Carta a una matrona



Me había propuesto no volver a leer nada sobre este tema porque es algo que me genera mal estar, pero en estos últimos días no hacen más que aparecer blogs, webs y páginas en facebook de matronas en los que hablan mal de las Doulas, en los que abiertamente continúan en su caza de brujas.
También era mi intención no escribir al respecto, pero aún queriendo evitarlo, me ha llegado en varias ocasiones y por distintas vías el escrito de una matrona joven… y ése ha sido el que ha colmado el vaso de mi paciencia.
Esta carta podría ir dirigida a ella y a todas las que se están manifestando de igual manera.

“Querida matrona:

He leído tu curriculum y todo lo que nos cuentas para demostrar tus conocimientos profesionales y quiero felicitarte por ello. Acceder a la Universidad, terminar una carrera y hacer una especialización necesitan de mucho trabajo y esfuerzo personal. Y por ello mereces un buen puesto de trabajo, yo soy la primera en reconocerlo.
Sin embargo, el hecho de que hayas tenido que emigrar de tu ciudad de origen a la otra punta de la península, yo lo considero como una posibilidad para aprender cosas de la Vida que no entran en ningún plan de estudios.
Porque estar alejada de la familia y tener que solucionarse el día a día una sola es una maravillosa oportunidad para crecer como ser humano.

Pero, lamento decirte que el que hayas realizado estos estudios no te convierte en una persona amable, honesta, cariñosa, respetuosa, empática… porque eso es algo que no se estudia en ninguna universidad ni en ninguna carrera.

Te voy a contar una cosa. Tengo tres hijos y un marido, todos ingenieros, cada uno en una especialidad distinta, es más y para ser sincera, el pequeño terminará su carrera el próximo año, pero para esta situación puedo incluirlo también. ¿Por qué te digo esto?
Porque hay algo que siempre les he dicho a mis hijos, y que ahora te comparto con estas mismas palabras que utilizo con ellosme agrada y me satisface el hecho de que tengas unos estudios universitarios y de que seas ingeniera/o (hay una chica), pero de nada te servirá todo eso si no eres una buena persona. Porque, al fin y al cabo, como madre, es lo que más me importa”.

Y fíjate que ante esta avalancha de matronas que desde el absoluto desconocimiento están atacando a las Doulas, me vienen a la mente las palabras que les repito a mis hijos. Y, lamentablemente,  estoy segura de que el concepto de buena persona NO está entre tanto estudio y tanta formación universitaria.
Porque una buena persona respeta al prójimo, dialoga, conoce, habla, se informa de primera mano, no emite falsos testimonios ni pretende quitar del medio a quien, como puede, ejerce una vocación (tan digna como otra) y además, en algunos casos, se gana algún dinero (tema personal que, en todo caso, concierne a los recaudadores de impuestos).

Estoy convencida de que todas las matronas que habláis de las malas prácticas de las Doulas, que comentáis cosas que NO hacemos (hay Doulas que sí actúan con malas praxis, que acompañan partos sin matronas y otras cosas que se salen de nuestro ámbito de actuación, pero tienen nombre y apellidos y son ellas quienes deberían de ser denunciadas si fuera el caso) no conocéis personalmente a ninguna ni habéis estado en ningún parto junto a una Doula. Estoy segura de que habláis de oídas y desde el miedo, estoy convencida de que necesitáis encontrar chivos expiatorios para poder llevar esta situación de falta de trabajo que, como a muchos colectivos, os está afectando.

Pero ¿realmente crees que somos las Doulas las causantes de que haya matronas sin trabajo?

Volviendo a mis hijos, uno de ellos recién terminada su ingeniería tuvo que quedarse a trabajar en París (bastante más lejos que el lugar donde tú estás) fueron cinco años lejos de todo su entorno, familia, amigos… todo.  Pero yo no culpabilicé a otros profesionales por ello, sino acepté que la situación era la que era. Y en todo caso, sobre quien ha de recaer esa culpabilidad es sobre el Estado por no proveer a sus ciudadanos del derecho a un trabajo digno.

Al igual que muchas de tus compañeras, comentas también, con el ánimo de hacer dudar y desistir a las madres que busquen una Doula, que no tenemos suficiente formación para estar junto a una mujer en su proceso de maternidad, con lo que me demuestras claramente el desconocimiento de quiénes somos y qué hacemos. Además ¿tú sabes que estudios tienen todas las Doulas? Porque hay Doulas enfermeras, pedagogas, psicólogas, médicos e incluso matronas. 

Aún así, te voy a dar parte de razón, pero solo parte.
Porque para ser Doula que es necesaria una formación mínima en muchas materias y especialmente en algunas que a vosotras, las matronas, no os imparten en la Universidad. Tenemos una especial formación en ACOMPAÑAMIENTO emocional ya que nuestra tarea se basa, especialmente, en un acompañamiento NO fisiológico, sino emocional a la mujer en un proceso especialmente vulnerable en todas y cada una de sus etapas hacia la maternidad.

