Contactó
conmigo una mujer embarazada de su primer hijo. Me localizó por Internet a
través de mi blog. Y quedamos para conocernos.
Me
habló del estado en que se encontraba emocional y físicamente en su quinto mes, de cómo
estaba lidiando con algunos inconvenientes ajenos a ella respecto a la forma en
que pensaba enfocar el parto y la crianza
de su hijo. Me preguntó mi forma de trabajar y me dijo qué era lo que esperaba
de una mujer que estuviera a su lado durante el tiempo que durara el
acompañamiento.
Clara,
concreta y concisa, con un pensamiento sereno y racional, con unas ideas
claras. Así da gusto…
Después
de estar un buen rato charlando y explicarle la forma de llevar a cabo mi
trabajo, en qué me baso cuando doy alguna información, cuáles son mis
sentimientos respecto a esta profesión, me dijo ¡qué bien, he encontrado a una Doula
“normal”! No pude por menos que reírme,
pues nunca antes me habían calificado de esa forma.
La
verdad es que le pedí me explicara el porqué del comentario, aunque yo
imaginaba por donde iban los tiros.
Me
dijo que antes de contactarme había estado buscando y que lo que había
encontrado se movía dentro de un misticismo que no iba con ella, que no negaba
que ella tenía su parte espiritual pero que quedaba en su interior, en su vida
privada. Me comentó que por lo que había estado leyendo se le daba a esta
profesión cierta aura que no iba con ella, que buscaba a alguien con los pies
en la tierra… y volví a sonreírme, pues –le dije- esa es una de mis máximas.
Tras
una hora y pico de charla, me dijo feliz, que había encontrado la persona que
buscaba y que se pondría en contacto conmigo en breve. Nos despedimos y me fui cavilando
hacia mi casa pensando en cuanto me había dicho esta mujer.
Porque
ciertamente, hay un desconocimiento –o lo que es peor- un batiburrillo de
actuaciones, de temas, de modos de enfocar el Ser Doula, que realmente lleva a
confusión.
Porque
para ser Doula no es necesario ser maestra de Reiki ni terapeuta floral, de la
misma forma que no es necesario tener formación en shiatsu ni en reflexoterapia
podal. Pero tampoco necesitamos las Doulas
ser terapeutas: ni consteladoras, ni renacedoras, ni formadas en Gestalt... De la misma forma que no es necesario invocar
a Pachamama, ni ser vegetariana o macrobiótica,
ni llevar faldas largas, ni ser profesora de yoga… ni cantar mantras. Y por
supuesto que siendo Doula no se es chamana y muchísimo menos, partera.
Para
ser Doula se necesita tener vocación de servicio y ayuda a los demás. Para ser
Doula es importante tener las heridas propias cerradas para que no se reabran
frente a las heridas de las mujeres a las que acompañamos. Para ser Doula es
necesario saber escuchar sin imponer y sin exigir… Para ser Doula es
imprescindible ser consciente de las propias posibilidades y ser honesta
reconociendo hasta donde se puede llegar. Para ser Doula es importante saber
que nuestra profesión se basa en el acompañamiento y la escucha desde una
posición imparcial, ajena a nuestras propias vivencias y criterios.
Y
reconozco que es fácil dejarse arrastrar creyendo que una va a ser mejor Doula si
acumula formaciones, talleres y cursos varios basados en las corrientes
espirituales-místico-esotéricas que , finalmente, envuelven con un halo de
irrealidad a las prestaciones de muchas de las mujeres que se han dedicado al
acompañamiento como Doulas.
No
digo que a título personal una persona deba de renunciar a aquello en lo que
cree. Está bien que cada cual desarrolle su parte religiosa o mística, de cualquier creencia, o se mantenga en su
ausencia de fe, pero eso forma parte de
su vida privada, no es algo que deba extrapolarse a la profesión de Doula… de
la misma forma que ningún otro profesional lo hace.
Ciertamente
debería de ser necesario un consenso entre Doulas, pero siento que cada vez
estamos más alejadas de esta realidad. Así, y nunca mejor dicho, cada cual hace
de su capa un sayo y sálvese quien más corra.
O quien mejor venda sus “aptitudes”.
Me
he levantado muy pronto y ha venido a mi mente el comentario de esta chica y no he evitado la sonrisa porque en el fondo sé que tiene razón. Quizás porque yo solamente soy Doula. Y sí, soy muy normal,
entendiendo la palabra como dice la Real Academia Española de la Lengua.
Normal:
Dicho de una cosa: que se
halla en su estado natural.
Más que "normal" sensata y muy lúcida.
ResponderEliminarAbrazos.
Intento mantenerme coherente, Carmen, aunque para ello deba de nadar contra corriente. Gracias por tus palabras y por pasarte por aquí.
EliminarUn abrazo.
Jajajjajaaa! muy buena la enrada. Yo también espero ser una Doula NORMAL!!!!
ResponderEliminarNada más sencillo Sara: se ES siendo natural, como dice la RAE.
EliminarBienvenida y gracias por tu opinión.
Jajaja
ResponderEliminartienes toda la razón...
