En la pasada
presentación inicial de la próxima Formación para Doulas que organizo a
través de DIEZ LUNAS, tuve la oportunidad de conversar, largo y tendido, con las mujeres que acudieron
interesadas en ella.
Confieso que
si en algo peco es en ser excesivamente clara, incluso a veces tengo la sensación
de tirar piedras sobre mi propio tejado, pero forma parte de mi forma de ser, ya que considero que no es justo
engañar a quien pone su esperanza e ilusión algo tan profundo como ser Doula.
En esta
ocasión preparé algo muy sencillo, íntimo… de persona a persona, de mujer a
mujer. Sin proyección alguna, solamente con la información impresa en folios y
dando paso a la conversación, a las preguntas y a las respuestas desde lo que
tengo, desde lo que sé y desde la experiencia en estos años de
acompañamientos. Sentí que
no necesitaba nada más.
Así, poco a
poco fuimos entrando en materia desglosando la información escrita. Cuándo,
cómo, dónde, precios y quiénes son los profesionales que van a impartirlos, lo
que forma parte de la infraestructura exterior.
Por qué montar este "tinglado" y desde dónde surgen estos seminarios formó
parte de lo que quiero transmitir, de lo que me gustaría llegue a ser una Doula
formada en DIEZ LUNAS.
Una vez desglosados
estos temas, las mujeres mostraron interés en, una vez finalizados los seminarios cómo desarrollar el
trabajo, en la manera de darse a conocer, en cómo relacionarse en este mundillo
de la maternidad… querían saber si esta era una formación “profesional”, si
daba para vivir, si realmente hay tantas mujeres para tantas Doulas… y como he
dicho al principio, mis respuestas fueron siempre desde la más absoluta
honestidad. Porque, visto lo que veo por
ahí… ES necesario hablar con total claridad.
Porque las
formaciones de Doulas NO
SON PROFESIONALES, porque siendo Doula NO
sacas un sueldo para poder vivir, porque es cierto que cada año salen un montón de promociones de Doulas que luego
no sabemos qué pasa con ellas…
Durante la
conversación, al mismo tiempo que comentaba la cruda realidad iba introduciendo
situaciones reales de acompañamientos vividas por mí, por supuesto sin dar
datos personales pero utilizándolas como herramientas para manifestar, de algún
modo, lo gratificante que puede ser estar junto a una mujer en estos procesos
relacionados con la maternidad. No
fue mi intención en ningún momento hacerlas desistir de su empeño ¡tonta sería!
pero sí clarificar a la situación en la que nos encontramos las Doulas en
España, en la Comunidad Valenciana.
Hubo un
momento en que permanecieron muy calladas… tanto que comenté ¡madre mía os he asustado y no vais a volver!
Pero entre risas dijeron que no, que estaban sorprendidas porque lo que se
vende por ahí dista bastante de lo que yo había comentado. Una de ella dijo que
además de considerarlo un trabajo muy bonito, entendía que era de una gran responsabilidad y que había que tener una
profunda conciencia de lo que suponía… que no era algo para tomar a la ligera
ya que estábamos hablando de personas y de sus emociones.
Estuvimos dos
horas que se nos pasaron sin darnos cuenta, haciendo hincapié en lo poco que se necesita para ser Doula… o en lo
mucho, según se mire, ya que yo parto de que para llegar hasta aquí se ha
de sentir la vocación desde la relación de apoyo al prójimo, desde lo que es un servicio
de acompañamiento . Y desde una comprensión del punto en que
estamos a nivel personal. Si
no es de esta forma, si se toma como una
actividad más sin profundizar en nuestra historia personal ANTES de hacer la formación y en
nuestra situación real, difícilmente se puede llegar a ser una Doula consciente y
respetuosa con el proceso de cada mujer. Y, al fin y al cabo, de esto se trata.
De acompañar y de informar respetando que cada persona haga su elección de vida.
Cuando
terminamos y nos despedimos, las invité a que reflexionaran sobre todo lo que
habíamos comentado y que tomaran una decisión consciente. Si la formación sale,
será un placer contar con ellas, y si no… el placer será haberlas conocido.
Para poder
sacar adelante esta formación se necesita un mínimo de asistentes que a día de
hoy todavía no se cubre, pero confío en que llegado el momento lo hayamos
podido alcanzar.
Como les dije
a ellas y aunque cueste creerlo, mi principal interés no es tanto obtener un
beneficio económico o personal, sino que las mujeres que
salgan a realizar acompañamientos a otras mujeres, tengan grabadas en sus células lo que sí es importante y lo que no
tiene sentido. Y que su trabajo lo realicen desde el amor al prójimo.
Quizás parezca un poco ilusa para los tiempos que corren y en comparación con lo
que en otros sitios se ofrece, pero como también les dije, gracias a la Vida yo
no necesito hacer esto para vivir sino que lo
hago para transmitir la pasión y el amor que siento hacia el proceso de gestar
vida, del nacimiento y de la maternidad consciente.
Solo pido al
Universo que cada cual obre en
consecuencia…
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