Tengo amigas que son matronas y que están a favor de las Doulas. Lo cierto es que no son muchas pero haberlas haylas. Y estoy casi segura de sois muchas más las que estaríais a nuestro lado y que manifestarías abiertamente vuestro apoyo si no fuera por el miedo a que, desde vuestro propio colectivo os señalaran con el dedo. Porque así funcionamos. Por desgracia.

Como comentaba al inicio de esta carta, resulta cuanto menos gracioso que ahora las matronas también hacen “acompañamientos” a las madres. Y mira que me ha llamado la atención este nuevo concepto dentro de la matronería porque, desde lo que yo sé, la matrona es la persona cualificada para atender fisiológicamente a la mujer en un proceso de embarazo y parto normal, pero de eso a acompañarla… pues, permíteme que en la mayoría de los casos, lo ponga en duda.
Porque cuando en un hospital hay veintisiete (27) partos en una mañana, el que una matrona esté junto a una mujer acompañándola, escuchándola, permitiéndole que se manifieste en sus necesidades sin juzgarla, sin presionarla, sin meterle prisas… es, sinceramente, una utopía.  Porque las matronas estáis aceleradas, porque apenas tenéis tiempo para respirar, porque no podéis permitiros un sosiego… y porque alguien desde arriba os están presionando para que cumplan unos tiempos. Y realicéis una maniobra de Hamilton, una rotura de bolsa,  pongáis un gotero de oxitocina, incluso una maniobra de Kristeller y terminéis con una episiotomía…  eso sí, dentro del tiempo estipulado.
Quizás el concepto que tenemos de acompañar y respetar en el parto, no sea el mismo.

Desde mi experiencia quiero decirte que he estado en partos hospitalarios junto a matronas y la colaboración ha sido fluida y gratificante y que quien ha salido beneficiada ha sido la madre. Y su bebé, quienes deberían ser el principal leit motiv tanto de matronas como de Doulas.

En fin, podría estar dándote un montón de razonamientos, un montón de explicaciones y de detalles. Pero no quiero que esto se convierta en un ataque por mi parte a un colectivo al que siempre he admirado, al de matronas. Y creo que lo voy a dejar aquí, pero antes quiero invitarte, al igual que a todas tus compañeras que nos temen y nos atacan, a que asistáis un parto con la presencia de una Doula, a que emprendáis un taller para embarazadas con la compañía de una Doula. Que os quitéis esos miedos y que, con la mano en el corazón, sintáis que como mujeres con un interés común tenemos mucho camino para recorrer.  Y el sendero se recorre mejor en agradable compañía.

Sin acritud, te envío un abrazo amoroso y sanador. De Doula.” 

Concha. Amamadoula.

Comentarios

  1. Que valiente Concha! y que bien explicado...“me agrada y me satisface el hecho de que tengas unos estudios universitarios y de que seas ingeniera/o (hay una chica), pero de nada te servirá todo eso si no eres una buena persona. Porque, al fin y al cabo, como madre, es lo que más me importa”, los mios aún son pequeños... pero no sabes cuántas veces se lo repito al cabo del día...
    Estoy leyendo y pensando mucho en todo este tira y afloja profesional...también lo abordamos en la última sesión de mi formación, si que parece que se critica desde el desconocimiento y como tu has dicho desde el miedo...pero si aqui nadie le está quitando el pan a nadie! si perfectamente puede ser complementario....
    un abrazo... a mi me haces reflexionar!

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    1. A veces me dan ganas de tirar la toalla, créeme, sobre todo en momentos en los que se aúnan palos por varios lados. Pero gracias al amor que siento por este trabajo y por las personas que me animan a seguir en ello, permanezco aquí contra viento y marea.
      Gracias por tus palabras porque con ellas contribuyes a que permanezca en este camino.
      Un abrazo.

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    2. Qué las matronas no hacen acompañamiento?? Creo que eres tu la que debería informarse debidamente.... La formación de Doula NO está reglada en nuestro país lo que implica que nadie le garantiza a ninguna mujer que esa persona está formada en NADA DE NADA, ya que cualquier título de una formación no reglada es bastante dudosillo. Ya que no hay unos criterios rigurosos...

      En todos los partos que he estado en los que he estado he salido con la tristeza dw ver como la función de madres amigas, parejas. .. se ven sustituidos por alguien que está allí no por amor, como así lo harían mades, amigas, parejas. Si no que están por una cuantiosa cifra de dinero. Por supuesto todos trabajamos por dinero, pero no sustituimos a nadie.
      Tengo la satisfacción personal de oír decir a una mujer después dw su parto que de haber sabido lo que era una matrona nunca habría pagado una doula y que se entristecia enormemente de no haberle pedido a su madrw que la acompañara. Que se sentía engañada... después de esto pienso que algo SI SABREMOS DE ACOMPAÑAMIENTO, no? ?

