Algunas mujeres embarazadas llegan al parto sin
tener ni idea de cómo es el proceso, tan siquiera de cuál es la fisiología de
su cuerpo en esos momentos... simplemente se dejan llevar por el personal
sanitario de guardia y aceptan, sin más, las intervenciones que les puedan
hacer. No se cuestionan nada y dan por bueno aquello que les sucede. Es su
elección y hay que respetarla.
Pero otras se informan a conciencia de cómo es el
proceso del embarazo y del parto. Si deciden parir en un hospital, se interesan
por sus protocolos, presentan su plan de parto, imaginan e incluso visualizan
cómo será el nacimiento de la criatura que lleva en el vientre…
Son muchísimos los vídeos que circular por la red
sobre partos, la mayoría sobre partos preciosos, idílicos, partos respetados,
en el agua, partos orgásmicos, en la naturaleza... Pero ¿es positivo ver tantas
imágenes?
Hay embarazadas que son adictas, que se dan un atracón de verlos. Los miran, los remiran, buscan con ansia
alguno nuevo, cada parto les hace imaginar el suyo, el que ellas quieren. Y se emocionan.
Y lloran. Porque se miran en los
espejos de esas mujeres que son capaces de parir sin soltar un grito, sin un
lamento, rodeadas de sus seres queridos, incluso de sus otros hijos si los tienen… con
expresiones de dicha, de felicidad, algunas incluso de placer.
Ponen
sus expectativas en tener un parto de cine, como los que ellas han visto a
través de los cientos de vídeos que se pueden encontrar en Internet tan solo
poniendo “parto respetado”.
Pero
cada cuerpo y cada mujer son únicos, por
tanto, cada parto también lo es. ¿Qué
pasa si una mujer, llegado el momento del parto y por la circunstancia que sea,
no consigue alcanzar ese parto maravilloso en el que había puesto sus expectativas? ¿Qué sucede cuando la mujer que está de parto
se desmorona, le aparecen los miedos, y grita, y llora, y no es capaz de tener
la calma y la sonrisa que ella esperaba y que había visto en la mayoría de los idílicos
y “respetados” partos? ¿Qué pasa cuando una mujer necesita –por cualquier
causa- una medicalización o una intervención por mínima que sea?
Pues que algunas se hunden, se quedan heridas, se sienten fracasadas. Y las cosas no son así.
Cuando
acompaño a una mujer durante su embarazo, suelo comentarle que ella está
haciendo todo lo posible para tener su parto deseado pero que hemos de tener
muy claro que TODO no se puede controlar.
Que a pesar de la información, del trabajo interior, de la conexión con
su bebé, de la fuerza y de la confianza… puede suceder algo a última hora que
no permita que la situación fluya como ella habría deseado. Que, en ocasiones, algunas fuerzas superiores
actúan para que el parto vaya por otro camino distinto y hay que estar
preparada y abierta para que si eso sucede, se acepte sin tomarlo como algo
personal, sin tomarlo como un fracaso.
Es
cierto que cuanto más y mejor preparación tiene una mujer, muchas más
posibilidades tiene de conseguirlo. Pero como dije antes, en ocasiones y a
última hora, algunas madres necesitan de la intervención médica y se quedan con
una profunda herida emocional que necesitarán sanar.
¿Qué
hacer entonces? Creo que la respuesta está en la moderación. Ver algunos vídeos les puede dar una
perspectiva y especialmente, les ayuda a saber y a aceptar que si una mujer
puede parir… ellas también pueden hacerlo.
Pero
la visualización de tales partos ha de ser cautelosa, sin llegar a darse un
atracón, y especialmente estando cerca de su fecha prevista de parto. Ha de quedar en eso, en entender que cada una
es portadora de su realidad y que, al fin y al cabo, los vídeos que se han
seleccionado han sido los más… bonitos, pero que también hay partos donde las
mujeres se quejan, gritan, maldicen y lloran… y que también forma parte de la
normalidad.
Lleno de sentido común. Y lo primero que me viene a la cabeza es que esto del parto es como la vida misma. ¿Cuánta gente no ha pensado que su vida será de tal o cual manera y luego, cuando se han dado cuenta de que la vida tiene su propio camino y las cosas no salen como uno quiere, se frustra y se culpabiliza?
ResponderEliminarPara mí, el secreto está en los términos medios y, por supuesto, en tener (y si no se tiene, esforzarse por crear) cierta capacidad de adaptación al medio y a las circunstancias. Porque como bien dices TODO no se puede controlar.
Un abrazo Concha
Creo que estamos en nuestro derecho de desear, y de crear nuestra realidad, pero la adaptación al medio, a las circunstancias, en compañía de una buena información y del merecido respeto también forman parte del éxito en la vida. Y ésta comienza con el nacimiento.
