Acompañando embarazo, parto y posparto

 


Si bien los estudios que tenemos se han 
hecho en torno al acompañamiento en el parto, hoy en día y debido a la demanda, las doulas acompañamos cualquier proceso de maternidad,

Cada vez son más las mujeres que antes de quedarse embarazadas contactan con una Doula. Cada cual tiene sus motivos y no son precisamente no tener pareja o familia, como suele creerse…
Porque hoy, las mujeres que se informan y que deciden contar con una Doula durante cualquier momento de su maternidad, lo hacen de una manera consciente y libre.
La Doula acompaña a mujeres en sus procesos de maternidad. El nuestro es un acompañamiento en las emociones que transitan las mujeres en estas situaciones
Escuchamos sin juzgar, sin aconsejar, sin querer cambiar lo que está sucediendo. Sabiendo que no es su historia (de la doula), que no es ella la protagonista sino la mujer a la que acompaña, y a su bebé a través de ella.
Acompañar no es dirigir, ni guiar, ni interferir, ni asesorar, ni buscar un final diferente para ningún proceso.
Para ello contamos con el conocimiento de cada uno de los procesos que ACOMPAÑAMOS, así como nuestra propia experiencia como mujeres y como acompañantes.
Según Nils Bergman, famoso neonatólogo, “La Doula es la guardiana de la oxitocina”

A partir del momento en que una mujer sabe que lleva a un ser en su útero, comienza a sentir una serie de emociones que tienen que ver con SUS CAMBIOS hormonales, con su entorno, con su situación social y económica, con la forma en que ha sido educada, con su manera de entender la vida e incluso con su propio nacimiento.

Las doulas tenemos vocación de servicio, es una relación de apoyo y hacemos que el acompañamiento no sea sólo “un trabajo”, sino también una actitud de vida, una manera de comprender, respetar y estar al lado de las mujeres y por eso estamos junto a la mujer embarazada desde la escucha activa, dando validez a sus sentimientos, a sus emociones. Cada mujer mostrará una necesidad y nosotras estamos para escucharlas a lo largo de estos meses.
En cada encuentro, en cada “douleo”,  vamos conteniendo a la madre que acompañamos mientras ella va dando forma a eso que siente, permitiéndole que se exprese y que sea ella quien recoloque sus emociones hasta sentirse en armonía…
Si sus dudas son de origen fisiológico, referentes a la salud, derivaremos al profesional competente, en este caso a la matrona, pudiendo facilitar, si nos la solicita,  información complementaria basada en la evidencia científica.
De la misma manera si vemos que esas cuestiones son de otro tipo que va más allá del acompañamiento, le haremos ver que es algo que a nosotras no nos compete. (porteo, BLW, vacunas, etc)

Como doulas  no utilizamos terapias durante nuestros acompañamientos, porque consideramos que para acompañar no son necesarias,  Sí respetaremos las que la mujer utilice (flores de bach, reflexología, homeopatía, etc.etc) pero nosotras no la induciremos a ello. 
Nos parece INTERESANTE contar con una red de profesionales en cualquier disciplina a quien podamos derivar si la mujer que acompañamos nos lo solicita.

Uno de los peores enemigos que tenemos las mujeres en el embarazo y que van adquiriendo fuerza conforme va llegando el momento del parto, son los miedos, que pueden ser generados por múltiples circunstancias.
El miedo más habitual es el miedo al dolor físico.

Y hablando del miedo al dolor y de la importancia que llega a tener en el parto, Citaré a Consuelo Ruiz Velez Frías, matrona de referencia, quien ya escribió sobre esto en su libro “Parir sin miedo”.
También, Ina May Gaskin, una comadrona americana que ha trabajado mucho por las mujeres y sus partos, dice que “una sola mirada es capaz de sacar a una mujer de su proceso de parto”, imaginad una palabra mal dicha, una conversación fuera de contexto…
Y eso es algo que nosotras, LAS DOULAS, tenemos muy en cuenta.
Hay mucho escrito en las redes…Os recomiendo un artículo muy interesante escrito por ella que se llama “Sobre el dolor y el placer en el parto”en la página del Instituto Europeo de salud mental perinatal

Las doulas acompañamos partos en hospital, público o privado, en el propio hogar de la madre, o en casas de partos.
Puesto que siendo doulas lo que hacemos es acompañar a las mujeres que van a parir, nosotras no tomamos decisiones en torno a este tema.  Podemos orientar, sin embargo, tampoco recomendamos médicos y hospitales.
Lo que sí hacemos es aportar información veraz sobre hospitales a aquellas mujeres que nos la solicitan, información a veces complementaria a la que ellas ya tienen, para que terminen de informarse y escojan el lugar donde quieren que nazcan sus criaturas y la manera en que prefieren que se desarrollen los hechos.