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  2. Gracias Concha, por tu coherencia, serenidad y honestidad.

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  3. Gracias a ti, Elimar, por tu sinceridad, por saber escuchar, por tu buena comunicación y tu saber ESTAR.
    No sabes cómo agradezco en estos momentos este comentario.
    Un abrazo.

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  4. Y
    Hola, yo soy matrona, y llevo ya algunos años en la profesión, aunque todavía no soy abuela. No voy a entrar en comentarios que también me desagradan, pero si algo me ha dolido es que digas que las matronas "no acompañamos", que hacemos todas las prácticas en tiempos limitados,y sin respetar a la madre. No te digo que haya sucedido, o que suceda en algún lugar concreto, y en pocas ocasiones; pero hoy día con la información que tenemos todas, mujeres y profesionales, es difícil que eso suceda.
    He conocido madres de todo tipo, y no todas están concienciadas.. y no es fácil en ese momento enseñar y empoderar sobre la marcha.Todo va llegando, y desde luego que los grupos de madres, tienen mucho que ver en ello, incluyendo a las doulas, que conozco algunas a las que me une un gran afecto y con las que jamás he tenido ningún problema.
    En mi hospital de referencia con sus más y sus menos xq es muy grande, tratamos a las mujeres en general muy bien, y las acompañamos, aunque no te lo creas.
    Un saludo
    Me llamo Loli, trabajo de matrona de Atención Primaria en Las Palmas de Gran Canaria.

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    1. Hola Loli, agradezco tu aportación como doula experta y veterana.
      Lamento que te sientas ofendida porque mi intención no es ofender, sino decir las cosas como yo las vivo
      Algunas matronas acompañáis, claro que sí. Y aunque hace años que parí a mis hijos, te puedo decir nombres y apellidos de las matronas que estuvieron a mi lado, que no se separaron de mi, que estuvieron dándome la mano, hablándome cuando lo necesitaba y en silencio cuando era conveniente. Te puedo decir detalles de cuántos hijos tenían... porque las recuerdo, incluso sus facciones. Para mi fueron muy importantes y a pesar de los protocolos de aquellos momentos, fueron en todo momento compañeras amables y cariñosas. Por tanto, Sí creo que algunas matronas acompañan.
      Lo de los tiempos hospitalarios... tú sabes que es verdad. Por si no lo has visto, re recomiendo un documental que, aunque es americano, bien se puede aplicar en nuestro sistema sanitario "El negocio del nacimiento"..
      Me gustaría añadir que en el hospital donde yo he acompañado, las matronas también son pacientes y respetuosas... por hoy es un hospital privado concertado de los pocos que cumplen las recomendaciones de la OMS en Valencia.
      Tienes mucha razón al decir que todas las mujeres no van preparadas ni concienciadas. Yo también lo sé y no creas que no me duele, pero ahí entraríamos también en cómo está el sistema en temas de salud...
      Me alegra saber que reconoces el trabajo de los grupos de madres incluyendo a doulas y especialmente que conozcas a alguna que sea de tu afecto. Eso quieres decir que SÍ se puede convivir juntas.
      Y me agrada sobre manera tu valentía al presentarte diciendo tu nombre y lugar de trabajo. Detalle que te honra.
      Gracias.
      Saludos.

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  5. Esta entrada "destila" pa- maternalismo. Se me encienden todas las alarmas... Eso de "sin acritud" ejem... ejem....
    El problema principal creo que reside en que nadie puede garantizar que la profesionalización del "acompañamiento emocional" sea algo "sólido" puesto que el concepto, en sí mismo, es difuso. Puede que para ti "acompañar emocionalmente" a una mujer sea transmitirle a esa mujer herramientas para desarrollar inteligencia emocional y partiendo de la base que las emociones son algo personal y cada uno tiene las suyas, interpretándolas a su modo, según sus experiencias vitales... no creo en absoluto en unas herramientas que le sirvan a todos, de modo general. También dudo de que alguien por recibir formación en inteligencia emocional, tenga la garantía de que haya adquirido esa "inteligencia" porque las emociones, básicamente, se originan en la parte más primitiva del cerebro humano junto a los impulsos y los actos físicos inconscientes, como digerir o respirar... La inteligencia es harina de otro costal, se tiene o no se tiene. Siempre dependerá de las habilidades y la capacidad innata de las personas, no se puede profesionalizar, ni vender, ni comprar. Creo que esa es la parte que más zozobra de vuestra profesión "doula". Habéis basado vuestra profesión en las emociones pero a través de proporcionar información sobre el embarazo, parto y puerperio, en llenar vacíos emocionales pero transmitiendo información sobre los embarazos, partos y puerperios, en acompañarlos emocionalmente pero formándoos en los aspectos fisiológicos y psicológicos de esta etapa. Y claro, no se puede vender acompañamiento emocional ¿qué es eso?. Ni formarse en acompañamiento emocional cuando se trata de algo tan personal, nadie sabe exactamente qué significa "acompañar las emociones".