Al final, como suele suceder, lo más.difícil es lo fundamental: saber acompañar a las mujeres que quieren ser acompañadas. Yo estoy acAbando mi formación de doula... y hubo una vez que me sentí tremendamente pequeña y pensé que jamás podría ejercer debido a que "sólo" iba a ser doula... Y es que en esta era de tremenda titulitis,en la que quién más "sabe" (en el sentido de saber hacer, de praxis y no sólo teoría) es quién más titulos tiene, ser doula se ve empañada por todos esos complementos que, sí bien pueden enriquecer, no son el núcleo del buen hacer (más bien del buen ser, del buen estar) de la doula.
Acompañar desde el conocimiento riguroso y la cercanía respetuosa para ayudar a empoderar a las mujeres quees lo más difícil que una doula hace.
Espero ser una doula normal también...
Un placer leerte!!!
No negaré que algunos de los complementos y demás formaciones añadidas de cierto rigor, pueden enriquecer a la parte humana de la Doula, a la persona en sí, pero no deben de influir en su forma de SER y ESTAR durante el acompañamiento. Te animo a que simplemente SEAS, no pretendas ser lo que no eres... no fuerces aquello que no está en tu naturaleza.
EliminarGracias por pasarte por aquí y por comentar lo que sientes.
Un abrazo.
Me encanta :-)
ResponderEliminarMe encanta que te encante... Paula.
EliminarUn abrazo.
Me ha gustado mucho, Concha, creo que has sabido plasmar a la perfección lo que para mí, es una auténtica doula (yo no lo soy). Felicidades por tu coherencia y claridad.
ResponderEliminarCreo que es necesario manifestarse y hablar claro, para poder diferenciarse y defender los principios en los que se cree.
EliminarGracias por pasarte por aquí Rosana, y especialmente por manifestar tu opinión, sabes que te tengo en gran estima.
Un abrazo.
Gracias a ti, Concha, por expresarlo con tantísima claridad. Y ya sabes que el sentimiento es mutuo. Un abrazo.
EliminarRecibo con muchas ganas tus entradas y no me pierdo una. Pero no siempre tengo el tiempo de hacer una devolución, esta vez me siento en la obligación de hacerlo porque me siento una Doula normal. Te leo y me veo. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarCarolina
Gracias a ti, Carolina de Dobrzynski, por pasarte por aquí, por leer y por dejar tu comentario.
EliminarMe alegra saber que tu línea de actuación es correcta, es la mejor forma para poder defender esta profesión con la frente bien alta y sin miedo a invasiones externas.
Vuelve cuando quieras, este también es tu espacio.
Un abrazo.
Por eso siempre me has caído tan bien y hemos conectado, un besote castellano, sigo por aquí nena.
ResponderEliminar¡Ja, ja,! castellana preciosa, me alegra saber que de vez en cuando te das una vuelta por estos lares.
EliminarGracias por tu sinceridad y tu seguimiento incondicional.
Un abrazo.
Hola Concha! Si me permites, yo como doula, profesora de yoga y persona en continua búsqueda espiritual..creo que tienes toda la razón del mundo..Michel Odent ya lo dice, una doula no vale por lo que sabe, sólo por lo que ES. Y con esto estoy totalmente de acuerdo, las doulas independientemente de todos los titulos que tengamos y cuantos recursos poseamos en nuestras manos para acompañar y sostener deberíamos estar en una contínua autoobservación y ser honestas con nosotras mismas para saber realmente cual es la motivación que nos lleva a esta profesión...(desgraciadamente he conocido a doulas que me hacen dudar realmente de las buenas intenciones...pero claro somos personas..y esto puede pasar..) Mi observación está en que esto es válido tanto para un lado como para otro..el simple hecho de ser Madre o Abuela no significa que seas normal y las demás anormales...a mi también me da esa sonrisilla interna que tú has experimentado cuando una doula se presenta diciendo..."hola! soy madre de dos hijos paridos en casa" Como si esa fuese su única esencia!! Y donde quedan las que tienen ese instinto-amor maternal que no han podido experimentar ? Supongo que son anormales también? Yo creo que la clave está en respetar, tanto si estás en un lado u otro..porque si, desgraciadamente hasta en el doulaje hay lados..
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por tus palabras, Andrea.
ResponderEliminarNo me "siento" normal por el hecho de ser madre o abuela, para nada. Mi cariño y respeto hacia las mujeres que no lo son está por encima de todo.
El decir que soy mujer, madre y abuela, es simplemente una definición.
Hace un tiempo leí a una mujer, escritora, que decía que le parecía absurdo presentarse como mujer siendo de este género.
Yo, con esta presentación mía, me reivindico en ello. Porque sí, porque si hay otras vidas quiero volver a ser mujer. Además, mi orgullo es sano al decir que soy madre... y también abuela. No existe ningún otro tipo de connotación.
La normalidad a la que me refiero es por mi manera de vivir este trabajo, por la forma que intento transmitirlo... sin extrañezas, sin ritos, sin terapias... simplemente siendo y estando. Formándome y revisándome como persona. Creciendo como ser humano.
Estoy de acuerdo contigo en que hay mujeres que no deberían de ser llamadas DOULAS y que sus prácticas incorrectas obstaculizan el trabajo de las demás. De ahí también manifestar esta "normalidad".
Reitero las gracias por dar tu opinión. Vuelve cuando quieras.
Un abrazo.
Me encanta leerte! A sanar, a crecer y a disfrutar!
ResponderEliminarGracias, hasta pronto