Círculo de Maternidad: hablan las madres.


A menudo escuchamos decir aquello de que, a veces, pasan trenes que hay que coger para no perder la oportunidad de hacer algo. Este fue mi caso en 2015. Comencé la formación en Salud Mental Perinatal, con Isabel Fernández del Castillo e Ibone Olza y a través del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal. Y fue una gran decisión.

Para mí, que soy Doula, fue un descubrimiento tanto de los contenidos impartidos en los distintos seminarios, como de las personas que allí conocí, mayormente psicólogas, con algunas de las que, a día de hoy, mantengo una bonita relación.

Después de esos meses estudiando las emociones que envuelven a las mujeres durante su maternidad,  las patologías que se pueden derivan según las experiencias vividas, y viendo la soledad real en que se sumerge una mujer desde el momento que decide ser madre y especialmente en el puerperio, decidí que organizaría un Círculo de Maternidad, sin clases magistrales, sin directrices ni apenas condiciones, y desde el voluntariado por mi parte,  con el principal fin de que las mujeres pudieran hablar con libertad de sus emociones, de sus partos, cesáreas, nacimientos de sus hijas e hijos; donde se hablara de lactancia o de alimentar a los bebés con leche de fórmula; donde poder hablar de sus parejas, de sus madres, de sus suegras, de su sexualidad… de todo aquello que necesitaran expresan con la confianza de que no se iban a encontrar con el más mínimo juicio, sino escucha, comprensión, respeto  y abrazos.

Tal vez mi idea no fuera muy novedosa pues tenía constancia de talleres de lactancia y de crianza, de GAMs, sin embargo, no conocía un Circulo donde se diera cabida a todo tipo de emoción referente a maternidad y crianza, y se facilitara sin ideas preconcebidas, sin tabúes, sin restricciones… Ahora, me alegra comprobar que prolifera este tipo de propuesta, que ya son muchos los Círculos de Maternidad que se ofrecen a través de las redes, y me satisface por lo que esto representa.

Mi primer Círculo de Maternidad, el de Entrenosotras, se mantuvo durante un tiempo gracias a las mujeres que venían en busca de escucha, mujeres de la zona y de otros países: francesas, de la República Checa, de Canadá… y así estuvo funcionando hasta que, por circunstancias ajenas a mi voluntad, fue cerrado el Centro y con ello las actividades que se realizaban, entre ellas nuestro Círculo. Recuerdo a algunas de aquellas mujeres con especial cariño…

Sin embargo, alguien quiso que estos lazos no terminaran de romperse y volvimos a crearlo pasado el verano, gracias a una mujer entrañable que nos cedía un espacio en su herboristería, en Verdenautas.

Y comenzamos de nuevo.  Algunas de las mujeres del anterior Círculo acudieron a la llamada y así, poco a poco, se ha ido configurando el precioso grupo que hoy está compuesto por veinte madres, si bien es cierto que no todas se reúnen en el mismo día, pues ya sabemos que la crianza y las obligaciones laborales/familiares no siempre permiten que seamos las dueñas de nuestro tiempo.

En este periodo y en más de una ocasión, me ha asaltado la duda de si realmente este Círculo cumpliría mi propósito, aquel que plasmé en el proyecto final de la formación, aquel que serviría para que las mujeres caminaran sus maternidades más ligeras de equipaje, porque una cosa es que yo las vea hablar y reírse, compartir y preguntar; que las lea en el grupo de Washapp cuando una lanza una pregunta y las demás responden solícitas, y otra cosa es que este caminar arduo, estos días sin fin junto a las criaturas que son el centro de su mundo, estas maternidades,  las vivan conscientes y, cuanto menos, convencidas de que hacen lo mejor que pueden, en el momento en el que están, con lo que saben y lo que tienen… y no las asalte LA CULPA, el principal enemigo de una mujer durante la crianza.

