir un hijo?
Espero ese empoderamiento de la mujer desde la integración de la propia biología y el conocimiento y la aceptación de lo que significa ser mujer de manera integral.
No sé si mis ojos llegarán a verlo, pero lucho porque mi nieta alcance lo que por derecho propio le corresponde.
Un abrazo.