En la Naturaleza, cuando un animal se siente
acorralado ataca para defenderse. En un ser humano, los ataques pueden surgir
desde el temor a la pérdida del poder en base a miedos injustificados. Como en
este caso.
Otra vez y desde colectivos de ciertos
profesionales de la salud se está atacando a la figura de la Doula. Ahora se
intenta emprender actuaciones legales con las que desbancarnos.
Pero ¿por qué? ¿Cuáles son sus miedos? ¿Cómo lo
van a hacer si ni tan siquiera estamos “reconocidas”?
Me temo que es el desconocimiento real de quiénes
somos y de qué hacemos lo que les está llevando a esta caza de brujas.(*)
En primer lugar y para ponernos en situación,
habría que ver por qué la figura de la
Doula es cada vez más demandada en nuestra sociedad actual, por qué las mujeres y madres solicitan este tipo de
acompañamiento…
Quizás sea porque, como figura que acompaña, estamos llenando
un vacío en el que han (hemos) estado durante años y años las mujeres en
nuestro camino hacia la maternidad y, especialmente, durante los procesos
físicos de embarazo, parto y lactancia.
Quizás porque nos han hecho creer durante años y
años, que estando embarazadas estamos
enfermas. O porque nos han querido convencer de que una mujer no es capaz de parir sin ayuda de medicalización,
tecnología y manos extrañas.
Quizás sea por todo ello que estas profesionales que
ahora están molestas y sienten miedo, están
reclamando un espacio en el que la mayoría y durante muchos años, han estado desaparecidas. O calladas.
Y es que hoy en día, las mujeres se informan,
saben qué es lo que quieren, no temen a quien las somete a su autoridad, no se asustan ante quienes las
infantilizan, frente a alguien que le dice a gritos durante su parto que lo hubiera pensado antes de hacerlo…
ahora las mujeres hablan, se quejan, se hacen escuchar y exigen lo que consideran justo y honesto.
Y se habla de intrusismo cuando el trabajo de las
Doulas está cubriendo un espacio vacío, hablan de intrusismo cuando el trabajo
de la Doula para nada es bien pagado
considerando las horas que una Doula puede estar junto a una mujer en su parto.
¿0 es que algún profesional se queda 30 horas junto a una mujer proporcionándole atención, cuidado y cariño, y le va informando
(si lo requiere) de lo que ocurre en cada momento durante su proceso…
acompañándola y conteniéndola?
Según tengo entendido, en los hospitales, los
turnos son de 8 o de 12 horas y de 24 h algunas guardias y durante este tiempo
se atiende a varias pacientes, a varios partos si son matronas ¿Acaso algún
profesional invierte su tiempo de trabajo en una actividad prácticamente
altruista de servicio al prójimo y que apenas le reporta ingresos?
Para quien no lo sepa, el movimiento Doula no es
algo exclusivamente de nuestro país. Ya en
todo el mundo se reconoce la figura de la Doula. En algunos países, incluso
forman parte del personal en los hospitales.
Y no será tan malo cuando una matrona le dice a
una madre tras un parto lento y largo, que gracias a la compañía que ha tenido
ha podido hacerlo más llevadero hasta conseguir su parto vaginal. No seremos
tan intrusas cuando una enfermera de la planta de maternidad de un gran
hospital, le dice a una madre recién parida lo afortunada que ha sido por
contar a su lado con tan buena acompañante. Estos comentarios se repiten… y ellas saben que se trata una Doula la
persona que está junto a esa madre…
Vamos señoras, no me sean tan exigentes y comprendan
que nadie quiere quitarles su puesto
de trabajo. Entiendan que en este mundo todas tenemos nuestro lugar. Relájense y realicen su trabajo con la
mayor dignidad y honestidad, de forma que tengan la completa seguridad de que
están dando lo mejor. Y disfruten con
ello.
Porque yo, como Doula, es lo que hago. Disfruto
con mi trabajo, me enamora cada nacimiento, me apasiona estar junto a una madre
en estos procesos de Vida… y casi nada
me importa lo que hace el resto de la Humanidad en estas largas horas.
Y no piensen que soy una “happy flowers”. No, para nada. Soy una mujer madura con los pies en la tierra que con una potente
vocación ha encontrado esta profesión (ojalá que algún día sea reconocida y
valorada en lo que es). Y me siento plena con ella porque en cada
acompañamiento me doy cuenta de las
carencias y de las necesidades que surgen en algunas mujeres en ese tiempo de
vulnerabilidad que es el camino hacia la maternidad.