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    1. Concha, creo que puedes proporcionar una respuesta mejor! ¿Que significa exactamente "acompañamiento emocional"? Y ¿cómo se aprende a acompañar emociones?

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    2. Carmen... no tendría ni tiempo ni espacio para explicarlo. Pero resumiendo, para acompañar emocionalmente es necesario un trabajo personal, profundo y contínuo. Acompañar emocionalmente significa ESTAR junto a una persona sin intervenir en sus decisiones, sin modificarlas, sin decir qué ha de hacer, sin juzgar, sin hacer míos sus miedo o dudas... escuchando y ofreciendo lo que ella necesita por encima de lo que yo misma piense, sienta o desee, teniendo las herramientas para ello.
      Hay muchos autores que hablan del tema, Elsa Punset entre ellas, Rojas Marcos, Deepak Chopra, Laura Gutman... y much@s más. Y talleres, y formaciones, y terapias...
      Y se aprende desde el corazón, no desde la razón.

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  6. Muy bien explicado Concha!! ánimo y no tires la toalla por favor, te necesitamos. Que triste que la gente hable desde la ignorancia en lugar de informarse correctamente...

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    1. Cada cual habla desde lo que conoce. No hay más... por eso yo hablo desde lo que conozco también.
      Aunque no sé quien eres... gracias.
      Saludos.

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  7. Querida mía, me encanta, comparto ahora mismo, y GRACIAS

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  8. ¡Ja, ja! Gracias, Sonia de mi alma. Aunque no a todo el mundo "le encante" sabes que suelo decir las cosas tal y como las siento. Soy así...
    Un abrazo, amor.

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  9. Me duele mucho esta carta como matrona.

    Creo que hay doulas que hacen una labor excepcional por el simple hecho de que la mujer las ha elegido por encontrar en ellas un apoyo que no encuentra, ni en otro profesional, ni en ningún familiar. Es innegable que hay doulas que pretenden "usurpar" ciertas competencias que no les pertenecen, como cuestionar tratamientos médicos durante el embarazo. No hablo por hablar, hablo de lo que mis propias mujeres del centro de salud me han contado que han encontrado en otros embarazos, acompañados por algunas doulas. Afortunadamente, son minoría, porque la mayoría aporta una experiencia muy enriquecedora.

    No me gusta meteros a todas en el mismo saco por esas referencias negativas que conozco, porque también las conozco muy positivas (la mayoría!) por eso tampoco me gusta ese discurso tan manido de la "titulitis" que nos atribuís algunas, porque parece que las únicas que le dan vueltas al tema del título universitario, sois vosotras. En ningún momento he alzado mi título por bandera. Lo tengo, sí, me ha costado sacrificio conseguirlo, sí, me capacita para determinadas competencias... también. Creo que el título universitario sólo tiene cabida si se habla de intrusismo, que lo hay (vuelvo a poner el ejemplo de cuestionar un tratamiento médico, que ni como matrona yo estaría capacitada a hacer).

    He ido comprendiendo muy bien tu carta hasta llegar a este punto y al hecho de que digas que el ser buena persona no forma parte de nuestra formación. Creo que eso no forma parte de nuestra formación, ni de la vuestra, ni de ninguna. En absolutamente todas las profesiones hay malas personas y buenas. Igual que yo no generalizo con las doulas, no me gusta que lo hagan con las matronas.

    Por supuesto que estamos formadas para acompañar, no sé dónde está la gracia del término, porque a mi me formaron hace años durante la residencia precisamente en eso, un parto fisiológico poco más tiene. Además tuve la suerte de formarme en un hospital pequeño donde era raro que una mujer tuviera que compartir a su matrona con otra. En nuestra formación (que puede consultarse en el BOE), se incluye no sólo la atención fisiológica del parto, sino toda la atención emocional de la mujer. ¿Que hay matronas que no lo hacen? por supuesto, y son las que ennegrecen nuestra profesión, pero con lo que nos ha costado llegar hasta aquí, te aseguro que a la mayoría nos apasiona lograr que la mujer se lleve la mejor experiencia posible de su embarazo, parto y puerperio, y en ello focalizamos todos nuestros esfuerzos.

    Yo personalmente no tengo ningún "miedo" de que ninguna doula quite el trabajo a ninguna matrona, es como si me dicen que un panadero tiene miedo de que un mecánico de coches le quite su trabajo... cada uno tiene su ámbito de actuación.

    Llevas razón en que el acompañamiento en un hospital con 27 partos en una mañana (que no sé si habrá en España un hospital con tal volumen, lo veo bastante exagerado), y donde se siguen unos tiempos estrictos y en contra del proceso fisiológico del parto, no son la asistencia más óptima posible, pero esto, muy a mi pesar, no depende en absoluto de las matronas. Presionan desde arriba, sí, pero no por ello tenemos otro concepto de lo que es un acompañamiento. Sabemos muy bien lo que es, al igual que vosotras y al igual que cualquier embarazada, pero creo que, en vez de tantas acusaciones (tanto de matronas a doulas como de doulas a matronas), se escapa lo importante: la mujer. Si tanto nos interesa ese acompañamiento de calidad, habrá que trabajar para lograr un cambio estructural y organizativo en muchos hospitales.

