Este artículo de La Vanguardia es
de diciembre de 2004. Fue publicado posteriormente por El Blog Alternativo en enero
de 2009. Hoy, en marzo de 2013 sigue
estando totalmente vigente. Vale la pena
recordarlo (Gracias, querida Laura).
Jean
Shinoda Bolen es una autora a la que todas las mujeres le debemos mucho y sobre
todo las mujeres maduras porque mientras que la sociedad actual las relega al
cirujano, ella les confiere todo el poder y sabiduría que siempre han tenido y
del que se han beneficiado las comunidades.
En esta
entrevista publicada en La Contra de La Vanguardia el 24-12-2004 pero
totalmente vigente, Jean explica cómo todos estamos interconectados y el gran
poder de los Círculos de Mujeres que ya explicamos en el artículo sobre la
sabiduría de la menstruación (capítulo 9).
Ella está
convencida que los círculos de mujeres pueden acelerar el cambio de la
humanidad y que la era patriarcal y depredadora toca a su fin. Yo también lo
creo y espero que este blog sea poco a poco mi pequeño homenaje al despertar de
la Diosa.
ENTREVISTA:
Jean
Shinoda Bolen tiene 68 años. Es de familia japonesa y nació y vive en Los
Ángeles. Doctora en Medicina, analista junguiana y profesora de Psiquiatría en
la Universidad de California, está divorciada y tiene dos hijos. Cree que Iraq
esVietnam repetido una y otra vez, y que es una pena que tengamos que aprender
a través de tanto sufrimiento. Dice que la espiritualidad une y las religiones
dividen.
¿Quejarse es perder el tiempo?
¡Claro!
Hay mucho que aprender…
Por eso a
mi me interesan las mujeres maduras, con humor y activas. A partir de los 40
años empieza lo mejor si eres capaz de darte cuenta de la cantidad de
cualidades potenciales que hay dentro de ti. Entonces te entran ganas de
convertirte en bruja.
No se yo…
Se lo diré
de otra manera: una bruja es una persona con poder personal.
Eso me gusta
Las brujas
sabias dicen la verdad con compasión, y no comulgan con lo que no les gusta,
pero no tienen la rabia de las mujeres más jóvenes. Algunos hombres
excepcionales pueden llegar a ser brujas, los que tienen compasión, sabiduría,
humor y no están supeditados al poder.
¿Algo más?
Sí. Las
brujas sabias son capaces de mirar hacia atrás sin rencor ni dolor; son
atrevidas, confían en los presentimientos, meditan a su manera, defienden con firmeza
lo que más les importa, deciden su camino con el corazón, escuchan su cuerpo,
improvisan, ni imploran, ríen, y tienen los pulgares verdes.
¡…!
Quiero
decir que tienen mano con las plantas. Y también con los animales. Primero
aprenden a amar lo que hacen, luego alientan a otros al crecimiento. Saben
reconocer lo frágil y lo que tiene valor, y también lo que debe ser podado.
¿Hay que esperar a la vejez para
ello?
Cuanta más
edad, más camino aprendido. La observación compasiva de la vida de los demás te
enseña mucho, y las mujeres sabias se pasan mucho tiempo observando. Algunas
mujeres, muy pocas, son sabias a partir de los 30 o 35 años; esas a los 60 son
increíbles.
¿Qué nos quiere transmitir?
Que las
mujeres tienen la oportunidad de cambiar el mundo en las próximas décadas. Pero
que si no lo hacen ya, probablemente ya no lo harán.
¿Por qué dice eso?
Tras el
extremo feminismo de los 70, ahora el péndulo se haya en el centro por eso
tenemos que aprovechar este momento. Las mujeres que se lo permiten pueden hoy
llegar al equilibrio, a ser completas, fuertes y vulnerables al mismo tiempo.
¿Un camino colectivo?
Por
supuesto. No tengo la menor duda de que un pequeño grupo comprometido puede
cambiar el mundo. En realidad, así ha sido hasta ahora.
¿Y cuál es el secreto para lograrlo?
El
millonésimo círculo. Yo aliento a las mujeres a formar círculos que tengan un
componente espiritual. Simplemente escuchando los problemas, anhelos y miedos
de otras mujeres y contando los tuyos, adquieres fuerza.
Perdone, pero por qué en un círculo
Cuando uno
está sentado en círculo y en silencio se da cuenta de que hay una conexión
espiritual con poder transformador. Yo pertenezco a uno desde hace 18 años:
encendemos una vela, guardamos silencio, contamos lo que nos preocupa, debatimos,
y juntamos nuestras energías con un propósito.
¿Convocan el poder interior?
Interior y
exterior. La espiritualidad, la física cuántica y el budismo dicen lo mismo:
Todo y todos estamos interconectados y por tanto lo que cada uno haga influye
en el mundo. Los círculos de mujeres transforman el mundo a través de la
activación del campo mórfico de la teoría de Rupert Sheldrake.
¿El centésimo mono?
Sí, este
biólogo desarrolló la hipótesis de que cuando una masa crítica de monos llega a
un determinado conocimiento, este se transmite de forma intuitiva e instantánea
a todos los miembros de su especie. Del mismo modo, un número crítico de
círculos de mujeres puede activar las cualidades femeninas tan necesarias para
que el mundo cambie.
¿Porqué no círculos mixtos?
Entre
mujeres hay una conexión natural. Algunos estudios evidencian que cuando una
mujer que sufre estrés habla con otra mujer, ambas liberan la hormona de la
maternidad que provoca que el estrés descienda.
Curioso
Si las
mujeres estuvieran implicadas en los procesos de paz, todo sería más fácil,
¡pero si los que la negocian son machos alfa…!
¿Qué ocurre cuando se encuentran un
hombre y una mujer estresados?
Cuando un
hombre estresado se encuentra con otro, segregan testosterona, que provoca
huída o enfrentamiento. Pero si ese mismo hombre se encuentra con una mujer que
le comprende, una bruja sabia, su adrenalina baja y su autoestima sube. Y basta
solamente con que se siente a su lado.
Es bonito eso que dice
Estamos
llenas de recursos poderosísimos a los que no prestamos atención, como por
ejemplo el conocimiento intuitivo. Estos conocimientos se pueden desarrollar en
los círculos.
¿Qué camino interior propone?
Sea
auténtica, sea consecuente con su persona interior y averigüe qué quiere hacer
con su preciosa vida. Desde fuera intentarán contestar por usted a las
preguntas esenciales, no lo permita. Desvele qué tipo de arquetipo domina en
usted.
¿A qué se refiere?
Sus
patrones internos, que yo resumo en siete arquetipos de diosa. Cada mujer tiene
dos o tres dominantes, que van desde la autónoma Artemisa y la fría Atenea,
hasta la nutritiva Deméter, la creativa Afrodita, o Hera, la diosa del
matrimonio.
No será tan simple
No. Pero si
podemos llevar una vida en la que el arquetipo dominante y nuestro rol en la
vida coincidan, nos sentiremos satisfechas.
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