Plan de Parto: mitos y leyendas.


El primer taller sobre Plan de Parto que se hizo en Valencia, allá por 2014 si la memoria no me falla, fue a instancias de Al Caliu, la Asociación de Doulas de la Comunidad Valenciana, siendo yo su presidenta.

Desde entonces animo a las madres que acompaño en sus embarazos a que preparen su plan de parto y lo presenten, con suficiente antelación y siguiendo los requisitos necesarios, en el hospital donde quieren ir a parir.

Y lo digo bien claro por lo que he visto en estos años acompañando partos: no siempre se tiene en cuenta en la sanidad pública y para nada se toma en consideración en la privada.  A pesar de lo que digan…


A pesar de que se supone que el citado documento tiene un valor vinculante, mi experiencia en este tema es bastante decepcionante.

 

El primer plan de parto que recuerdo haber ayudado a confeccionar, fue rechazado por un hospital público. Al presentarlo la madre en el SAIP le dijeron, textualmente “no podemos aceptarlo porque esto le quita poder al médico”.  La madre cambió de hospital, pero me pregunto cuántas mujeres habrán tragado y callado.

No diré que no se respeta nunca, lo que sí diré es que me sobran dedos en una mano para contar las veces que la matrona de guardia se lo ha leído.  Y cuando esto ocurre, es realmente emocionante. Cito un caso en que la matrona, además, se presentó a la mujer parturienta: “hola, me llamo X, soy tu matrona y termino de leer tu plan de parto” ...  No he vuelto a ver a ninguna otra profesional que lo hiciera de este modo.

Cuando no se han leído el plan de parto, es evidente: preguntan directamente a la mujer de parto qué es lo que quiere en una situación concreta, interrumpiéndola en su sagrado momento y activando, así, su neocórtex.

Si estoy yo en el acompañamiento, voy respondiendo a las preguntas que le hacen. Si no estoy yo, sé enseguida que, o no lo han leído, o no lo han respetado, cosa que también es demasiado habitual.

Cuando la mamá llega a la habitación, donde yo la estoy esperando, con su bebé encima y un padre emocionado (por regla general, si hay padre no estoy con ella en paritorio…) me doy cuenta de que la criatura no puede centrar la mirada cuando busca los ojos de su madre, y entonces me percato de que NO han respetado el deseo de evitar el colirio, dificultando el primer encuentro entre madre y bebé, esa primera, única y mágica mirada…

Prácticamente todas las mujeres señalan en su plan de parto que desean un pinzamiento tardío del cordón y, aunque ya está siendo práctica habitual en muchos hospitales públicos, todavía hay profesionales que no dan valor a este deseo de manera que han de encontrar una justificación: “lo he tenido que cortar rápido porque estaba enrollado en cuello y era corto”.  Si no hubiera estado yo delante, tal vez la habría creído.  Lo bien cierto es que el plan de parto ha sido papel mojado.

El tema de la vía es un caballo de batalla.  Hay mujeres a las que no les importa llevar una vía durante el parto, así es que está bien si no indican nada en contra y se la ponen. Sin embargo, hay otras mujeres a las que les molesta, mujeres que explícitamente piden que NO se les ponga una vía en ningún lugar de su cuerpo… Y la verdad es que, utilizando cualquier argucia, son demasiadas las madres que terminan pariendo con vía en contra de sus deseos. De nuevo, el plan de parto, ignorado.

El tema del monitor es otra pesadilla.  La inmensa mayoría de mujeres solicitan NO estar con las correas, con el monitor constante (salvo caso de absoluta necesidad) solicitando el monitor externo, móvil e intermitente. Pues bien, pocas se libran del monitoreo que ellas sienten con demasiada frecuencia y que les impide el movimiento, que las hace estar incómodas porque la señal se pierde a la mínima. Plan de parto, pasado por agua.

