Estoy agotada, sí. Desde hace
unos meses –desde que murió mi madre- vengo arrastrando cierto agotamiento físico y
mental. Transitar un duelo necesita disminuir la actividad y como no lo he hecho,
he llegado a esta situación en la que me encuentro. Soy muy consciente de ello
porque, mi cuerpo, me lo está diciendo.
Estoy agotada de ver
incongruencias, de ver cómo se dicen unas cosas y se hacen otras. Harta de ver
cómo se nos trata de tontas, de incapaces. Porque ahora necesitamos manuales para
ser mujer, para alimentarnos, para llevar una vida sana, para tener la regla,
para vivir un embarazo, para parir… Y, sobre todo, para criar. Y lo que es más
triste, agotada de ver cómo somos, por un lado, las mujeres las que arremetemos
contra nosotras mismas y, por otro, incomprensiblemente, quienes compramos todas las
motos que nos venden.
Hablaba días atrás con una Amiga,
con la doula que me doulea, comentábamos que estamos perdiendo el norte y que
tal vez sea porque todas queremos sacar cacho de esta situación de
vulnerabilidad en que nos encontramos frente a tanta contradicción. Y puede que
tenga razón. He estado pensando en ello…
Hoy, después de un fin de semana físicamente
intenso, y nutritivo a más no poder a nivel emocional, decido que me jubilo definitivamente
de organizar formaciones para futuras doulas. Otra cosa es que alguien me
invite a una colaboración, en cuyo caso lo pensaría.
Quiero ser muy coherente con mi
sentir y por eso he tomado esta determinación a pesar de que adoro a los grupos
de mujeres que acuden y la sinergia que se crea, entre todas nosotras, a lo largo de los distintos seminarios. Ayer
se lo dije, muy emocionada, a las mujeres que se despedían entre abrazos y
lágrimas.
Ayer fue mi punto y final en estas cuestiones.
Siento que necesito ir cerrando
frentes. Y éste ha sido uno de ellos. El siguiente es ir abandonando las redes
sociales, asomándome sólo de vez en cuando y quedarme con este blog, con este
particular confesionario, donde digo lo que siento sin saber a quién le llega.
Cerrar esos frentes que me hacen
perder energía y quedarme con aquello que no me desgasta, y en cambio, me nutre.
Por esa
razón me quedo con los acompañamientos individuales, personalizados, cara a
cara, corazón a corazón. Me quedo con permanecer junto a la mujer que me llama para
que, simplemente, la acompañe y, establecer una línea de sinceridad,
de apoyo, de escucha, validando sus emociones y permitiendo que sea ella quien
se encuentre, quien saque a flote su poder, quien descubra la mujer que es y
así, prepare la bienvenida para ese bebé que gesta, o que desea gestar… siendo
ella quien encuentre sus flaquezas y sus fortalezas.
Ando aclarando mis ideas,
escuchando lo que me dice el corazón, sintiendo-me para proyectar cuál va a ser
mi lugar a partir de ahora. Dejar algunas de las actividades tal vez no me
resulte fácil, sin embargo, sé que necesito quedarme con lo mínimo pues he de
resguardar esa energía que cada vez va siendo más débil y no quiero llegar a los tiempos finales totalmente debilitada…
Comentarios
Publicar un comentario
Dime tu OPINIÓN, por favor, me interesa y mucho
Si no usas ninguna cuenta, ELIGE la opción Nombre/URL, luego ESCRIBE tu nombre o nick y deja en blanco URL.
Dale a continuar, escribe tu comentario, pincha en PUBLICAR un comentario...
Gracias.