Semana Mundial de la Doula: razones por las que podrías necesitar a una de ellas...



Se celebra del día 22 al  28 de este mes de marzo, la Semana Mundial de las Doulas.  Comenté en mi Facebook que no me seducen estos tipos de conmemoraciones masivas porque una ES y lo SIENTE todos los días.  Pero si sirve para que nos conozcan en todo el "mundo mundial" y se sepa cuál es nuestro trabajo,  pues bienvenido sea el evento.

Aprovechando la coyuntura, he enviado una nueva colaboración a la revista virtual elembarazo.net, con quien colaboro de forma esporádica.  En esta ocasión, el tema gira en torno a los motivos por los que se puede necesitar una Doula.

Quiero resaltar que la Doulas no sustituimos a nadie, esto es,  a ningún profesional sanitario, ni a la madre de la mujer que va a parir y muchísimo menos, al padre de la criatura.
La Doula, sobre todo durante el parto, aporta apoyo emocional y presencia constante, algo que, en muchas ocasiones, no es tan sencillo de proporcionar tal y como están estructurados los protocolos en nuestros hospitales.

Razones por las que podrías necesitar una Doula

Las mujeres necesitamos de mujeres para aprender de nuestras mayores los procesos femeninos de la vida. Antaño se compartían los embarazos y las parteras acudían a las viviendas para atender a las mujeres. Las vecinas, las amigas, las mujeres de la familia compartían este acontecimiento de la misma forma que la lactancia materna era algo considerado como lo normal y habitual.  Las niñas, desde pequeñitas, veían a las mujeres embarazadas parir y a los bebés ser amamantados, con lo que cuando llegaban a ser madres ya tenían la lección aprendida. Y no había duda de lo que era lo mejor.

En la sociedad en la que vivimos actualmente en nuestro país, prima la individualidad, desgraciadamente para nosotros.  Muchas mujeres se han sumergido en un mundo laboral que las tiene sometidas a horarios rígidos, a tensiones. También se ha perdido la sana costumbre de reunirse periódicamente mujeres solas para hablar de sus inquietudes, de “sus cosas”. Las prisas y el estrés son malas consejeras para tomar conciencia de nuestro cuerpo y de los procesos que pasamos a lo largo de la vida.

Si nos centramos en la maternidad, son bastantes las mujeres que llegan a ser madres a una edad en la que no es fácil encontrarse con niños pequeños en el entorno. Incluso algunas llegan a tener un primer hijo sin haber tenido un bebé en brazos, sin haber visto siquiera cómo se amamanta.

Cada persona es una circunstancia, pero volviendo la vista atrás, cuando tuve a mi segundo hijo con 27 años el ginecólogo me dijo que si pensaba tener un tercero (él sabía que esa era mi intención), no me lo pensara demasiado pues a partir de los 35 años el cuerpo no está igual, ni las hormonas, ni la mente…  Cuando tuve a mi tercer hijo con 34 años me comentó que ya estaba en el límite de edad. Por entonces, las mujeres éramos madres antes de los 30 y estábamos rodeadas de bebés y de niños.

Pero si volvemos a nuestra realidad de ahora, la verdad es que el índice de natalidad ha descendido, las mujeres  son madres bastante  más mayores  y  hay  –por regla general- un desconocimiento sobre lo que es el proceso fisiológico del embarazo y parto como algo NORMAL.

También se da la circunstancia, y esto es algo que constato desde la experiencia, de que la mayoría de chicas que van a ser madres no comparten con las suyas, ni con mujeres mayores que ellas, sus dudas, sus miedos… sus intereses, bien porque creen que están desfasadas, bien porque piensan que no las van a entender… o simplemente porque creen que no las necesitan.  Está bien, cada una tendrá sus motivos que yo respeto. Pero…

Una mujer en proceso de maternidad necesita de tribu. Y aunque existe una tribu virtual ¡afortunadamente para muchas mujeres que no tienen otra opción!, no es lo mismo que estar hombro con hombro, cara a cara con la posibilidad de dar y obtener un abrazo en un momento dado.

La figura de la Doula resurge desde esta necesidad de compañía, de apoyo, de comprensión, de acompañamiento…

Cada Doula enfoca su trabajo de una manera. Hay quien forma grupos de mujeres embarazadas y realiza de esta forma un acompañamiento a la maternidad, aportando información y trabajando en fines comunes.
Otras trabajamos desde la individualidad y la presencia, realizando un acompañamiento personalizado en función de la necesidad de la madre.

Cuando llega el momento del parto, algunas mujeres creen no necesitar la compañía de su Doula… quizás por el desconocimiento de lo que ésta le puede aportar, quizás porque tal y como están montados los protocolos hospitalarios, la mujer ha de elegir a una sola persona que la acompañe.  Y en la mayoría de las ocasiones, aún sigue siendo el padre.

Aunque cada vez abundan más los estudios que verifican el descenso de partos hospitalarios instrumentalizados y medicalizados cuando la mujer goza de un buen y continuo acompañamiento, especialmente con una Doula, son todavía bastantes las mujeres que no eligen esta opción. Por otro lado, son cada vez más los partos en casa donde se cuenta con la presencia de una Doula, ya que no supone ningún inconveniente.

Desde aquí, animo a las mujeres que deseen quedarse embarazadas y/o las que ya están en ello, a que se informen qué es una Doula y qué es lo que hace. Animo también a leer testimonios de quienes han disfrutado del acompañamiento, porque de primera mano, es la mejor forma de conocerlo y de integrarlo.






¿Qué es la Semana Mundial de la Doula?

El propósito de la Semana Mundial del Doula ("WDW")  es capacitar a las Doulas en todo el mundo para mejorar la salud fisiológica, social, emocional y psicológico de las mujeres, los recién nacidos y sus familias en el embarazo, el parto y en el puerperio. Los eventos de la Semana Mundial de la Doula se llevarán a cabo en todo el mundo durante la misma semana, indicando los beneficios de la presencia de Doulas en el parto y en el puerperio:
  • Reduce la incidencia de cesáreas     
  • Puede acortar la duración del parto     
  • Reduce peticiones de epidural y analgesia     
  • Aumenta el inicio de la lactancia y la continuación    
  • Aumenta la satisfacción de la madre de la experiencia del nacimiento      
  • Se puede reducir la incidencia de los trastornos del estado de ánimo después del parto     
  • Aumenta la confianza de los nuevos padres en el cuidado de su recién nacido


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