Salud Mental Perinatal. Final de una etapa y proyectos.





He tomado buenas decisiones en mi vida, pero mi formación como Doula hace siete años y la formación que recientemente he terminado en Salud Mental Perinatal Terra Mater, han sido las que en este etapa de mujer madura me han aportado la chispa para seguir con nuevos proyectos e ilusiones hasta mi momento final, ahora que mis hijos están criados y han formados sus propias familias.

Ha sido un año de seminarios, once exactamente y a la mayoría he acudido de forma presencial, desplazándome a Madrid un día al mes. No voy a dar detalles de la formación, solamente diré que a nivel de conocimientos he entrado en la psicología y psicopatología de las emociones que envuelven a las mujeres durante sus procesos de embarazo, parto y puerperio.

A nivel personal ha sido un poner la casa patas arriba, por decirlo de alguna forma. Ha sido una revisión personal y constante ya que en cada seminario, al margen de los trabajos correspondientes al tema, ha sido necesario un trabajo personal en torno a la cuestión estudiada. Así es que de nuevo, el mirarme para saber dónde pueden estar mis dudas y mis miedos, el revisarme y el dejarme acompañar, me ha hecho elevar un poco más mi grado de consciencia,  imprescindible para poder estar junto a otras mujeres.

Yo no soy psicóloga ni tengo formación sanitaria, por tanto tengo muy claro qué hacer con todo esto que he aprendido. No voy a meterme donde no me toca. No voy a hacer diagnósticos ni a realizar terapias. Lo que se ha quedado integrado en mi corazón y en mi mente lo voy a utilizar como una herramientas más cuando acompañe a una mujer en cualquiera de estas etapas. Una herramienta con una base muy sólida que me va a permitir comprender los procesos y llegado el caso, derivar al profesional competente. Porque esto forma parte de mi concepto de acompañar. Esto forma parte de mi concepto de honestidad y honradez a la hora de desempeñar mi trabajo como mujer que acompaña.

Al poco de terminar mi formación como Doula, algunas personas me propusieron trabajar con ellas, bien ofreciendo preparación emocional a la maternidad, bien en algún Círculo para madres.  No era mi momento y dije que no. Una de las personas era psicóloga, otras eran Doulas. Sentí que no estaba preparada y necesitaba mi tiempo para integrar lo aprendido y centrarme. 


Han pasado varios años y tras haber realizado acompañamientos, haber conocido a muchas mujeres y pasado por situaciones varias en las que he tenido que aplicar mis conocimientos, y especialmente mi sentido común, me siento mucho más preparada...
Y la posibilidad de llevar a cabo un proyecto ha llegado de la mano de mi hija.

Laura ha creado un espacio para mujeres, “Entrenosotras” se llama. Desde allí se ofertan servicios profesionales tales como consulta PROFESIONAL de lactancia materna por ser IBCLC (Consultora Certificada Internacionalmente en Lactancia Materna)  talleres de porteo, talleres de recuperación de suelo pélvico, yoga para embarazadas… etc.etc.

Comentando con ella algunas de las cosas aprendidas en esta formación, me insinuó que ya era momento de que todo eso lo pusiera también a disposición de las mujeres. Y se me encendió la luz. Realmente estaba preparada para ello, el día había llegado. Todavía no habíamos finalizado la formación, transcurrían los últimos meses del año pasado, de 2015.

Iba a aplicar lo aprendido durante esta formación en forma de un Círculo de Maternidad, un espacio donde las mujeres que quisieran acudieran a compartir, expresar, charlar, llorar y reír… sentir, estar en compañía.


Un Círculo de Maternidad abierto a mujeres que estuvieran buscando un embarazo, o a quienes ya estén embarazadas. Madres puérperas o con bebés lactantes. Sin cerrar puertas a nadie que estuviera pasando por momentos claves de su maternidad desde el mismo instante de pensarse madre.

Quiero aportar mi disponibilidad desde la escucha activa y empática, sea cual sea la causa por la que las mujeres llegan hasta aquí. No tengo una meta pues eso simplemente ya me hace sentir bien. Estar con ellas y ver que al ser escuchadas y comprendidas desde la ausencia de juicio se sienten bien y disipan sus temores,  para mí ya es muy reconfortante.

Mis fundamentos para comenzar esta andadura son, por un lado, la experiencia de vida, el haber conocido a muchas mujeres con sus distintas circunstancias. El tener capacidad de atención, de observación, de estar. Saber situarme a su lado. Siento que viene de base en mí como persona y se incrementa con mi formación como Doula.
Y por otro lado cuento con todo lo leído, aprendido, escuchado compartido durante la formación ya que al haber sido tan intensa y variada, las herramientas que tengo integradas son poderosas y fiables por tener una base en la evidencia y en el estudio de personas muy competentes.

La filosofía de mi trabajo se centra en que no quiero que jamás una mujer durante su crianza se sienta sola, no tenga con quien comentar su miedo, depresión, ansiedad… cualquier circunstancia que la haga sentirse mal y conlleve el riesgo de que pierda su norte, de que se pierda ella con su bebé. 
Como he comentado, lo estoy llevando a cabo en un espacio físico muy bonito donde las mujeres acuden, se sienten acogidas y cómodas, donde les ofrezco un té o un café con un bollo o unas galletas… un tentempié que les permite estar distendidas.
Yo estoy de forma altruista. No cobro nada por mi tiempo y disponibilidad.

Y es que fortalezas tengo muchas en este  momento.  Estoy segura de mí, me siento preparada, serena y con capacidad de trabajo a pesar de que no soy una jovenzuela.
Cuento con muchas compañeras de formación tanto en persona como de forma virtual, compañeras con las que he compartido intimidades, risas, llanto y presencia, mujeres que están dispuestas a echar una mano cuando haga falta.  Cuento con apoyo incondicional de mi marido, de mi familia. Y por supuesto de mi hija.


Soy afortunada y lo sé, por eso no quiero quedarme para mí sola todo esto que tengo. También sé que mi perfil de mujer madura atrae a las mujeres… porque ellas me lo han dicho. Sienten mi serenidad y se confían fácilmente, lo cual facilita la aproximación.

Algunas mujeres pasan por momentos realmente duros, de mucha soledad y tristeza durante su maternidad temprana, y en esta sociedad deshumanizada se presta poca atención a lo que no aporte rentabilidad económica. Escuchar, acompañar, apoyar a mujeres durante su crianza, en términos económicos no es productivo, sin embargo en términos sociales y saludables, supone jugarse el futuro.

Dicen que cuando una puerta se cierra otra se abre. Y así lo creo. Han habido circunstancias en este año pasado que me han desanimado a seguir en ciertos espacios, han ocurrido cosas que me han abierto los ojos y me han alejado de algunos sueños. Y de algunas personas. Pero soy cual Ave Fénix, una vez ha pasado la tempestad, renazco de mis cenizas. Y siento que ya era hora de comenzar otro proyecto pues no quiero que se pierda todo lo que voy acumulando. Quiero, necesito compartir lo que tengo y quiero ofrecer con todo mi amor una mano a quien la necesite.

Y ahí ando ahora. Emocionada, agradecida, ilusionada… esperando que lleguen los días que tenemos nuestro Círculo de Maternidad, con los ojos y los oídos abiertos, con el corazón receptivo, con la cabeza en el cielo y con los pies en la tierra.








Comentarios