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    1. Querida, te respondo lo mismo que a una compañera tuya: mi intención no es ofender, sino expresar lo que siento y lo que vivo...

      Las doulas que han elegido las madres consciente e informadamente, hacen una buena labor, sobre todo teniendo en cuenta que no se conocen solamente en el momento del parto sino que ha habido un tratamiento personal e intimo durante el embarazo y hay una confianza establecida.
      NO todas las mujeres necesitan una doula, eso es cierto. Pero estamos para quien decide que sí la desea, y queremos que se nos permita ESTAR.. Y que hayan doulas que no sepan estar en su lugar, también las hay. Y son esas quien deberían de ser segregadas, no el resto que hacemos las cosas con honradez.

      Cuando digo que el ser buena persona no se incluyen en la formaciónuniversitaria, me refiero a NINGUNA formación. Eso es algo inherente a la persona, a sus principios y valores, así es que NO va dirigido exclusivamente a matronas. Pero el tono en que esta chica escribía, sinceramente, merecía esta respuesta. Entiendo que la fuerza de la juventud proporciona unas ínfulas que con el tiempo van pasando, o al menos, deberían...

      En este tema, como en todas las profesiones, el buen hacer no es cuestión de la profesión, pero en el caso de las personas que trabajan con otras personas DEBERÍA de ser algo imprescindible. Y todas sabemos que desgraciadamente, muchas matronas no dan esa talla.
      Quizás expresé mal lo de 27 partos... eran 27 PROCESOS de parto, 27 mujeres entre salas de observación y paritorios. Y en La Fé eso sí es posible.

      Agradezco mucho tus palabras, tu tono conciliador a pesar de sentirte dolida. Creo que con personas como tú el diálogo es posible.

      Gracias.
      Un saludo.

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  10. Esta matrona será como sea pero tiene unos estudios y una formación universitaria que seguirá teniendo esté donde esté, la vocación puede tenerla cualquiera y con esas cartas creo que se “juega” esta partida de poker. Ningún título te da la capacidad de amar, escuchar y comprender a quien tienes al lado ¿verdad? Como madre que soy, yo pregunto: ¿Quién me garantiza que el acompañamiento emocional por el que estoy pagando es el que yo necesito? Estoy segurísima de que hay doulas muy capaces de ser una compañía excelente, pero también de que, en ese caso, no necesitaban pagar por esa formación. Por otro lado, pienso que si alguien tiene necesidad de hacer terapia psicológica porque tiene algún tipo de problema, debe hacerla, pero con un buen psicólogo no en una formación para acompañar madres ¿qué garantía se obtiene en una “formación profesional” de que tienes un trauma que afectará a tu trabajo? Y ¿qué garantías tienes de que te has curado y no te han dejado peor? Hay gente que supera sus malos royos y punto, sin hacer un mundo de sus malas experiencias en la vida, aprendiendo de ellas. No hacer cursos, talleres de-crecimiento personal y terapias no significa que hayas crecido como persona. Ninguna buena persona necesita formarse para ser buena, no se puede formar “el corazón” de nadie. Suena muy bonito pero son cantos de sirena… No se puede vender “amor”. A mí me parece estupendo que las madres, sabiendo lo que hay y estando todo claro, elijan una doula como compañía y ellas, lleguen a un acuerdo económico si quieren y listo. Mi opinión es que, tal y como presentáis la profesión, quizá sea que no lo entiendo: nadie como quien te conoce de verdad y te quiere de verdad, en toda tu esencia sin que seas un cliente en su agenda es la mejor compañía, empezando por una misma. Porque en este momento, nadie te acompañará mejor que aquel que ejerce de puente entre quien eras antes y eres ahora, quien te conoce de verdad, cuando tú misma tienes que transitar por ese puente. No puede servirte de espejo un reflejo que cambia de cara constantemente. Yo quiero compañía que me de consejos, conozca Mis Sentimientos y no haya aprendido en un manual cómo tratar con todas. He leído reflexiones de doulas, que se merecen una ovación, mujeres que si estudiaran para matrona… serían matronas excelentes. Normalmente se trata de gente sencilla, que no tiene el ego del tamaño de una catedral o no cree poseer una consciencia superior.

