Los niños NO se portan igual cuando NO están sus madres



He tenido la gran suerte de contar con una tribu real durante la crianza de mis hijos, especialmente por parte de mis padres. Poder contar con una casa en un pueblo ha sido importante para todos, para los niños que han crecido y jugado al aire libre durante sus vacaciones, para los abuelos que han disfrutado de ellos, y para mi, su madre, al sentirme segura y tranquila por lo que mis padres, desde su saber y hacer, les ofrecían.

Mi madre ha sido permisiva y tolerante con los niños, en cambio mi padre, fue más gruñón y más “mandón” pero siempre estaba al quite de lo que los chiquillos necesitaban.

Una de las cosas que recuerdo y que me molestaba un montón entonces era que me decían que los niños se portaban mucho mejor cuando nosotros, los papás, no estábamos. Me molestaba mucho, muchísimo. Mis hijos eran unos niños normales, estaban a gusto con sus abuelos, no eran de grandes trastadas…  yo le decía a mi padre que no me lo creía porque mis hijos siempre se portaban bien, conmigo y con ellos. Pero ellos insistían en que no, que cuando llegábamos nosotros, todo cambiaba…

Han tenido que transcurrir muchos años. Mi padre pasó a ser bisabuelo y ya no está entre nosotros, pero mi madre sí que es testigo de cómo son las cosas ahora. Y me dice lo mismo de mis nietos… cuando vienen sus madres, los niños cambian de forma notable. Y lo curioso es que yo ya me había dado cuenta de esa realidad.

Los niños son niños,  necesitan expresar lo que sienten y jugar, y mojarse y ensuciarse, y llorar, y decir que no quieren comer más y que prefieren un helado… para mí todos los niños son buenos, precisamente por eso, porque son niños. No hay más.

Y como la tradición en mi familia es la del apoyo desde la tribu, casi siempre que tengo que echar una mano con los pequeños y no hay nada que me lo impida, lo hago, y me quedo con ellos disfrutando y agotándome, que por eso son críos y están creciendo.
Pero no quiero desviarme, vuelvo a lo que me ocupa. Que los críos cambian cuando están especialmente sus madres, ES UNA REALIDAD. Guste o no guste, sucede así.

Hace poco se ha compartido esta noticia por las redes sociales y el “caralibro” echaba humo. Los padres y madres de crianza respetuosa negaban esta noticia de manera rotunda y con algún comentario muy despectivo. No pretendo entrar en juicios personales pero, irremediablemente me he vuelto a muchos años atrás, a cuando mi padre me decía lo que esta noticia proclama. Y me sonrío. Y me acuerdo de cuando me enfadaba con él y con mi madre. Y vuelvo a la realidad de ahora siendo yo la abuela: mis nietos NO se comportan igual cuando están con nosotros, los abuelos, que cuando están con sus padres, especialmente cuando están con sus madres. Lo digo en voz alta y lo repito tantas veces sea necesario.

No diré que se porten mal porque no lo creo ni lo siento, pero su manera de actuar difiere notoriamente CUANDO ELLAS NO ESTÁN.

Diría que los pequeños están mucho más sueltos, más relajados, van más a su aire, lloran menos (y no porque no sean escuchados…) comen mejor (y no porque se les obligue…) duermen más tranquilos y toda la noche (y no porque se les estiviliza…), en fin, una serie de detalles que yo a su madre le he contado y de lo que ella, es consciente.

No voy a apoyar a pies juntillas lo que dice este informe, pero tampoco voy a decir que no es cierto, le pese a quien le pese.

Una cosa es ser madre y estar inmersa en la crianza de los propios hijos, y otra cosa es estar con ellos desde la figura de abuela o de persona maternante y/o cuidadora.
Los niños son muy inteligentes, ellos saben en cada momento dónde y con quien están y utilizan sus recursos, sus herramientas. A mí me parece genial, eso demuestra que todo marcha bien.

La educación de los niños es cosa de los padres, es su responsabilidad. Los abuelos estamos para echar una mano y cuidar en un momento determinado, pero también tenemos una visión y una experiencia de la que los padres carecen y que, desgraciadamente, en muchas ocasiones se cuestiona y se desprecia. Creo que asumir que la visión es distinta dependiendo de los ojos que miren es signo de inteligencia, de inteligencia de los padres que también están en un proceso de crecimiento y de aprendizaje junto a sus hijos.