Se habla mucho del parto respetado y quiero aclarar que las doulas entendemos como tal, aquel en que una mujer es atendida en sus deseos y es tratada arreglo a las recomendaciones de la ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD,
  • por tanto, vamos a acompañar el parto que la mujer se plantee, ya sea con anestesia epidural o cualquier otro método para paliar el dolor,  
  • y vamos a acompañar a esa madre que desea hacerlo de una forma fisiológica, esto es, sin ningún tipo de medicación o intervención.
  • también acompañamos si por la causa que sea, la mujer va a ser intervenida y su bebé va a nacer por cesárea.

Quiero dejar claro que las doulas no somos salvadoras de partos. Cada situación se desarrolla de una manera y nosotras acompañamos a la mujer en este tránsito.
No vamos a decir qué es mejor o qué no lo es, ni si el parto ha sido “bueno” o el nacimiento ha sido un “desastre”.  No nos corresponde a nosotras juzgar los hechos.

Uno de los compromisos de las doulas es que nos formamos, nos revisamos y nos actualizamos
Nuestro compromiso va más allá de intereses personales, obrando en conciencia y procurando siempre, el bienestar de la mujer que acompañamos

Voy a dejar constancia una vez más, que las doulas no somos personal sanitario y por tanto, no realizamos ninguna práctica de esta índole. 
No ponemos un termómetro, no indicamos medicación, no ponemos una vía, por supuesto no hacemos tactos, etc.etc. 
Y no necesitamos ser personal sanitario… para escuchar y validar.  Porque… no necesitamos ser personal sanitario para detectar gracias a nuestra formación,  que hay algo a nivel emocional no funciona bien

Y, además, que no acompañamos partos autogestionados, esto es sin profesionales de la salud.

Por eso, nuestro papel como doulas acompañando partos es estar para que la mujer se sienta más segura de sus capacidades como hembra mamífera, cuidando su espacio y conteniendo esa emoción que puede aflorar en un momento dado y paralizar el proceso, trabajando en concordancia con las matronas que atienden estos partos y adoptando una actitud de cordialidad ante el personal sanitario

La evidencia nos dice que llegado este momento tan intenso es interesante dejar el cerebro desconectado, esto es, no pensar, y sobre todo no controlar lo que está pasando.
Por eso, cuando una mujer de parto se siente segura porque sabe va a ser cuidada y protegida en su espacio, junto a una figura con información y experiencia, como es la de la Doula  se deja llevar,  y su cuerpo y sus hormonas hacen sus funciones sin interrupciones (casi siempre).

A veces cuesta entender cuando decimos que las doulas no hacemos, sino que estamos. Y de esto se trata precisamente, de estar. Y estamos sigilosas, amorosas, serviciales, respetuosas, invisibles…  Michel Odent habla de la “invisibilidad” de las Doulas…

Aun así y como cada mujer es un mundo, Estamos atentas a las mujeres que acompañamos, a sus demandas y necesidades, pero no estamos encima de ellas mirándolas, interrumpiendo, invadiendo su espacio o hablando más que lo justo y necesario …
Porque no es necesario hablar para darnos cuenta de cuándo tiene sed, o siente frío, o necesita un poco de aire de nuestro abanico.
Porque no es necesario hablar para darle un abrazo, para decirle bajito y suave, ánimo, tú puedes, lo estás haciendo genial…

Las doulas que acompañamos partos permanecemos de guardia desde la semana 38 hasta la 42, tiempo en el que puede darse un nacimiento espontáneo y normal.  Estamos al lado de una mujer de parto desde que nos llama, desde que siente que necesita de nuestra presencia de cuidado, hasta que está descansando con su criatura prendida al pecho si quiere amamantar o cuando ya está el bebé tranquilo sobre su regazo si ha decidido no hacerlo

Porque el acompañamiento de la Doula es continuo, porque nos debemos a una sola mujer y ésta es, la que está pariendo…
Si nos alejamos un momento de su lado es para nuestro autocuidado, para alimentarnos o solucionar nuestras necesidades fisiológicas

Recordemos los datos del estudio de Klaus y Kennell respecto al acompañamiento continuo
         - 25% partos más cortos
- 50% reducción cesáreas
- 30% menos analgesia
- 40% menos oxitocina sintética
- 60% menos epidural
- 40% menos fórceps y ventosas
Menor incidencia de depresión posparto y menos problemas con la lactancia materna
A pesar de que en nuestras definiciones decimos que acompañamos a las mujeres porque son ellas quienes paren, también acompañamos y contenemos a su pareja  
Bueno, acompañamos al padre cuando lo hay, porque hemos de tener en cuenta que cada vez son más las mujeres solteras por elección, que deciden tener bebés.