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  11. Si no tienes palabras para explicárselo a un niño de tres años o a tu abuela de noventa, ni tú misma lo entiendes. A mí me da la impresión de que se intenta recuperar la figura de antaño: la comadrona, la partera sin conocimientos sanitarios del pueblo, pero eso ya existe. Mujeres que saben de partos, pero con añadidos en crecimiento personal y sanación emocional de las propias heridas, cosa que probablemente, las doulas griegas sí necesitaban después de que alguien las vendiera en una plaza. Por muy mala que sea la atención, no se puede montar el tenderete en la calle de atrás, y no lo digo por ti en concreto, pero es que hay doulas que cometen intrusismo, es evidente que vuestra profesión necesita una regularización oficial.
    Sobre lo que comentas de la mala praxis y el hecho de que no atiendan partos pero sí puedan hacer todo lo demás, creo que no corresponde más que a una medida de protección frente a las posibles denuncias por intrusismo profesional. Aunque hay quien defiende esta práctica, por la esencia de la profesión: acompañar a la mujer en todas sus decisiones, porque os habéis hartado de repetir que no sois personal sanitario y el parto es sin asistencia. Algo que responde a la lógica, teniendo en cuenta en qué habéis basado hasta ahora vuestra profesión: “acompañamiento emocional” y que también las protege de denuncias por intrusismo profesional. Lo respeto, no lo comparto… pero al fin y al cabo, lo bueno es que realmente no hay nadie diciéndonos lo que tenemos que hacer, cada uno puede hacer lo que le de la real gana y si eso no es libertad, que alguien me explique a quién estamos sometidas las mujeres si no es a prejuicios sobre el personal sanitario y la confianza excesiva en que el parto es algo tan natural para la mujer y exento de riesgos, que es una locura pensar que algo saldrá mal si no es por culpa de estar pariendo en un hospital, que sí, es cierto que no se hacen las cosas como se debería en ocasiones, desgraciadamente. Pero así no se van a solucionar esos problemas. Tengo la sensación de que se ha creado un nuevo código entorno a la maternidad donde conviven supersticiones, creencias y amenazas de supuestos miedos ocultos, supuestos traumas femeninos, supuestas proyecciones, supuestas heridas emocionales latentes, inconsciencias y cuestionamientos de “la verdadera libertad” que sí amenazan la autonomía, la integridad de las mujeres y sus capacidades. Que cites como referente a una señora que afirma que la muerte súbita es causada por la madre del niño es, directamente, una vergüenza.
    Teniendo en cuenta que estamos viviendo en el siglo XXI y que todos los seres humanos gozamos de una libertad y un conocimiento de la realidad sin demasiada interferencia, a pesar de que tenemos al alcance de nuestras manos mucha información, protección legal, capacidad para distinguir cuándo se están atropellando nuestros derechos y libertad para reclamarlos… No entiendo cómo hemos llegado a este punto, o mejor dicho: sí lo entiendo, lo que pasa es que no deja de sorprenderme. Todo se reduce a que es más fácil creer que pensar. Es más fácil vivir con la idea de que teniendo a tu hijo en brazos todo el día no morirá de muerte súbita y muy duro aceptar que no se sabe por qué pasa, muy cruel para quien ha enterrado a un hijo por esa causa, haya muerto en la cuna o en sus brazos. Es más satisfactorio creer en cuentos de hadas y que todo es maravilloso en lugar de aprender a aceptar la realidad, a veces dura, de que no todo es como nos gustaría y hacerle frente. Pero eso, a lo único que nos lleva… es a la fantasía, a dar vueltas en círculo alrededor de nuestro ombligo, sin haber aprendido a desenvolvernos en ella con los pies en el suelo, a creer que podemos hacer y deshacer a nuestro antojo, sin que nadie vaya a mosquearse porque estás ejerciendo una profesión paralela a la suya y que está regulada. Es como escupir hacia arriba.

