Tiempo de introspección




El otoño es tiempo de introspección.  Aunque algo tarde, han llegado los días fríos y apetece recogerse en casa. Los colores pierden vivacidad, la luz se torna mortecina, los rayos de sol pierden fuerza, la penumbra que da paso a la oscuridad avanza cada día un poco más.

Como mujer cíclica y madura, cada vez siento más los cambios en la Naturaleza, cada vez me siento más conectada a ella. 
Escucho los mensajes que el cuerpo me manda, los que me envía la Vida en este paso de mi otoño personal. Y aunque no siempre es sencillo ver y aceptar, es cuestión de, a través del aprendizaje, de la práctica, y de la voluntad coger las riendas de mi existencia.  Finalmente, el paso por el sendero transcurre consciente y tranquilo.

Hoy vivo y siento esa necesidad de recogimiento, de soledad e incluso de silencio. Son momentos de tejer el capullo y permanecer en él gestando el cambio y esperando a que se vuelva a producir la metamorfosis que dará pie al nacimiento de la nueva mariposa.  Son momentos de acoger la actitud de los tres monos sabios: ver, oír y callar. 

Imagen: "Monos Sabios" de Hidari Jingoro en el santuario Toshogu.

Comentarios

  1. mmm, te entiendo tan tan bien!
    yo creo que el cuerpo lo pide, lo necesita, y nunca me siento más feliz y bien que cuando le escucho
    Sabio Dios, sabia Naturaleza que nos da estos tiempos! para brillar y salir y abrirse y para descansar y recogerse y cargar nuevas energías

    Un beso enorme Amama!!! <3

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    Respuestas
    1. De eso se trata, cielo, de escuchar al cuerpo y hacerle caso, él es más sabio...
      Un abrazo.

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