Cuando se quedó embarazada de
nuevo, quería parir en su casa, aunque por sus circunstancias personales y por la falta de matronas de parto
domiciliario en esta ciudad, fue misión imposible.
Sin apenas referencias, acudió a
un hospital donde no le garantizaban el parto que ella deseaba. Buscó más
opciones y encontró al equipo médico que ha hecho posible que cumpliera su
sueño…el equipo de la Dra. Mónica Vizcaino de Clínica Parc Central, que atiende sus
partos en un hospital privado.
Por otro lado, hizo gestiones
para contactar con una doula, pues durante la cesárea en su país ya estuvo
acompañada por una y quería volver a repetir la experiencia. Curiosamente
fue una matrona quien le habló de mí…
Me conoció a través de este blog,
y según ella, enseguida supo que sería yo
quien la acompañaría en este proceso. Nos encontramos
varias veces, para conocerla…y para que me conociera antes de compartir momentos tan íntimos como es un parto.
"Me hicieron cesárea porque
no dilataba"
¿Cuántas veces hemos escuchado esa afirmación? Y yo me pregunto si existe una mujer cuyo cuerpo realmente no dilate nada a la hora de parir... Porque no lo sé.
Veintisiete horas he estado a su
lado desde el momento en que acudí a su casa hasta que volví a la mía, dejando
a papás y bebé instalados en la habitación de la clínica. Veintisiete horas sin
separarme de ella más que para comer algo y orinar.
De ese tiempo, veinticuatro horas
en proceso de preparto y parto, hospitalizada. Y no porque fuera necesario,
sino porque su situación familiar y logística así lo requería.
Por el tiempo transcurrido y el
cansancio físico, el agotamiento moral y el desánimo llegaron a hacer su
aparición. Por un momento, dejó de confiar y se vino abajo. La conversación que
mantuvimos a la hora de tomar la decisión de ponerse la epidural estando
próximo el final del proceso, la animó a hacerlo sin sentirse culpable,
aceptando que era lo que su cuerpo necesitaba y su mente le pedía en ese
momento.
Afortunadamente para ella y para
su criatura, escogió a un equipo médico que entendía esa necesidad de lentitud
y calma para poder llevar a cabo el parto vaginal tras una cesárea previa. En
ningún momento la apremiaron y tanto las palabras claras y amorosas de la
ginecóloga como el apoyo de la matrona, fueron importantes para mantener la
confianza en su cuerpo todo el tiempo que necesitó.
Tras
varios días de pródromos y una dilatación muy lenta -justo lo que su cuerpo
necesitaba para abrirse- pudo parir vaginalmente a su segunda hija. Ese era su
anhelo y lo había logrado.
Escucharla
hablar en maternés mientras se dirigía a su bebé recién nacida, ver las
lágrimas rodar por sus mejillas y su cara de felicidad tras el parto, es el
mejor pago que mi YO DOULA puede recibir.
Ha sido necesario aquietar mi mente
agitada y mi alma emocionada. El mismo sábado, tras el reparador descanso
nocturno, pude revivir cada momento y, de nuevo, dar gracias a la Vida por ser
mujer, madre, abuela y, especialmente ahora, en este momento de mi transitar,
por SER DOULA.
Gracias
querida mujer por haber confiado en mi acompañamiento. Gracias a tu marido, padre y compañero
ideal, amable, comprensivo y respetuoso en cada momento.
Gracias a Mónica (obstetra) y a Begoña (matrona) por su trabajo impecable
y por cómo me permiten formar parte de su equipo.
Gracias a Rocío Servera,
fotógrafa de partos, por los magníficos testimonios que ha conseguido a través
de sus cámaras.
Gracias a la VIDA que me sigue
dando tanto…
https://www.instagram.com/clinicaparccentral/
https://www.instagram.com/rocioserverafotografia.bebes/
https://saludmentalperinatal.es/2020/03/05/parentes-ayuda-bebes-desarrollo-lenguaje/
Escrito por Concha Villarroya
Villanueva, AMAMADOULA en RRSS.
Comentarios
Publicar un comentario
Dime tu OPINIÓN, por favor, me interesa y mucho
Si no usas ninguna cuenta, ELIGE la opción Nombre/URL, luego ESCRIBE tu nombre o nick y deja en blanco URL.
Dale a continuar, escribe tu comentario, pincha en PUBLICAR un comentario...
Gracias.