Renacer de las cenizas



¿Es lo mismo hablar de mobbing que de bulling?

Utilizamos estos anglicismos para definir que una persona está siendo acosada personal o laboralmente.  Yo no sé si quieren decir lo mismo, sólo sé que las consecuencias sí lo son.

Los términos definen un tipo de maltrato tan severo que llega a comprometer la salud de una persona, haciendo peligrar su carrera laboral y volviendo tensas las relaciones con el resto de personas de su alrededor.  Se trata de un comportamiento abusivo que tiene un impacto negativo dentro y fuera de la vida laboral y personal de alguien.

Aunque se suelen utilizar cuando se trata de un superior hacia un subordinado, este fenómeno también se da entre compañeros de trabajo en el mismo nivel,  empleando las mismas tácticas hacia su propósito: no permitir que los demás resalten o consigan realizar su trabajo alcanzado sus objetivos.  Y añadiría que también sucede entre grupos, entre asociaciones sea cual sea su finalidad y por muy honrosa que parezca, entre amigas… aunque en estos casos se le llama de otra manera que no voy a mencionar.

Por norma general, las personas que actúan de esta forma están llevadas por sus propias inseguridades lo que les conduce a despreciar a otras con el fin de obtener cierto estatus y control del poder, a pesar de que no lo quieran ver e incluso lo nieguen. 
Amenazas personales, humillación pública, exclusión a conciencia de discusiones y de reuniones, tácticas de intimidación, comentarios despectivos…

No deja de sorprenderme la actuación del ser humano, del supuesto “animal racional” quien, en situaciones como estas me demuestra que de racional tiene demasiado y en cambio carece de la parte emocional tan necesaria para empatizar con causas ajenas.

Para poder expresarme en estos términos, he tenido que pararme, respirar y poner distancia porque cuando se vive tan de cerca el dolor, es difícil ser objetiva.

Ahora, tras la tempestad solo deseo que llegue la calma y que cada cosa se ponga en su lugar. Que no solamente se escuche a quien más habla, a quien más grita… sino que la justicia del Universo devuelva ciento por uno a quien ha sufrido desde hace un tiempo esta situación de acoso y derribo por distintos canales. Y que se tenga en cuenta sus palabras de defensa, porque hemos de recordar que ante cualquier conflicto siempre hay dos versiones... 

Y que el renacer de las cenizas re-fortalezca cual Ave Fénix, a quien ha salido más perjudicada para que pueda volver a brillar con luz propia. Como ha de ser.

   
   


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