Ha sido mi merecido regalo de
autocuidado.
Desconectar para volver a
conectar. Conmigo. Apagando el móvil. Tocando tierra, literalmente. Bajando al
suelo para permanecer en este plano mortal y así, cogiendo renovadas fuerzas,
seguir afrontando lo que sea que la Vida me depare.
Fin de semana de retiro del mundanal ruido y de encuentro con almas afines en mi caminar de ahora, de hoy. Espacio para dejar atrás cansancios, penas, dolores y desencuentros...
Tiempo de Naturaleza, de colores
de otoño, de paseos por la montaña, de río con poca agua y, sin embargo, pura y
cristalina. Tiempo de silencio ¡Y de muchas risas!
Momentos de desnudar el alma. De mostrarme vulnerable. De llanto intenso y verdadero. De abrazos que me envuelven y me curan. Momentos de dar y mucho recibir. Expresiones de auténtico amor incondicional.
Fin de semana de dejarme cuidar y ser mimada. De regalar mis sentidos con
comida rica y cocinada con amor, buen gusto y magníficos ingredientes.
Vuelvo cansada, como siempre me
ocurre cuando emprendo una aventura de este calibre. Físicamente cansada por
la actividad física. Agotada, también, por la emoción que aflora...y por la que
contengo.
Otra ocasión que agradezco desde mi corazón a mi querido cuñado-hermano Andrés y a mi amadísima hermana de sangre y alma Cristina, por organizar, dirigir y coordinar con tanto cuidado y ternura este encuentro.
Feliz y contenta por este tiempo junto a Uma, mi profesora de yoga a quien conozco desde hace más de 20 años, mi confidente y sobre todo, mi incondicional Amiga. Gracias infinitas a sus risas que me hacen reír.
Gracias a todas las demás mujeres,
tanto a las que ya había compartido con ellas en otras ocasiones como a las que
han venido por primera vez, porque la sinergia que se crea en cada encuentro es
tan distinta como oportuna y mágica.
Y gracias a los componentes de
Masia Roncales. A Maribel por compartir su inmensa sabiduría, por sus palabras
dulces cargadas de conocimiento profundo. A Jordi, por los alimentos que nos ha
ofrecido cultivados y cocinados con esmero y presencia. A Mai, por estar,
amablemente , a nuestro servicio. Siempre es un placer sentirme cobijada bajo
vuestro techo.
Me quedo con un dulce relamer esperando el retiro de la próxima primavera...
📷 Puesto que mi teléfono móvil ha estado
apagado, no he sacado ni una instantánea, así es que las fotos que comparto han
sido tomadas por mis compañeras.
Totalmente de acuerdo Concha, ha sido increíble, maravilloso y reconfortante este encuentro. Conocer tantas personas bellas, personas vitamina, personas medicina y haber conectado con tanto amor y energía tan bonita.
ResponderEliminarInfinitas gracias 🙏
Así lo sentí yo y así lo he descrito. A cada una le habrá llegado una cosa, puesto que no somos iguales. Creo que lo importante es lo que se queda, lo que hacemos con lo que hemos vivido y aprendido... Me alegra haberte conocido, Elena. A ver si nos volvemos a ver en el próximo encuentro. Un fuerte abrazo.
Eliminar