Ser madre más allá de cierta edad




He leído un artículo sobre la fertilidad femenina sobrepasada cierta edad. Considero que es un tema polémico y que cada cual desde su experiencia podrá hacerse una opinión. Pero es innegable que la edad tiene mucho que ver en los problemas que están surgiendo en cuanto a la infertilidad.

Este es el caso de una chica con la que me escribo desde hace algunos años.
La conocí a través de un foro de maternidad. Ella estaba en ese momento en la búsqueda de su primer hijo. Se había sometido a un tratamiento de fertilidad sin resultados hasta el momento. Por entonces tenía 38 años.
Era española pero se había ido a Boston (EEUU) para dar clases de español. Allí conoció al que más tarde sería su marido y en ese país se quedó a vivir.
El tratamiento al que fue sometida en principio no daba sus frutos y lo suspendió, pasando a una terapia personal que la condujo, al cabo de un año y sin ninguna intervención más que la de su pareja, a un embarazo.
Había deseado un parto normal para su hija, pero finalmente fue inducido, terminando con la consiguiente cesárea.
Cuando la niña tenía 18 meses y puesto que estaba en los 41, decidió buscar un segundo hijo. Y se quedó embarazada.  Debido a su edad se sometió a una amniocentesis y el resultado no fue el esperado: el feto sufría una malformación incompatible con la vida y lo abortó.

Pasado un tiempo, decidió intentarlo de nuevo, pero en esta ocasión no hubo tanta suerte. Su tiempo se agotaba y se sometió, de nuevo, a un tratamiento de fertilidad. Estuvo un año en ello y finalmente ante los resultados devastadores y además, negativos, desistió.

Estuvimos conversando sobre el tema. Para ella era difícil aceptar que no tendría más hijos, pero era consciente de que conforme el tiempo pasaba sus posibilidades se agotaban. Además, su marido, comenzaba a tener los espermatozoides con menos capacidad reproductora… todo parecía estar en su contra.
Recuerdo haberle comentado que si en algún lugar estaba escrito que tendría otro hijo, fuera como fuera llegaría a ella…

Al cabo de unos meses, me escribió para decirme que, de forma natural se había quedado de nuevo en estado.  Estaba contenta pero tenía sus reservas. Había cumplido 44 años.
Hay situaciones que sobrepasan los límites de lo comprensible. Hay ocasiones en que parece que los hados –o la Vida-  se manifiestan en contra de nuestros deseos…

María me escribió para contarme su situación de dolor. De nuevo se había realizado la amniocentesis y de nuevo, este bebé tenía una anencefalia. Estaba destrozada, y su marido con ella. Los médicos no daban crédito…. hay situaciones que se repiten en muy contadas ocasiones pero en este caso, el infortunio se había cebado con ellos.

Me comentaba que no tenía la suficiente fuerza para llegar al final del embarazo y parir a esa criatura sabiendo que no iba a vivir. Y me dijo que necesitaba saber que la escuchaba, que la comprendía… que no la iba a juzgar porque, de nuevo, iba a abortar.

Por supuesto que no iba a juzgarla, nadie estaba en su corazón y en su cuerpo para saber por dónde estaba pasando. Lo que si le recomendé encarecidamente es que buscara apoyo psicológico. Le envié los enlaces de varias páginas españolas de apoyo al duelo gestacional y perinatal, incluso le animé a que buscara alguna terapeuta cercana con la que pudiera establecer una relación personal…

Me contestó que ella también lo había pensado pues en esta ocasión no iba a poder sola…
Me indicó el día y la hora en los que tendría lugar la intervención y le dije que mi corazón y mi fuerza estarían a su lado, y que encendería una vela por ella…

Y volviendo al artículo, parece que se trata de minimizar el tema de la edad a la hora de tener hijos sin tener en cuenta que que cuando se toma la decisión, mientras se solucionan los problemas –si los hubiere- el tiempo va pasando inexorablemente.

Entiendo que cada mujer elige el momento arreglo a su situación personal pero no dejo de pensar si realmente no ha sido posible tomar la decisión de ser madre unos años antes…
Como en el caso de la hija de una buena amiga, quien me contaba esta semana pasada, que su hija (37 años) estaba sometida a un tratamiento de infertilidad y que ya tenía dos embriones congelados ¡menudo vuelco me dio el corazón!  Y no pude evitar pensar si realmente ese proceso no interviene de alguna forma en el cuerpo (y en el alma) de un posterior bebé…

No es que quiera especialmente ahora evocar mi pasado, pero si me voy a los años en que yo fui madre por primera vez, las mujeres de mi generación no nos hacíamos tantos planteamientos. Queríamos ser madres y lo éramos, excepto en aquellos casos en los que la naturaleza no lo permitía.
No nos cuestionábamos tantos inconvenientes, no nos planteábamos terminar una carrera, trabajar, viajar, pagar un piso… la mayoría teníamos a nuestros hijos antes de los 30. Y no había tantos abortos, ni problemas de infertilidad, ni tantas malformaciones genéticas. Estábamos dentro del plazo de reproducción natural que marca la naturaleza en las hembras mamíferas (y no me vale aquello de que la sociedad nos obligaba, que si el patriarcado era lo que nos había inculcado, bla, bla, bla…) puedo hablar por mí y por las mujeres que yo conocí: éramos madres por decisión propia.

Porque no hay nada como seguir el plan natural diseñado desde la sabiduría de la misma vida, ya que de lo contrario, las consecuencias son… las que son.

Y ahora viene a mi mente mi querida prima Alegría quien con sus 50 años está “luchando” día a día con sus hijos de 12 y 10 años. Parece la abanderada de una causa perdida cuando la escucho decir que los hijos son para tenerlos cuando se es joven, que ella está cansada, que los niños con su energía y vitalidad la tienen agotada, que a su edad… debería de estar más tranquila y en otras cosas ya,  en vez de ir de aquí para allá llevando y recogiendo a sus niños de las actividades extraescolares…

Antes, hace unos pocos años quizás por la situación del bienestar que atravesaba la sociedad en general, las mujeres decidían retrasar su maternidad para poder disfrutar más tiempo de su supuesta libertad… ahora  quizás por la situación de precariedad en que comienza a estar nuestra sociedad, muchas mujeres se plantean ser madres pasados los 35 años… y comienzan a surgir dificultades.

Claro que, a río revuelto, ganancia de pescadores. Están surgiendo clínicas de fertilización que devuelven a estas mujeres sus ilusiones a cambio de hacerse  millonarias. Y esto sin saber, todavía, lo que puede acarrear a otros niveles

En fin, como siempre, esto no dejan de ser unas reflexiones como consecuencia de un artículo de opinión que refleja un momento social que no podemos negar, una situación de la que no sabemos que esperar, una realidad que queramos o no, conduce a un futuro incierto…



http://lavidaintrauterina.blogspot.com.es/2013/06/madre-e-hijo-cuando-las-celulas-hablan.html 

http://mujer.terra.es/muj/padres/fertilidad/articulo/edad-mujer-fertilidad-13435.htm

http://www.bebesymas.com/otros/cual-es-la-edad-idonea-para-tener-un-hijo

http://www.consumer.es/web/es/bebe/antes-del-embarazo/infertilidad/2012/09/27/213339.php


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