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  12. Eso por un lado me sorprende. Y hay otras cosas, por otro lado, que me indignan. Me refiero a este enaltecimiento del “empoderamiento” femenino a través del crecimiento personal, donde se da por hecho, desde la palabreja, que carecemos de poder y que somos pequeñitas, que no nos hemos desarrollado aún… muy bueno. Las mujeres disponemos de inteligencia y capacidad de sobra para reponernos, disfrutar, sobrevivir y a la vez, parir, amamantar como mamíferas que somos y también de evolucionar y sacudirnos los errores del pasado: los cometidos contra nuestro género y contra nosotras mismas sin arrastrarlos como cadenas, sin que ello siga condicionando más que a los que realmente tienen prejuicios contra nosotras y que algunas aseguran que nos sigue encarcelando, sin que nos demos cuenta, en la incapacidad. Incapaces incluso, de acompañar a una madre creyendo en nuestra integridad tras haberlo convertido en profesión y cobrar por ello, incapaces de reclamar o defender nuestro territorio sin que ello sea “síntoma” de que algún día sufriste por algo, nos hicieron sufrir a todas, o de que tienes miedo. Mientras tanto, el presente ¿qué? ¿que lo decida la amígdala, el impulso irracional? El impulso no puede ser inteligente, puede ser acertado o no. Vamos listos… Nuestros sentimientos siempre debemos tenerlos en cuenta, siempre, pero decidir por impulsos… puede tener consecuencias chungas.
    Se da por sentado que estamos dirigidas por nuestras emociones como lo están los reptiles, sin capacidad de aprender, sin capacidad de discernir o de identificar, nombrar, comprender y remediar aquello que nos preocupa por nosotras mismas, como seres humanos que somos. Se da por hecho que necesitamos ser sostenidas, acompañadas y crecer como personas de mano de algún especialista en la materia y que, a su vez, ese especialista necesita también “sanar algo” o ya lo “sanó” en su día. La vida misma es el mejor taller de crecimiento personal, la mejor terapia. Con sus cosas buenas y sus cosas malas ¿Cómo aprendemos entonces, cómo nos comprendemos a nosotras mismas según pautas externas? ¿Cómo crecemos si no tenemos en cuenta lo que hemos sido y lo que somos a través de ella, según “tal” terapia o taller (con sus dogmas, prejuicios, ideología, etc..) ? ¿cómo se razona con la amígdala? No muy bien … desde luego. La amígdala no razona.
    La vida no es divina con mayúsculas, no es perfecta y aceptar que no lo es sin poner remedio externo, no es un síntoma de tener una enfermedad psicológica colectiva que afecta a las mujeres embarazadas y por eso algunas piden la epidural. ¿No es más sencillo pensar que tiene que salir un niño por donde normalmente no entra algo de ese tamaño? Eso lo diagnostica un psicólogo no alguien que ha hecho terapia. Algunas mujeres pueden manejar bien ese dolor y otras no, incluso pariendo en casa piden un traslado. Del mismo modo que una cesárea sólo sabe si ha sido necesaria el obstetra y no tiene porqué coincidir con lo que te diga a ti, pero así es. Tú puedes tener una opinión, pero no lo puedes saber a ciencia cierta.

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  13. Por último, las emociones “acompañan” en sí mismas. Nos acompañan a nosotras y a nuestros sentimientos. Los de cada una. Y ese, querida… es nuestro terreno. Ni de las doulas, ni de las matronas. Ellas, en general, saben que no lo es y por eso se dedican a lo que se dedican y la formación la reciben donde la reciben… Si son buenas personas o no, si son respetuosas o no, depende sólo de ellas mismas. Al igual que en todas las profesiones. No sólo existen dos tipos de madres, las que tontas que compran ropita y carrito y las listas que se informan, se pueden hacer las dos cosas a la vez, son totalmente compatibles. Tenemos derecho a sentir y que no sea un síntoma patológico, doulas y mujeres en general, matronas incluidas. Tenemos derecho a vivir en el “abismo indefinido de la maternidad” donde no todo es perfecto. Así es la vida: una oportunidad constante de aprendizaje, de sacar a relucir nuestra capacidad adaptativa y de eso, depende la supervivencia. Quien la cuestiona, nos quita la oportunidad de comprobarlo por nosotras mismas.
    Si, de nuevo, nos ponéis a las mujeres un yugo que nos impide ser dueñas de nuestras actitudes, de nuestros sentimientos y las emociones que los acompañan, asegurando que hay algo más allá “que dirige” nuestros pasos inconscientemente, sean las energías “ki”, las “ke” energías, o los traumas… Incluso los que no tenemos y quedan marcados en nuestra memoria femenina colectiva o celular, los arquetipos de la diosa o la sombra del patriarcado, etc… Lo que hacéis es limitar nuestra capacidad desde el mismo momento en el que la estáis cuestionando. A las doulas, sinceramente, os animo a que formalicéis vuestra profesión, a que luchéis por regularla como lo está la de matrona, bien definida. Si se puede hacer nadie os pondrá ninguna pega, pero tenéis que comprender que las matronas lógicamente y algunas madres, no comprendamos de qué se trata, no somos tontas, no es desconocimiento… Es que no se entiende. O solo lo entendéis vosotras. Publícalo si quieres… si no quieres no lo hagas, me basta con que lo leas y lo tengas en cuenta.

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  14. Lo he leido todo, Olivia. Y como ves, lo publico íntegro. Básicamente porque estoy de acuerdo con muchas de las cosas que dices.

    Que las mujeres somos capaces... la mayoría, sí. Pero hay muchas que andan muy perdidas, muy desconectadas de ellas mismas...
    Que en una formación para doulas no se sanan los traumas... totalmente de acuerdo también. Eso es cuestión de psicólogos y terapaia específica.
    Que los estudios universitarios siempre estarán ahí y que alguien no es mejor o peor persona por ello, también.
    Que NECESITAMOS homologar y reconocer esta profesión, por supuesto, y te aseguro que estoy, junto a otras doulas, trabajando para ello. Pero que encontramos muchas dificultades en el camino, también.
    Que no todas las mujeres necesitan una doula, por supuesto. Pero que hay para quien resulta incluso necesaría... también.

    Has escrito mucho, te muestras con mucha información y respetuosa, lo cual es de agradecer. Pero no puedo ir desgranando tu escrito...