Porque, cada vez son más esas mujeres que desde la
toma de su propia consciencia deciden contar
con la compañía de una Doula, mujeres
que desde esa toma de consiencia están colaborando a cambiar el mundo,
mejorando los nacimientos de sus hijos e hijas…
Pero quiero aclarar que en esta ocasión hablo por mí
y por las compañeras Doulas que conozco y sienten y trabajan como yo. Y quizás debería de hablar por todas las
demás, pero a día de hoy NO lo voy a
hacer, no pongo la mano en el fuego por nadie. Porque, como en todos los colectivos profesionales, habrá Doulas que sepan cuál es su lugar y
realicen honestamente su trabajo, y habrá quien se entrometa, quien confunda
los términos, quien se pase en sus honorarios…
¿Alguien me garantiza que en otros colectivos –en
los suyos, por ejemplo- son todas trabajadoras claras y virtuosas? ¿Podemos
tener la certeza de que cada cual desarrolla su trabajo pensando en su prójimo
y siendo una buena profesional en la
relación de ayuda? Discúlpenme si lo dudo… porque he visto casos en los
que, como en todas las profesiones, hay quien deja mucho que desear…
Pero eso sí, cuentan con la protección que les
aporta el corporativismo profesional y colegial, algo de lo que nosotras, las
Doulas, carecemos... de momento.
En fin, que de nuevo los miedos y la ambición
conducen a descalificaciones cuando lo que necesitamos
es más unión. Vivimos tiempos en los que cada cual mira solamente su
ombligo sin darse cuenta de que hay seres a su alrededor que también necesitan de una mano amiga, de un abrazo,
de una escucha…
Cualquier profesional que se relacione con seres
humanos –e incluso con animales- debe de tener su corazón caliente y alerta.
Debe de mostrar una pizca de humanidad y
comprender al otro…
Quizás para mi sea fácil, posiblemente por eso soy
Doula. Porque escucho, porque atiendo,
porque siento empatía con quien tengo delante, porque siento que todos
merecemos respeto y cariño… y porque estoy segura de que lo podemos
proporcionar al margen de cuál sea nuestro trato con las mujeres,
independientemente de que seamos matronas, enfermeras o Doulas.
Nota. Quiero
manifestar mi defensa y apoyo a aquellas matronas y enfermeras que SÍ pasan
horas interminables junto a mujeres de parto y que les proporcionan cariñosamente todo aquello que necesitan,
tanto a nivel físico como a nivel emocional.
Y a las matronas que están realizando partos domiciliarios.
(*) Las cazas de brujas
todavía ocurren en la actualidad y suelen clasificarse dentro del llamado
pánico moral. De forma general, el término ha llegado a denotar la
persecución de un enemigo percibido (habitualmente un grupo social no
conformista) de forma extremadamente sesgada e independiente de la inocencia o
culpabilidad real. Fuente.
Wikipedia.
Como siempre, gracias por poner palabras a mis pensamientos.
ResponderEliminarUn honor compartir camino y profesión contigo, compañera!
Aquí estamos, pasito a pasito y hablando claro. El honor es mío por saber que estás ahí. Gracias a ti por acompañarme, Doula.
EliminarNo voy a decir que soy matrona,que soy doula,voy a decir que soy mujer,madre,que estamos todas en el mismo barco,y ojalá pongamos una mirada común hacia el mismo horizonte,y que es el acompañamiento al milagr de la vida,..que no lo enturbiemos con esos egos del YO SOY.Y decirnos que respeto la labor que hacen todas las matronas y dulas desde el corazón ,unas y otras seguro que lo hacen lo mejor que saben
ResponderEliminarUnas y otras hacen lo que saben y no dudo que muchas con amor. No se trata de ego querida, se trata de una campaña real, con nombres y apellidos para apartarnos de este mundo del acompañamiento.
EliminarLas matronas, las enfermeras, las doulas... merecen mi respeto mientras sean merecedoras de él. NO todo vale, no todo el mundo actúa desde el amor incondicional, amiga mía. Con el tiempo y la experiencia aprendes a distinguir a los lobos con pieles de cordero.
Y lamento decirte que el tan denostado ego forma parte de una misma, es su otro lado, el ego es el YO profundo (ego en latín significa YO). Otra cosa es el ego-ismo, la ego-latría...
Mi ego viene conmigo desde que nací y es quien me permite ser consciente de mis valores y de mis fallos.
Gracias por tus palabras.
Bravo por tus palabras, Concha.
EliminarElvira
Bueno, Elvira, respondo tal y como siento.
EliminarGracias por tus palabras.
loksssss de atar todas , ni que fueran médicos jajajajaja a estudiar sin quieren atender partos y vidas
ResponderEliminarLAMENTABLE este comentario que denota manifiestamente que no se ha enterado de NADA.
EliminarPorque las doulas NO queremos atender partos. Porque las Doulas NO queremos atender vidas.
Las Doulas, simplemente, ACOMPAÑAMOS.
No queremos ser médicos, no queremos ser matronas. Somos Doulas, profesión digna y merecedora de respeto. Tanto como las demás, cada cual en su lugar.
Es una pena que a pesar de todo, muestre tal DESCONOCIMIENTO.
Gracias por comentar.