"Me has cambiado la vida" Una lactancia sanadora

 


¿Cómo se te queda la cara cuando alguien te dice "me has cambiado la vida"? Yo, sonrío.

Hace unos días me llamó para ver cómo estaba y para decirme que, su hija, todavía mamaba.

Este agosto próximo la niña cumplirá seis años, el tiempo que hace que la acompañé tras su segunda cesárea. Quería que estuviera en el hospital cuando las sacaran del quirófano. Así lo hice y, las primeras palabras que dijo cuando pudo hablar fueron: ¡qué bien, Concha, estás aquí!.

Atravesó una depresión posparto como consecuencia de no haber podido amamantar a su primer bebé. Su suegra y la falta de apoyo, la ausencia total de ayuda en lactancia, la abocaron a una oscuridad profunda. Por eso, en esta segunda ocasión, buscó a una doula para que la acompañara.

Dos días estuve a su lado en el hospital hasta que la niña hizo una buena toma, hasta que ella confió plenamente en que podía amamantar. Recién operada, apenas podía moverse y ahí estaba yo, para animarla y ponerle a la niña en posición de agarre, cerca del pezón. Las lágrimas de alegría rodaban por sus mejillas.

Durante el tiempo que permaneció en el hospital y, posteriormente en su casa, la estuve acompañando mientras ella se crecía como hembra amamantadora. Espectacular el cambio que se iba produciendo...

No le fue fácil. La niña no terminaba de coger el peso que el pediatra quería y vio tambalearse la lactancia. Una segunda ocasión no lo resistiría… y yo no iba a permitir que eso ocurriera.

La eficaz actuación de LauraVillanueva IBCLC en Valencia, hizo que las dificultades iniciales no causaran mayores problemas.

Así es que, casi seis años de lactancia gozosa, de estrechar el vínculo con su hija, de sanar unas penas que dejaron mucha herida…

Cuando me dijo me has cambiado la vida, pensé que fue ella quien buscó soluciones, quien quiso cambiar las cosas, quien eligió a una doula para que la acompañara en un proceso de lactancia restauradora.

Y esa doula fui yo. Todo lo demás, corrió por su cuenta.

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