El papel del padre en la lactancia (y en lo demás…)



Quiero pensar que alguien cree que favorece la igualdad entre mujer y hombre cuando dice “estamos embarazados”  o “nos toca parir en tal fecha”. Sin embargo, lo que yo siento es, por un lado, la usurpación de un rol -si es él quien lo dice-, y dependencia y cesión de derechos si quien lo menciona es ella. Lo lamento pero así me llega. No quiero ofender a nadie pues no estoy poniendo caras cuando escribo esto. Estoy compartiendo mis sentires.

En más de una ocasión, en reuniones donde se habla con parejas sobre embarazos, partos, crianza… he tenido que respirar hondo y meditar muy bien qué decir antes de hablar. Porque, no deja de resultarme “curioso”, por no buscar otro calificativo más fuerte, que a la hora de interesarse por cómo puede ser un parto, qué esperar del personal sanitario y del hospital, que emociones está sintiendo la mujer en esos momentos… sea el marido-padre-compañero quien hable mientras ella está por completo, callada.

De la misma manera que, no deja de ser… curioso también, que a la hora de relatar una experiencia de parto sea el marido-padre-compañera quien lo haga, de una manera técnica y sin emoción, mientras ella está a su lado, callada.

Vuelvo a decir que, esto no es un juicio ya que no estoy poniendo nombre y apellidos a estas experiencias que he vivido.

Ayer, sin ir más lejos,  compartí en mi página de Facebook una noticia sobre lactancia materna donde la profesional que la escribió, tuvo la mala fortuna de decir que “es el padre quien orquesta y dirige en la lactancia”.

Desconozco si fue ella quien lo dijo con estas palabras o, la/el periodista a la hora de transcribirlas, lo bien cierto es que han sido muy desafortunadas… desde el punto de vista de las mujeres que trabajamos por el reconocimiento del papel de la mujer en la maternidad, del papel de la mujer en todos los procesos que por naturaleza y fisiología le corresponden.

Así, y enlazando todo lo anteriormente citado, parece que se olvida que es la mujer quien se queda embarazada, esto es, es LA MUJER quien gesta, pare y amamanta. Al menos por ahora y hasta que “la ciencia” consiga otra cosa.

No deja de haber mujeres que comentan el gran apoyo recibido por sus parejas y que gracias a ellos pudieron amamantar. Esto es innegable y además es genial. El apoyo del padre es importante… pero no definitivo.

Quiero mencionar los grupos de mujeres, los grupos de madres donde, entre iguales, se comparten inquietudes, miedos, cansancios y cómo no, progresos y alegrías. Se ha comprobado que estos círculos de mujeres sí que favorecen la lactancia y la crianza, son numerosas las experiencias y los estudios realizados donde se confirman las relaciones de sororidad y hasta qué punto benefician la diada mama/bebé.

Cuando una mujer gestante tiene claro cuál es su papel en los acontecimientos que se avecinan, cuando tiene claro su único protagonismo junto a su bebé durante la lactancia, cuando entiende y tiene clara la importancia de la fusión entre su bebé y ella, cuando se conoce la bio-neuro-fisiologia de la diada madre-bebé desde el mismo momento de la concepción… no va haciendo concesiones dando la mitad de su protagonismo al padre de su criatura.  Y si él está informado, comprende y respeta este proceso, tampoco “reclama” visibilidad más allá de la que le toca.

Porque, tengamos en cuenta que hay parejas de mujeres que también tienen hijos, y madres solteras por elección donde no aparece una figura de padre-hombre-macho alfa.

Puede que si tú sientes que has tenido una gran ayuda con tu pareja no termines de comprender lo que quiero decir, puede. Y por ello voy a insistir.

El papel del padre en estos momentos es de suma importancia, sin embargo gira en torno a la diada establecida. El padre, ha de ser cuidador y protector, ha de ser suministrador, ha de estar al tanto de las necesidades de su pareja y proveerla de esos cuidados para que sea ella quien, a su vez, amamante, cuide y proteja al bebé de ambos. Así de fácil y sencillo.  No se trata de que sea él quien asuma un papel protagonista cara al bebé, sino cara a la MADRE. Y ahí radica el armonioso funcionamiento de la triada.

Estoy refiriéndome al puerperio y a los primeros meses, especialmente,  de vida bebé, aquellos en que la mujer está más cansada y vulnerable por la revolución que ha supuesto el embarazo, el parto, la lactancia con todo el agotamiento físico, los grandes cambios hormonales, la ausencia de descanso…   Más adelante y según los acuerdo alcanzados en cuanto a crianza, el papel del padre seguirá siendo importante y necesario,  adecuándose siempre a las demandas y necesidades de cada hija y/o hijo, de cada familia.

Para terminar y a pesar de que quien me conoce ya lo sabe, quiero confesar que llevo 45 años junto al mismo hombre y padre de mis hijos al que amo con todo mi ser. Que tengo dos hijos varones a los que adoro, y dos nietos varones que son mi alegría. Y quiero aclararlo para que nadie pueda pensar que soy una resentida en este tema.

El hombre es complementario a la mujer, en el caso de parejas heterosexuales.  Ninguno es más que el otro. Sin embargo sí que hay unas diferencias que marca claramente el género y la fisiología,  y estas son las que hay que respetar en todos los procesos de maternidad.

Hacer concesiones cuando no toca es apoyar el machismo, es seguir perpetuando el patriarcado. Es hacer creer que el hombre es superior a la mujer. Y NO lo es.

Con Amor,


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