EliminarGracias por pasar por aquí,Rosa, y bienvenida. Vuelve cuando quieras.
Un saludo.
Yo, tuve uno de esos partos, no tan idilico como me hubiera gustado, me vine abajo cuando, ante un abundante sangrado, supe que, al igual que en el primero, iba a necesitar intervención medica.
ResponderEliminarSin embargo creo que, incluso en ese caso, se puede pedir mas respeto. El comentario de la matrona al verme llorar "claro, es que venis con unas expectativas...", creo que sobro. Yo solo quería saber lo que me estaban haciendo y por que, saber que era necesario. Y sin embargo, me pusieron la oxitocina sin antes de haber hablado con la gine, a pesar de haberlo pedido. Creo que siempre existen opciones, aunque mas limitadas, y sobre todo existe la opción de informar y la opcion del respeto.
Aqui esta la historia de mi parto
http://porunpartorespetado.blogspot.com.es/2013/03/la-historia-de-raquel.html
Te comprendo Raquel, y comparto tu sentimiento. En este tema de mejorar la conciencia del nacimiento estamos todxs. Y como siempre digo, obligación de las madres es informarse y pedir que sus derechos sean respetado. Y del personal sanitario, responder de la mejor manera y respetuosamente hacia la madre en la realización de su trabajo.
EliminarGracias por tus palabras.
Un abrazo.
Cierto es, cuando una se ilusiona y emociona "de más" y vienen estos reveses, por llamarlo de alguna maenra, el hundirse parece inevitable y más con el bailoteo hormonal que se lleva dentro durante tanto tiempo. A veces incluso en el parto convergen otras expectativas, diferentes al hecho en sí, y es como si subieras más peldaños en la escalera de la ilusión y luego claro, la "leche" es mayor aún
ResponderEliminarComo todo, el equilibrio es fundamental, ¿cómo pones ese balance a algo que deseas con todas tus fuerzas? mmmmmmm
Besos Concha
La respuesta está en cada persona, en este caso, en cada mujer. Es algo muy personal, la imaginación es libre e ilimitada, pero la realidad es otra, y ésta sí tiene sus límites.
EliminarAbrazos, cielo.
Lo que cuentas es cierto, hay quién va muy ilusionada con lo que "podría ser su parto" y que luego se hunden ante el "no cumplimiento" de sus expectativas previas. También puede ocurrir todo lo contrario, llegar al momento del parto con miedo, dudas, sin saber si va a ser capaz de "portarse bien", etc... Cada mujer y cada parto es diferente, es un mundo único, con una historia y un bagage de experiencias también únicas que te condicionan a la hora de parir y de afrontar ese momento tan delicado para la vida de una mujer, su pareja y su bebé... Por ello es esencial y muy importante el acompañamiento y apoyo a aquellas mujeres que lo necesitan, "saber estar y actuar" cuando la situación y la mujer lo requiera, estar ahí para ser una guía y un punto de apoyo a la parturienta y su entorno.
ResponderEliminarA veces veo (y reconozco que aún me queda mucho por ver) que las mujeres sólo necesitan eso, una guía, un apoyo, saber que estamos ahí, que pueden coger nuestra mano cuando lo necesiten...
Considero importante el hecho de darnos cuenta de que hay que preparar a las mujeres durante el embarazo para que puedan tener el parto que desean, pero sin perder de vista la "cruda realidad" que en la mayoría de las ocasiones, se presenta. Hay que concienciarlas de que, por desgracia, no siempre será lo que esperan, pero que cuando esto ocurra, NO deben sentirse unas fracasadas o deben dejarse ganar por la frustración. Hay que sobreponerse a las expectativas no cumplidas, hay que superarse a sí misma y dar un paso al frente creyendo firmemente que cada mujer es única, y que cada parto es único.
Ni mejor ni peor, simplemente diferente.
Estamos de acuerdo en todo, incluso en lo del acompañamiento ¡qué voy a decir yo siendo Doula!
EliminarY el hecho de que las mujeres han de estar abiertas para aceptar ese tanto por ciento que nadie controla, es labor de todas las personas que estamos relacionadas con el nacimiento. Crear falsas expectativas es peligroso, y puede llegar a ser muy doloroso.
En la formación de hipno-parto que he terminado hoy, había una matrona. Encantadora y abierta a la vida, se ha dado cuenta de quienes somos las doulas, al menos las doulas que allí estábamos. Y le hemos pedido, con mucho cariño, que cuando esté con una madre de parto... le de la mano. A veces, ese solo gesto sirve para tranquilizar, para sentir que no está sola.
Gracias por tu visita, por tus palabras, es un verdadero placer compartir mi blog con matronas que merecen mi reconocimiento.
Un abrazo.