Superar el C0v1d. Mi experiencia personal.

 


Hace años comentaba con una conocida la importancia de la actitud personal frente a los acontecimientos que nos sobrevienen. Y ella, escéptica y negativa decía que eso era una tontería…

Es innegable que, a lo largo de nuestra existencia, nos llegan situaciones que pueden ser muy duras, pongamos por ejemplo la muerte de un ser querido. El hecho en sí es doloroso, sin embargo, cada persona lo afrontará de un modo y, según viva el duelo, lo integrará y superara de una manera u otra. 

Yo termino de pasar por una situación relativamente fastidiada, y digo relativamente, porque todo en la vida es relativo. He superado el C0v1D. A pesar del malestar, de la fiebre, de los dolores musculares, de todo lo que conlleva pasar cierto tiempo conviviendo con este bicho, he tenido la capacidad de relativizar, parar, observarme, cuidarme utilizando un montón de recursos a los que he tenido acceso y los cuales, estoy convencida, han facilitado mi normal recuperación. 

Volviendo a la actitud, lo más importante que quiero destacar es no haber tenido miedo, no haber estado asustada en ningún momento. La confianza en mi cuerpo y en mi mente, a pesar de haber atravesado periodos de oscuridad y sombras, me ha mantenido consciente y sin bajar la guardia, no permitiendo, así, que el bicho se cebara más en mí. Y sobre todo quiero remarcar el hecho de haber tenido a mi lado a mi hermana Cristina, enfermera con muchos años de experiencia hospitalaria, quien ha estado pendiente de mi situación a todos los niveles. Quien no tenga una oportunidad como ésta de tener un cuidado personalizado, ya puede aclamarse a todos los cielos… 

Este tema daría para mucho, sin embargo, no voy a entrar en profundidades por una sencilla razón: ni todas me vais a entender, ni quiero ser etiquetada como negacionista o conspiranoica, pues en esta cuestión, desgraciadamente, hemos llegado al punto de estás conmigo o estás contra mí…  Y mi principal interés, además de compartir mi experiencia, es protegerme.

Porque este bicho ha aparecido en un momento muy concreto de mi vida este verano, ha llegado en una circunstancia de bajada de defensas tanto a nivel físico como emocional. Soplos de agotamiento del que yo estaba siendo plenamente consciente. Basta comentarlo someramente para comprender un poco el mecanismo de esta enfermedad. Por supuesto esta es mi experiencia y, por tanto, es indiscutible. 

Porque no se trata de ser una persona fuerte ya que, en una situación tan vulnerable, esa supuesta fortaleza se queda en pura fachada. Se trata de mirar hacia dentro, de querer ver qué está pasando en este periodo de mi Vida, se trata de ser humilde y abrirse en canal para aceptar y soportar lo que esta ausencia de salud me está diciendo. Y desde ahí, superada la deconstrucción, volver a construirme muy poco a poco, con la aceptación y la confianza como brújulas que marcan el nuevo camino… 

Si las personas que han atravesado esta situación de C0v1D, una vez superada, tuvieran la capacidad de pararse y analizar en qué época de su vida cayeron enfermas, tal vez se sorprenderían…

Porque las cosas no pasan por puro azar. Porque somos un cuerpo con una mente y un espíritu, o un alma, llámalo como quieras. Y porque lo que nos mantiene a salvo es el equilibrio de todos estos elementos que nos conforman como los seres humanos que somos. 

Tristemente las personas se van a seguir muriendo por esta causa. Los protocolos de atención primaria dejan mucho que desear. El Sistema no funciona. Atender por teléfono a una persona enferma y vulnerable, no es suficiente. Dar el alta sin hacer una radiografía y una analítica, como mínimo, da pie a que haya alguna secuela no detectada y la persona aquejada termine siendo hospitalizada… demasiado tarde.

Insisto, el Sistema no funciona. El personal sanitario hace lo que puede en situaciones, muchas veces, precarias. Hace falta una gran inversión en recursos humanos, en más personal de enfermería para que se ocupen de los cuidados de las personas afectadas lo más directamente posible. Hacen falta más médicos para realizar los seguimientos en mejores condiciones… y sobran políticos, asesores, periodistas y opinólogos desinformados y cizañeros.

Sobran campañas de miedo.

Faltan campañas para concienciar sobre la SALUD en lugar de políticas que alimentan la ENFERMEDAD.

Sobran campañas haciendo creer que hay una panacea cuando sabemos que no es cierto.

Faltan campañas de apoyo a todas estar personas en situación de vulnerabilidad extrema. Falta mucho apoyo en SALUD MENTAL. Falta sinceridad, verdad… hace falta mucha HUMANIDAD… 

Soy afortunada, lo sé, y no me canso nunca de agradecer a la Vida las oportunidades que me brinda para seguir creciendo hasta que llegue mi hora final.

