"Lo que no sabes
sobre el cuello del útero puede arruinarte el parto"
Traducción de
Marina Romanos para el blog de Bebé a go-go del artículo original publicado en http://www.birthologie.com/
¿Qué es? ¿Dónde está?
La mayoría de
las mujeres no tienen ni idea de qué es el cuello del útero (cérvix), dónde
está, su función o tan siquiera su apariencia. El cérvix está aquí:
Y así es como
se ve desde abajo, parecido a un glande:
La primera vez
que oí sobre anatomía reproductiva básica estaba embarazada de mi primer hijo,
y lo único que realmente aprendí sobre el cérvix es que está en la parte
inferior de mi útero (me lo imaginaba como la apertura de un globo y mi útero
era el globo que se iba a expandir , y que se tenía que dilatar de 0 a 10
centímetros en el parto. También tenía que hacerse menos espeso (borrarse) y
pasar de una consistencia parecida a la punta de mi nariz a la de la capa de
piel que hay entre los dedos índice y pulgar, como derritiéndose. Y que durante
el parto era necesario que comprobaran regularmente el cuello uterino para
comprobar que la dilatación progresaba.
Pero eso fue
todo. Fue en mi formación como educadora prenatal y doula cuando descubrí más
cosas sobre el cérvix. Cosas que cambiaron para siempre mi enfoque del acompañamiento a mujeres durante el
parto.
Mito sobre el
cérvix número 1 : 10 es el número mágico.
No, no lo es.
¿Sabías que se puede dilatar más de 10 centímetros? ¿Qué? ¿Ahora todas tenemos que dilatar tanto? Suena
espeluznante! Es espeluznante ¿verdad?
En realidad no.
Al menos no más espeluznante que dilatar hasta 10. Dilaté bastante más de 10
centímetros en mi último parto, y la cabeza de mi bebé midió 14,75 cm. Eso es, dilaté hasta casi los 15 cm. Y además
sobreviví. Y además no me dolió más que en mis otros partos en los que dilaté
sólo 10. Así que, sólo porque estés dilatada de 10 centímetros no significa
necesariamente que estés preparada para empujar. Si no sientes el impulso de
empujar a los 10 cm y se te ordena que lo hagas, forzarás el cérvix a abrirse
“en contra de su voluntad” y resultará dañado. Si tienes una epidural previa y
no sientes este impulso, el riesgo de daños es todavía mayor.
Mito sobre el
cérvix número 2. El cuello del útero dilata en una forma perfecta de círculo.
El cuello
uterino no dilata como un círculo como se dibuja en las imágenes que enseñan la
dilatación. En realidad se abre como la elipse dibujada más abajo.
Source: MidwifeThinking.com |
“Se abre desde
atrás hacia delante como una elipse. La apertura se encuentra enclavada en la
parte trasera de la vagina y durante el inicio de la dilatación se abre hacia
delante. En algún punto del proceso casi todas las mujeres tienen un reborde
anterior (que significa que la parte superior del cérvix no está totalmente
dilatado) porque es la última parte que sube sobre la cabeza del bebé. Que este
reborde se detecte o no depende de si se realiza o cuando se realice un tacto
vaginal. Un borde posterior es muy extraño porque esa parte del cérvix
desaparece antes, o porque es difícil alcanzarla con los dedos.
Mito sobre el
cérvix número 3. Los tactos vaginales no dañan el cérvix ni dificultan la
dilatación.
La matrona
Carla Hartley en Ancient Art Midwifery lo explica así:
“El cérvix no
debería ser tocado, se produce una respuesta inflamatoria al material extraño
(los guantes) y a la presión, y una respuesta hormonal. Al cuerpo puede
resultarle confuso que, mientras intenta vaciar el útero, se de una
interferencia desde el cuello del útero al ser tocado y manipulado de una
manera extraña para él. LOS TACTOS VAGINALES NO SON FISIOLÓGICOS Y SUPONEN UNA
INTERRUPCIÓN AL PROCESO NATURAL DEL PARTO.
Y sobre pujar…
NO LO HAGAS… tu cuerpo sabe como expulsar un bebé sin tu ayuda, es un reflejo.
Ni siquiera esperes tener ganas, sólo espera una sensación de tu cuerpo tomando
el control absolutamente, sacando al bebé como está DISEÑADO para hacer.
Habló mucho
sobre el abuso verbal y digital en el parto, y los tactos vaginales son un
ejemplo de abuso digital.
Las matronas (y
los obstetras y enfermeras) que piensan que los tactos vaginales son buenos o
necesarios no tienen la formación suficiente o no están actualizados con los
conocimientos científicos que prueban que el parto es más seguro si se deja
tranquilo sin intervenir. La manera más segura de actuar una matrona es con las
manos fuera y la boca cerrada.”
Mito sobre el
cérvix número 4. Tu cuello uterino es diferente y está aislado de otras partes
del cuerpo.
Ina May Gaskin,
la madre de la matronería moderna ha acuñado un término llamado “la ley del
esfínter”. Esta ley declara:
Los esfínteres
(incluyendo el anal, cervical y vaginal) son los responsables de traer a tu
bebé al mundo. Si los esfínteres están apretados, el parto no progresará y
habrá más dolor.
¿Qué es
exáctamente la ley del esfínter de Ina May?
1. El esfínter anal, el cervical (el cuello del
útero) y el vaginal funcionan mejor en una atmósfera de intimidad y privacidad.
Por ejemplo, un baño con pestillo o un dormitorio donde las interrupciones son
improbables o imposibles.
2. Estos esfínteres no se pueden abrir a la
fuerza ni responden bien a órdenes de pujar o relajar.
3. Cuando el esfínter está en proceso de
apertura, se puede cerrar repentinamente si la persona se enfada, asusta, es
humillada o consciente de sí misma. ¿Por qué? Los niveles altos de adrenalina
en el torrente sanguíneo no favorecen (y muchas veces impiden) la apertura de
esfínteres. Estos factores inhibidores son una razón importante por la cual las
mujeres en las sociedades tradicionales normalmente escogen otras mujeres, excepto
en circunstancias extraordinarias, para acompañarlas y atenderlas durante la
dilatación y el parto.
4. El estado de
relajación de la boca y la mandíbula está directamente relacionado a la
habilidad del cérvix, la vagina y el ano para abrirse completamente.
Insisto, y en
otras palabras:
Boca abierta =
Cérvix abierto
Garganta
abierta = Vagina abierta
Es casi
imposible parir con eficacia con los labios apretados y la garganta cerrada.
Puedes intentarlo ahora mismo… cuando relajas la mandíbula, abres la boca y la
garganta, las nalgas se relajan automáticamente y te hundes en la silla. Ina May
habla de los beneficios de los besos, y de mantener la boca y los labios
sueltos y abiertos. Besar también provoca la segregación de oxitocina y otras
hormonas del amor que elevan la tolerancia al dolor y aceleran el parto.
Más información: http://bebeagogo.wordpress.com/2011/06/11/los-cuatro-grandes-mitos-de-la-dilatacion-en-el-parto/
Está todo tan bien explicado y es tan lógico, que cuesta creer que en la realidad las cosas estén tan alejadas de lo natural.
ResponderEliminarAsí es querida Iranzu. Todo es mucho más natural de como lo venden.
Eliminar¡Me alegra "verte" por aquí!
Un abrazo.