Cada vez son más las mujeres que se preparan a conciencia para un parto fisiológico, esto es, sin medicación ni anestesia. Y así lo hacen constar en su plan de parto, siendo sabedoras de que, si en algún momento no pueden más y solicitan la epidural, se les va a poder administrar.  Sin embargo, otra prueba de que no han leído su plan de parto, es que a poco comienza el parto activo y sin haberla pedido la mujer, comienzan a ofrecerle la epidural haciendo que la mujer dude de su propia capacidad y convencimiento. Por suerte, si quien acompaña a la madre en ese momento sabe cómo manejar la situación, el personal sanitario termina desistiendo en su ofrecimiento. Plan de parto ¿leído y respetado?

Otra cosa que piden las mujeres en su plan de parto es libertad de movimiento y adoptar la postura que el cuerpo le pida… Y aunque suene extraño, todavía hay sanitarias que de una manera sibilina “convencen” a la mujer para que adopte una postura cómoda (para la profesional) a la hora de la fase final del parto, del nacimiento del bebé y alumbramiento de la placenta.

Respecto al acompañamiento podría hacer una entrada aparte, aunque voy a mencionar poco ahora.

Todavía se sigue preguntando por el padre cuando una mujer llega de parto y eso estaría bien si todas fueran con su compañero, pero… cada vez hay más madres solteras.  Si hubieran leído su plan de parto, habrían visto que no hay padre presente y que quien va a estar con ellas es una doula, o una amiga, o la abuela... Más de una mujer, madre soltera, de las que yo he acompañado me han dicho que les ha parecido una falta de respeto ambas cosas: preguntar por el padre y no haber leído el plan de parto que han preparado.

Podría estar diciendo más momentos en los que el plan de parto no se tiene en cuenta, pero considero que es suficiente porque hay situaciones más… delicadas y no quiero entrar en terrenos pantanosos.

Desconozco si esto va por provincias, por hospitales o queda en el personal sanitario que esté de guardia, lo bien cierto es que hay poco escrito sobre planes de parto no respetados.  Yo no voy a meterme en ningún estudio estadístico, mi intención es haceros llegar que no es oro todo lo que reluce. Que se nos llena la boca hablando del plan de parto, que se le sigue dando un valor que debería tener y no tiene y que, si no sois vosotras, las mujeres que habéis pasado por esa situación las que denunciais que no os han respetado, vamos a seguir manteniendo una ilusión, un cuento que acrecentamos y mantenemos entre todas.

Yo animo a las mujeres a que, si han quedado satisfechas con el trato recibido, envíen una carta al hospital para que a quienes han estado en el parto se les reconozca el trabajo bien hecho.  De la misma manera, también animo para que, si no están contentas, hagan llegar su reclamación…

Sin embargo y para finalizar diré que, en todos los años que llevo acompañando partos y a pesar de la insatisfacción de las madres, solamente ha habido una mujer que siendo muy consciente de que su plan de parto no se respetó siquiera al 50%, ha presentado una reclamación al hospital con la intención de que sean sabedores de sus actos y para que rectifiquen de modo que ninguna mujer de parto tenga que verse ninguneada en sus deseos y derechos.

 

Creo que, si en todos los hospitales se hicieran las cosas bien, arreglo a los deseos de las mujeres, arreglo a sus necesidades, no haría falta presentar un plan de parto. Sin embargo, y lamentándolo, siento que todavía falta mucho para alcanzar esta realidad. Mi ferviente deseo es que se consiga pronto para que las mujeres vayan sin temor a ningún hospital, si es lo que deciden, para parir a sus criaturas.

¡Ah! De los hospitales privados, sin comentarios. Porque normalmente “venden” cosas que luego, a la hora de la verdad, no suelen cumplir. Por supuesto y soy consciente de que no será en todos, o eso espero.  Yo siempre hablo desde las experiencias que tengo y las que las mujeres que acompaño me cuentan, o sea, todo constatable.


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