Ya van siendo muchos los años que
llevo junto a esta maravillosa máquina
humana que me acompaña y me sostiene y que, por "suerte" (o sea, trabajo personal continuo), cada vez conozco mejor.
De nuevo
tras una serie de señales, el cuerpo me ha
vuelto a parar.
Por diversas circunstancias he
llegado a un momento de agotamiento emocional que ha trascendido a lo físico. Situaciones familiares que me hacen fluctuar
entre el dolor, la tristeza y la rabia. Presencia constante e inevitable que me
agota también físicamente. Acompañamientos intensos que me llevan a replantear
creencias. Y alguna cosilla más.
Noches de insomnio. Taquicardias constantes.
Subidas de tensión. Irrefrenables ganas de llorar. Desear un agujero para entrar y no
salir en una temporada. Heridas sin importancia en las
manos. Y al final, un herpes que rodea mi cuerpo desde la zona lumbar hasta el
pubis. ¡Hasta aquí!
Y
ahora, sí o sí, lo veo y lo escucho. Ahora toca parar.
Como he dicho al principio y dado
que me conozco, sé que no será por mucho tiempo. Mi temperamento y mi
personalidad en cierto modo cíclica, acogerá el espacio necesario para
recomponerme, para poner en orden lo que se ha salido de madre, para nutrirme y
para volver a la carga de otra manera. Más consciente, más pausada, más serena…
Antes
de echar culpas a los cambios del tiempo, a la edad, o a los demás, necesito mirar hacia
dentro y ver qué me está pasando. Tomar distancia para ver qué es lo
que sobra a mi alrededor, para valorar lo que realmente tiene sentido, para
invertir energías en aquello que lo merece y para seguir dando a toda máquina y
desde el corazón lo mejor de mí: mi tiempo y mi acompañamiento para las personas que lo requieran.
El
cuerpo es sabio, no hay más que escucharlo. Por ello, por los momentos invertidos en la escucha, por permitirme llorar, por no esconder mis emociones,
por enfrentar con valentía que todo es un aprendizaje y por seguir viviendo,
doy una vez más gracias a la Vida… que me sigue dando tanto.
Hola
ResponderEliminarMe encanta tu blog, todo lo que escribes y la pasión que transmites con tu trabajo como doula.
Es bueno hacer un parón y cuidarte para poder seguir acompañando.
Deseo que te recuperes prontito y puedas seguir con tanta energía como hasta ahora.
Pues muchas gracias. Me encanta que te encante y me gusta que escribas por aquí. Con la rapidez de Facebook se ha perdido la cercanía que transmite un comentario aquí directamente en el Blog... así es que vuelve cuando quieras.
EliminarSaludos.