El tiempo es el principal testigo de esta evolución y si la Vida lo permite, algún día esos padres de hoy, si son sinceros y humildes, dirán como yo digo ahora: “razón tenía mis padres”.

http://vidacomomama.com/2015/08/estudio-confirma-que-los-los-hijos-se-portan-peor-con-sus-madres/





Comentarios

  1. Hola amama doula
    Yo opino igual
    Me pasa con mis sobrinos
    Y imagino k mi hija tambien se portara mejor si yo no estoy dentro de lok dices de k son ninos y no son malos
    Pero lok no se es que significa .k somos mas permisivas?k con nosotras hay mas confianza no se
    Pero si se x ejemplo k yo de peque tambien me portaba mejor en otras casas o si iva al comedor comia lok en mi casa no
    Yla razon era clara en mi casa no buscaba aprobacion ya la tenia
    Fuera uno busca ser aceptado comportarse como los demas
    Por eso los ninos comen en comedor lok no comen en casa
    Es mi humilde opinion
    Se me escaparan muchas cosas

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    Respuestas
    1. Tal vez yo tenga otra visión de las cosas, y sí sepa por qué sucede esto, ahora desde la perspectiva de abuela. Vuelvo a recordar cuando mi padre me decía "cuando tú vas, yo he ido y he vuelto". Pero eso lo reconozco ahora que tengo 63 años porque antes nunca he querido aceptar su experiencia y su conocimiento de vida.

      Digo que tal vez sí lo sepa porque las diferencias en el trato con los niños, en mi caso, son evidentes. Y no me quiero echar flores pero tengo una paciencia que sus padres no tienen. Tengo un saber qué va a pasar luego ante determinada situación (la vida está formada por ciclos que se repiten...) . Tengo el aprendizaje de haber criado a tres hijos, haber convivido con sobrinas y con otros niños, hijos de amigas... y eso, se quiera o no es un máster en crianza.

      Por fortuna, siempre he pensado y he actuado de la forma que hoy se llama "crianza respetuosa" sólo que no le ponía etiqueta, se trataba de escuchar y atender a las necesidades de los niños.

      Por otro lado, y de nuevo la experiencia me lo confirma, los niños necesitan algo que hoy los padres temen y rechazan: necesitan, en cierta medida, límites, necesitan rutinas, necesitan personas de referencia de quien aprender (los mamíferos aprendemos por imitación...)

      Y no soy un sargento porque soy muy tolerante cuando he de serlo, pero los niños conmigo siguen cierto orden que les hace la vida, su tiempo, mucho más fácil...

      En cuanto a buscar la aprobación fuera porque dentro ya la tienen... no sé qué decirte, en algunos casos que conozco los niños tienen mayor reconocimiento y tolerancia fuera de sus casa que en la suya propia desde que nacieron...

      En fin, el tema es complejo y no se puede generalizar, pero creo que cuando somos jóvenes y estamos criando, nos creemos en posesión de la verdad absoluta faltándonos humildad para reconocer que también nos equivocamos ¡yo era así, cómo no!.

      Al final todo se resume a que cada cual es portador de su historia y unas veces por no repetir patrones, por querer hacerlo mejor... también se peca, bien por exceso, bien por defecto. Y son los niños quienes lo demuestran, ellos son fiel reflejo de lo que viven en sus casa y como digo, maestros en el arte de utilizar sus mejore recursos para vivir.

      Lamento haberme extendido tanto, casi me ha dado para otra entrada.

      Gracias por tu comentario.

      Saludos.

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    2. Si tienes razon
      Creo que como madres nos vamos a equivocar seguro
      Es inevitable no querer cometer errores o cosas k no nos gustaron en nuestra niñez
      Y que eso nos lleve que se yo a ser muy permisivos no poner limites o mil cosas mas
      Yo intento hacerlo lo mejor que puedo
      Y seguro que me equivoco desde luego

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    3. Siempre intentamos hacerlo lo mejor que podemos y sabemos, y que nos equivocamos también. Muy poco humilde ha de ser una persona para creer que no se equivoca incluso con sus hijos. Todos los padres creen/creemos que se hacen las cosas por amor, pero para algunos el amor es someter al más debil.
      Y sí, los niños no se comportan igual cuando no están con sus madres, por muchas razones.
      Gracias por comentar.

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