Le
estaba comentando mi forma de trabajar a una futura mamá que me había
contactado sobre el tema del acompañamiento. Le decía que suelo entablar una
serie de visitas –en función de la necesidad de cada mujer- antes del parto para
conocernos bien y establecer, de esta forma, una relación basada en la sinceridad y en la confianza. Esta chica se quedó un poco extrañada pero
rápidamente comprendió el por qué…
Muchas
mujeres se lamentan de que cada vez que van a su centro de salud hay una
profesional distinta, llegando a visitarlas
tres o cuatro personas desconocidas a lo largo del embarazo. Después, en el
hospital donde paren, también se
encuentran con personal que no conocen y con el que han de compartir algunas
horas, añadiendo además los cambios de turnos si el parto se desarrolla
arreglo al tiempo que cada mujer necesita para completar naturalmente el
proceso.
Me
comentan lo fría que es esta relación, que muchas
veces no se atreven a decir cómo se sienten, a hablar, a expresarse por
temor a que la persona que está enfrente no las entienda e incluso pueda llegar
a reñirlas desde este desconocimiento
a su carácter y necesidad.
La relación entre la Doula
y la mujer acompañada se basa en ese tú a tú, en ese poder expresarse desde la absoluta
seguridad de que va a ser escuchada sin ser juzgada, ni mal interpretada y
muchísimo menos, amonestada.
Y para ello hemos de ser muy sinceras, ambas partes.
Entiendo
que como Doula no me conciernen detalles personales pero sí puede ser interesante
llegar a conocernos al máximo para que cuando llegue el momento del parto y
compartamos juntas las horas necesarias, sepa yo interpretar sus señales y
estar atenta y complaciente a sus necesidades. Y ella, la madre de parto, se pueda mostrar segura y con la intimidad
suficiente generada a través de la confianza.
Por
eso suelo hacer hincapié en estas premisas: confianza y sinceridad, porque
facilitan el trato, porque de esta forma no hace falta hablar, porque
una sola mirada es suficiente para saber si la mujer que está pariendo necesita
un abrazo, o unas palabras de ánimo o simplemente quiere estar sola…
Cuando
esta embarazada y yo terminamos de hablar, tras poco más de una hora de
conversación, me comentó que había oído
hablar de las Doulas pero desconocía hasta qué punto este acompañamiento puede
aportar a la madre serenidad basándose, precisamente,
en
la sinceridad y confianza que se produce en estos encuentros a lo largo del
tiempo del embarazo.
Gracias
por tu escucha y por tu comprensión, querida. Y por reconocer el trabajo que realizamos, aunque no sea algo "oficial". Como tú, son cada
vez las madres que se informan y deciden por quien quieren estar acompañadas en el nacimiento de sus hijas e hijos. Y
te aseguro que para mí, VUESTRA elección
es la que vale.
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