El parto es un momento de crisis, una situación trascendental en que las mujeres merecen toda la atención y respeto. 
Ya no vale solamente que el bebé esté bien, sino que ella, además tenga una experiencia positiva.
De hecho, la OMS ha emitido un comunicado con 56 recomendaciones y sugerencia para que la experiencia de parto tenga un resultado positivo para las madres. Publicada en folleto PDF en inglés.

Las doulas que acompañamos en los partos, hemos de tener bien claro que las responsables del cuidado físico, de la salud de la madre y del bebé que va a nacer, son las matronas, cuando se trata de un parto fisiológico y la/el médico, ginecóloga o ginecólogo, cuando hay necesidad de intervención o cesárea.

Las doulas queremos trabajar codo con codo junto al equipo de profesionales para favorecer el bienestar del entorno, de las personas presentes y por supuesto, de la madre que pare y el bebé que nace.
Y también tenemos muy presente que, para acompañar a una mujer es positivo que confiemos en este hospital o equipo de parto en casa que la madre, en acuerdo con su pareja,  insisto, si la hay,  han elegido para el nacimiento de sus hijos,  confiando nosotras también, en el buen hacer de los profesionales.

Hay veces en las que los padres no quieren estar presentes cuando nace el bebé, por los motivos que sean y que a nosotras no nos corresponde, ni averiguar ni querer cambiar. También hay mujeres que no desean que su pareja esté en el parto y prefieren otro tipo de acompañamiento, como una Doula, por ejemplo. En estas ocasiones estamos junto a la madre todo el tiempo, sobre todo en la fase final. 

Si el nacimiento se produce en un hospital Y es la pareja quien va a entrar durante el parto, algunas doulas nos quedamos en la sala de espera puesto que, en la mayoría de hospitales españoles, no dejan entrar más que a una sola persona con la madre que va a parir... 
Y desde ahí escuchamos, apoyamos y contenemos a esa persona que realiza el acompañamiento.  Otras doulas se van a sus casas y vuelven posteriormente según sean requeridas. 

Cuando se trata de un parto en casa además de a la madre y pareja, las doulas podemos cuidar también de los otros hijos si los hay, o preparar un zumo, o hacer una tortilla...
Cada Doula decide lo que quiere y puede hacer y esto es algo que se acuerda previamente con las madres o familias.

Las doulas que acompañamos partos lo hacemos con los sentidos puestos en lo que esa mujer necesita, porque cada mujer es distinta. Nunca hay dos partos iguales incluso en la misma mujer, porque cada momento es diferente.

Y las doulas acompañamos también en el posparto inmediato, incluso en los primeros meses del puerperio.
Una vez ha pasado el parto y la familia retoma la normalidad, las mujeres continúan en una situación de vulnerabilidad máxima, son circunstancias que necesitan de mucha atención y no tienen qué ser vividas de manera negativa para lo cual, la madre necesita contar con una pareja (o persona cercana) que la cuide y que respete la diada, se encargue de la intendencia y de otras cuestiones que giran en torno a la familia

En este estado de puerperio inmediato, Además del desequilibrio hormonal, se añaden otros  factores a tener en cuenta, como el cansancio y la falta de sueño reparador debido a las horas de vigilia… en algunos casos el temor a que el amamantamiento –si lo hay- no se instaure bien, en ocasiones molestias o dolor en los pechos, que el bebé no gane suficiente peso… el aprender a manejarse con los otros hijos si los hay… y añadimos las visitas, los comentarios fuera de lugar…

Las doulas también estamos formadas para poder detectar estas emociones y darle a la mujer su espacio y su tiempo para que siga expresando y canalizando estos sentimientos.

Por otro lado, si el parto ha sido violento o no ha sido como la mujer deseaba, si se ha producido una cesárea innecesaria… o cualquier hecho que a la mujer no la haya complacido en lo que esperaba que fuera, algunas emociones como la tristeza, el desánimo, la apatía, el llanto … se agravan en el posparto, incluso puede aparecer la temida depresión pos parto que, en muchas ocasiones no es detectada, o no se detecta a tiempo y la mujer puérpera vive su maternidad como un auténtico calvario.
Las doulas  formadas y actualizadas, podemos detectar un estado alterado de las emociones y acompañando a esa mujer, indicarle la conveniencia de acudir a un profesional de la salud mental perinatal.

Lo que nos defina a las doulas  además de nuestra formación, la experiencia personal,  va a ser la forma de realizar el acompañamiento en cada situación,  porque sabemos que, lo que una Doula hace o dice, repercute en todo el colectivo.

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