    Y lamento que éste mío haya tenido un efecto rebote. Me han acusado de pa-maternalista, de condescendiente... y mi intención no ha sido alejar sino acercar posturas. Quien me conoce sabe mi manera de trabajar, mi interés en la legalización y mi deseo de que esta batalla termine.

    Como en todas las profesiones hay garbanzos negros y lamentablemente, en ésta que todavía no existe, nos están perjudicando mucho.

    Ojalá que podamos llegar a un consenso favorable para todas, ojalá que quien no necesite una doula pueda respetar a quien sí la necesita. A mi me quedan pocos años, pero hay generaciones detrás y por ellas estoy convencida de que vale la pena el esfuerzo.

    Gracias, Olivia.

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  15. Muchas gracias, Concha. De corazón, por tu amabilidad y respuesta, también por publicar mi(s) comentario(s). No suelo hablar u opinar sin saber de lo que estoy hablando. Tengo dos hijos, soy madre desde los veintitrés años, mi hija mayor tiene diez. También tengo tres sobrinos y simplemente, aquí hablamos de la vida y de la maternidad, en la época que nos ha tocado nacer.
    Me enrollo mucho, lo sé. Pero ya sabes que me gusta explicarme bien.
    Respeto mucho a todas las mujeres que eligen una doula como compañera. Quiero dejarlo claro, quizá, porque igual se ha entendido mal este punto. Pero estoy absolutamente segura de que todas las mujeres tenemos capacidad para manejarnos perfectamente, y si es necesario tenemos que dar un toque de atención a los que tenemos alrededor, porque tarde o temprano tendremos que entendernos con ellos, los que deberían estar apoyando ese momento. Y no hacerlo, es poner un parche perjudicándonos a nosotras mismas. También estoy segura de que debería haber más gente apoyando que tenemos esa capacidad, sin hacernos dudar sobre ello. Y eso es lo que más nos afecta, se diga con cariño o antipatía se nos ofrezca o no la solución. No sé a qué te refieres con “desconectadas”. Si te refieres a la incertidumbre: es normal, muy normal y no es síntoma de que a una le pase algo malo con su embarazo o con ser madre. Es normal estar abstraída a ratos y eufórica también, tener inseguridades sobre algo que no sabes cómo acabará y estar un poco perdida ante la nueva llegada de un hijo: es lo más natural del mundo. También lo es desear, por encima de todo, que vaya bien y hacer todo lo que esté en tu mano para conseguirlo… Da igual si se trata del primer bebé o el quinto. Es así y hay que vivirlo, con sus buenos ratos, sus momentos de plena felicidad y los contrarios, las dudas, lo que tenemos absolutamente claro que no queremos, y lo que sí… Y luchar por conseguirlo. Sin sobrecargarnos con más preocupación de la estrictamente necesaria, eso desde luego. Cuando uno echa la vista atrás, te das cuenta de lo feliz que estabas, a pesar de todo ese burbujear de sentimientos contradictorios y de lo que no quieres que se repita de ese embarazo o parto, aunque evitaras lo que menos te gustó del anterior. Lo que pasa es que queremos soluciones rápidas y respuestas rápidas para todo en el momento, olvidándonos en muchos ocasiones, que somos nosotras mismas las encargadas de descifrar los códigos de nuestra maternidad y ahí tampoco podemos poner un parche.
    No tiene tantos como creemos, forma parte de la vida y la naturaleza humana. No me voy a seguir enrollando y resumo: Mi abuela me decía siempre “No por mucho madrugar, amanece más temprano. Te acuestas con más sueño ” y así es. Sabiduría popular.
    Gracias de nuevo, Concha.

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    Respuestas
    1. Hola Olivia. Yo también me apoyo mucho en la sabiduría popular y ese dicho, también lo repito mucho, porque es bien cierto. ¡será porque soy una abuela también!

      Me ha costado mucho llegar hasta aquí, es más, para ello mi vida ha dado un giro total... como cuando le das la vuelta a un calcetín, quizás por ello confío en el diálogo, en la confianza, en la puesta en común para conseguir logros.
      .
      Sí que es cierto que te extiendes, pero no me importa, aportaciones como éstas valen la pena.

      Una mujer "desconectada", para mi, es aquella que no es capaz de conectar con esa parte mamífera, con ese instinto y sabiduría interior que la lleva a averiguar, a implicarse, a ser la dueña de su embarazo, parto, lactancia... vida, y no se trata de tener miedos, dudas, vacilaciones y/confusiones, eso es lo normal en el ser humano y quizás más durante la maternidad, sino el no querer saber, el no querer implicarse... el dar el poder a los de fuera. Y créeme, no es con ánimo de juicio, sino de mencionar algo que simplemente está presente.

      Gracias de nuevo por esta aportación desde el conocimiento y el respeto. Vuelve cuando quieras, me encantará.

      Abrazos.

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