Violencia OBSTÉTRICA (otra vez)



Hace tres años escribí este texto.  Si bien podía haber hecho una entrada nueva, la copio tal y como la publiqué porque, realmente y a pesar de los intentos, los cambios han sido pocos.

Hay mujeres que siguen siendo infantilizadas, se siguen haciendo prácticas desaconsejadas, se sigue separando a los bebés recién nacidos de sus madres... y se sigue prohibiendo que las mujeres que lo desean estén acompañadas por sus doulas en SUS partos y,  francamente, a veces me siento predicando en el desierto.

Aún así, mientras me quede voz y capacidad para escribir, seguiré diciendo alto y claro lo que está sucediendo...

"Como mujer que me interesa el proceso de llegada a la vida, me ocupo en procurar el mejor nacimiento a los nuevos seres, informando, apoyando y acompañando desde un punto de vista emocional a la madre que así lo desea en su parto.  Por ello, quiero hablaros de otro tipo de violencia: la violencia obstétrica.

Se suele dar por buenas aquellas actuaciones intimidatorias realizadas por personal sanitario durante estos procesos antes mencionados. Así, se hacen tactos vaginales innecesarios de forma abusiva y violentando la intimidad de la mujer, se hacen cortes en la vagina sin necesidad y, de la misma forma, violando el derecho de toda mujer a que su cuerpo sea respetado…  Son muchos los protocolos obsoletos que siguen estando en la mayoría de los paritorios de los hospitales españoles anulando la voluntad de la mujer y siendo, de esta forma, vejada e infantilizada.  La mayoría de ellos, dejan graves secuelas tanto físicas como emocionales.

Para que nos hagamos una idea,  este corte en el periné “sin importancia” llamado episiotomía, se sigue realizando en un gran porcentajes a pesar de que la OMS no lo recomienda.  La cesárea innecesaria, la posición en decúbito supino (tumbada de espaladas), la prohibición de la deambulación y de la ingesta de alimentos, la falta de apoyo y atención emocional, las respuestas groseras y airadas, y cualquier situación que a una mujer que está de parto, momento sumamente vulnerable y que necesita de unas condiciones especiales, la hacen sentirse sola, desatendida… y violada en sus más íntimas emociones.

No es cosa poca lo que estoy comentando. Cada vez son más las mujeres que se informan y que hacen valer sus derechos amparados por ley. Cada vez hay más personal sanitario que se pone de su lado e intentan que se produzca el cambio, pero la realidad es que estamos a años luz de otros países donde los nacimientos se producen de forma normal, natural y respetada.


Quisiera que estas palabras mías sirvieran para que quien las lea, se haga un planteamiento de esta cuestión y anime y apoye también, en esta causa.  Las mujeres debemos exigir dignidad, porque la violencia obstétrica, existe"






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