Nos queda apenas un mes de poder seguir reuniéndonos, porque en el momento en que los niños tengan sus vacaciones escolares, el grupo prácticamente se disolverá hasta que pase el verano y se reinicien los colegios. 
Por eso les he pedido que, libremente, quien quiera hacerlo y con pocas palabras, cuente sus vivencias de los días compartidos en torno a unos almohadones en el suelo, con mujeres embarazadas, con bebés de distintas edades, con una taza del delicioso té que nos preparan Bea y Pablo en su agradable espacio de trabajo…

Y aquí están las respuestas de algunas de ellas, a la vista de las cuales este Círculo tendrá continuidad mientras sean estas madres, y otras mujeres que deseen incorporarse, las verdaderas protagonistas de estos encuentros, como lo son de sus maternidades y crianzas.

“Para mí el Círculo de Maternidad ha significado un antes un después entre mi lado oscuro, pensar que solamente me podía ocurrir a mí y sentirme abrazada y confortada por el resto de mujeres, cuando, además, tu madre no ha vivido lo mismo que tú y no tienes donde aferrarte, saber que hay otras mujeres que van en tu misma línea, pues ayuda.  Saber que a las ocho horas de la mañana puedes preguntar el grupo de madres tus dudas, tus inquietudes, porque a ellas también les pasa y te sientes entendida. Muchas madres/ suegras no han vivido tus mismas inquietudes, ni han podido realizar su maternidad como tú quieres, entonces los círculos de madres vienen muy bien para recaudar mucha información y sentirse apoyada”.  Raquel, madre de un niño de 5 años y un bebé de 4 meses.

“Para mí, que aún estoy embarazada, las veces que he podido ir al Círculo me han servido para tener aún más conciencia sobre mi estado, a veces el ritmo del día a día no nos deja hacer un alto en el camino para dejarnos sentir y la experiencia del círculo en la que compartimos reflexiones, situaciones, miedos, a veces también diferencias hace que se cree un ambiente muy bonito y al mismo tiempo muy poderoso, porque te das cuenta que muchos de los cambios que sentimos también lo sienten las demás mujeres presentes y eso te hace pertenecer a un grupo determinado y te da calma, eso es, una de las palabras que resaltaría en estos encuentros es la calma y comprensión que al fin y al cabo es lo que buscamos. Así que vaya, más o menos sólo puedo deciros, gracias” Zahira, embarazada de su primer bebé.

“Llegué al círculo embarazada por segunda vez, siempre me había atraído la idea de pertenecer a algo así, mujeres compartiendo en la etapa de la crianza la soledad del momento, con el tiempo me di cuenta que no solo compartíamos aquella soledad sino muchísimo más. Mujeres a las que apenas había conocido unos minutos, se abrían por completo mostrando sus emociones. Yo misma en más de una ocasión he compartido sentimientos y palabras que hasta aquel momento sólo había escuchado en mi mente. Sostén, abrazo, apoyo, escucha, sin juicios, con empatía y mucho amor, así me he sentido, y aunque en un principio fue costoso lograr la continuidad, ahora está siendo una maravilla, nos vemos periódicamente, la creación del grupo de whatsapp para compartir y anticipar el contenido de los mismos, para debatir, me encanta y así lo digo. Soy más consciente que nunca de lo importante que es para mí, la asistencia y pertenencia a este bonito proyecto. Las redes van en aumento y además de “circulear” quincenalmente, nos vemos en el barrio y compartimos momentos de crianza al sol en el parque... me siento agradecida y así te lo transmito querida Concha, compañera de camino y querida Doula de vida y de amor. Gracias por crear este maravilloso espacio que nos hace parar y observar lo que sucede a nuestro alrededor, porque ese momento es para nosotras, aunque estemos con nuestros bebés, es un momento de mirar hacia dentro y respirar”.  Charo, madre de un niño de 6 años y una niña de 18 meses. 