Mi marido, hijos y parejas, nietas y nietos, mi familia incluyendo hermanas, sobrinas, primas, amigas de toda mi vida y, curiosamente, dándole la importancia que también merece, cantidad de personas que a través de RRSS me habéis estado acompañando en el devenir de los días hospitalarios que, en algunos momentos, se hacen interminables. 

He superado el C0V1d y estoy en recuperación de una trombosis venosa profunda. La inmovilidad de los días que he pasado recluida y en cama, me ha producido un trombo en una pierna que ahora debe de ser tratado con anticoagulantes. 

Como he dicho, he pasado momentos oscuros, para qué negarlo. La incapacidad física siempre me ha producido malestar, me cuesta aceptar esa limitación. Ya sé aquello de que el cuerpo habla y nos hace parar cuando no le hacemos caso. Conozco un montón de teorías. El caso es pasar por ahí, superarlas y seguir adelante.

Confieso también lo privilegiada de mi situación. Por circunstancias que no vienen al caso comentar, estos días he estado en un hospital privado, perfectamente atendida y con la presencia y apoyo de mis seres queridos, lo cual también ha facilitado la convalecencia.

 

Me queda mucho que asimilar respecto a lo que me ha estado ocurriendo  a lo largo de este verano…

 

Como he dicho antes, las personas más vulnerables se van a seguir muriendo por esta causa. La soledad en que se transita la enfermedad, la incomprensión del por qué me pasa a mí, el abandono familiar la mayoría de las veces impuesto, el abandono institucional, el auténtico mal estado físico añadido a la soledad y el miedo, el terror de pasar horas en una unidad de incomunicación hospitalaria rodeada de personas vestidas de astronautas que apenas te hablan, te miran, te tocan… todo esto mata más que el virus en sí. 

Insisto. Ni negacionista, ni conspiranoica. Las experiencias personales sirven para darnos cuenta de qué está ocurriendo en nosotras mismas y a nuestro alrededor. Sacar conclusiones y aprendizajes no dependen más que de una misma. 

Si te apetece compartir algo constructivo, te invito a ello. Si lo que vas a decir es hiriente, me falta al respeto o no tiene nada que ver con lo que he contado, mejor no digas nada….

 


Comentarios

  1. Estaba deseando leerte y conocer tu experiencia. Te doy toda la razón Concha en estos momentos de terror, incongruencias, contradicciones y abandono en muchos sentidos de la población. Personalmente estoy muy cansada de todo esto pero bueno, en mi retiro con mi marido en la naturaleza y sabiendo que los míos están bien la voy capeando. Quedan meses duros ( no soy negativa soy realista ) así que vamos a estar fuertes. Gracias por tu testimonio y me alegro mucho de tu mejoría. ❤️❤️❤️🙏🙏🙏

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tú ya me conoces algo y sabes qué pienso al respecto, aunque al decirlo en voz alta se corre el riesgo de ser señalada con el dedo, como poco.
      Yo siempre digo (y no es mío, sino de grandes personas) que no sólo somos un cuerpo, así es que deberíamos de contemplarnos como los seres complejos y completos que somos.
      Respecto a lo otro, tenemos bicho para rato, no se va a ir (ni dejarán que esto desaparezca) así es que cuanto más pronto nos acostumbremos a retomar nuestra "normalidad" y vivir con él, pues mejor.
      Deseando tomarme una cerveza contigo, te abrazo.

      Eliminar
  2. No podría estar más de acuerdo contigo, Concha. El bendito virus ha abierto muchas puertas al abandono y al desinterés. Ni siquiera puedes abrir otras puertas que antes te ayudaban, sanaban, consolaban porque te llevan a un vacío inexplicable. Conspiraciones o no, la situación mundial de los de a pie, ha caído en picado. Como bien dices, al menos te quedan los tuyos. Toya

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El bicho en cuestión, más maldito que bendito, ha sacado lo peor de cada persona, a pesar de los augurios de que de aquí saldría algo bueno. El miedo, la soledad, el abandono tanto médico como institucional, la situación económica... nos ha llevado a la desconfianza, a la soledad, a la falta de socialización y eso no es nada bueno.
      Como esto va para largo, será mejor que aprendamos a vivir con él, pues la Vida en sí ya es un riesgo.
      Así es que asumamos lo que hay y ¡VIVAMOS! que no sabemos qué será lo próximo que puede venirnos.
      I love you!!

      Eliminar
  3. Feliz de leerte y de saber que estás bien. Siento cada una de tus palabras en mi cuerpo. Gracias por compartirlas. Abrazo fuerte. Rosa

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra saber que alguien más piensa y siente como yo, así es que gracias por tus palabras y por la valentía de decirlas.
      Por cierto, Rosa, con este nombre conozco a varias mujeres, así es que seas quien seas, te abrazo.

      Eliminar

Publicar un comentario

Dime tu OPINIÓN, por favor, me interesa y mucho

Si no usas ninguna cuenta, ELIGE la opción Nombre/URL, luego ESCRIBE tu nombre o nick y deja en blanco URL.
Dale a continuar, escribe tu comentario, pincha en PUBLICAR un comentario...

Gracias.