“El circulo de mujeres ha sido para mí un refugio, y no solo en cuanto a esos aspectos cotidianos que compartimos todas las mujeres que se transforman en madres, sino también en unas conexiones espirituales, difíciles de explicar. He llegado a comprender cosas sobre mí que no sabía que existían. Y lo más importante, he aprendido a no juzgar, pues he tenido que reconocer que lo hice y lo hago. Las reuniones entre mujeres (madres) ayudan a empatizar, a cooperar, a respetar que somos diferentes y que esto es lo que da color a la vida” Aida, madre de una niña de 20 meses.

“Llevo sólo cuatro sesiones con vosotras, pero puedo decir que me habéis aportado seguridad y arropo en cada una de ellas. Me resuenan vuestras vivencias y conecto con ellas de manera que me siento reforzada en mis creencias e intuiciones sobre la maternidad y sobretodo que ya no me siento “aislada” del mundo por vivir esta bonita etapa de mi vida.  ¡Así que sólo puedo daros las gracias! “  Lorena, embarazada de su primer bebé.

“A mí las reuniones de mujeres me han ayudado a sentirme arropada y comprendida. Me han enseñado que por lo que pasamos es normal, nuestros sentimientos, nuestros miedos. Que no lo estoy haciendo tan mal como me hace pensar a veces la gente de alrededor. Me ha dado la oportunidad de expresarme sin sentirme juzgada. Salgo de las reuniones con energía renovada. Gracias”. Cristina, madre de una niña de 3 años y gemelos de 11 meses.

“Para mi formar parte del grupo de maternidad es compartir, aprender, escuchar, acompañar y encontrar apoyo. Es una forma de vivir la maternidad entre mujeres, desde el respeto y el amor por nuestros hijos. Es un lugar en el que hablar de las alegrías, los miedos, las experiencias, las dudas y las decisiones. Es una tribu de mujeres que se acompañan y crecen juntas en su maternidad” Rocío, madre de un bebé de 4 meses.

“Tengo 4 hijos y soy artesana, trabajo en casa para poder conciliar. Cuando salgo a alguna feria suelo llevar a mis hijos conmigo. Esto hace que la maternidad sea muy intensa y hay días (la mayoría) que apenas hablo con adultos. Para mí el Circulo de Maternidad es el único sitio donde me siento entendida. Donde puedo hablar libremente sin que nadie se lleve las manos a la cabeza o me diga cómo he de hacer las cosas. Es un lugar donde descargar sentimientos y poder desnudarte sin miedo. Gracias a mi querida Concha por facilitar esto”. Sonia, madre de cuatro chicos: uno de 13, gemelos de 6, y el pequeño de 3 años.

“El círculo significa para mí: Una actividad de placer a la que puedo ir sin estrés alguno con mi bebé. Un espacio de diálogo y discusión sobre todo tipo de temas relacionados con la maternidad, donde puedo expresar mis inquietudes y escuchar otras experiencias. Un grupo de amigas que estarán a mi lado cuando las necesite. Un acompañamiento virtual las 24 horas del día para cualquier problema que pueda tener. Una fuente de recursos a todos los niveles. En resumen: un acompañamiento que me permite vivir la maternidad de forma mucho más segura, tranquila, minimizando las preocupaciones y disfrutando al momento de cada instante de mi hijo”. Martina, madre de un bebé de 3 meses.

“Los primeros meses con mi peque han sido bastante duros para mí, acudir al Círculo de Mujeres me ha dado la de sentirme acompañada y entendida por otras mujeres que estaban pasando o habían pasado por lo mismo que yo. He podido ser libre de expresarme sin sentirme juzgada, y a la vez poder escuchar a otras mujeres me ha hecho darme cuenta de que todas más o menos transitamos el mismo camino. Es un honor sentarse en ese Círculo, ser escuchada y poder escuchar, abrir el corazón, reír y abrazarnos. Gracias Concha por tu trabajo “.  Caro, madre de una beba de 8 meses.



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