Aunque
hace tiempo que ya no participo en ningún foro, reconozco que en
algún momento sí que estuve muy enganchada. Mis principios en Internet fueron a
través de un conocido foro multitudinario y supuestamente de maternidad consciente, pero que finalmente
resultó ser un cajón de sastre.
Por
aquel entonces me sorprendían las madres que contaban sus miedos, sus dudas,
sus intimidades… y yo, que soy de palabra fácil y corazón de buen alma, comencé
a involucrarme –ahora sé que demasiado- y salí mal parada.
Porque
no es lo mismo hablar con las personas cara a cara, mirándose a los ojos,
escuchando la voz y sus matices, observando la expresión del cuerpo… que decir
lo que se piensa a través de un medio frío y sin sentimientos, como es un
teclado y una pantalla.
En
aquella época y con el ímpetu que me caracteriza cuando el tema es algo que me
mueve, bien por tener conocimiento del mismo, bien a través de mi propia
experiencia personal (que suele ser lo más habitual dado mi edad) me enrolé en varios
temas sobre crianza, sobre crecimiento personal… y sabiendo que llegaba a
muchas de las foreras, descubrí que también había una parte importante a quien
mis comentarios les resultaban… molestos.
No
supe encajar algunas respuestas, lo reconozco. Tenía cierta tendencia a
personalizar sin saber -ahora lo SÉ- que esas respuestas airadas, críticas y
acusadoras eran consecuencia de haber hecho de espejo, de haberles descubierto
algunas sombras…
En
este foro había –no sé si todavía continua- una persona que ejercía de
moderadora. Y con ella tuve alguna que otra “agarrada”. Me parecía una mujer
autoritaria, absoluta, prepotente… y aunque escribía muy bien, utilizando
palabras, términos y frases perfectamente estructuradas demostrando ser una
persona muy inteligente, había algo en ella que como vulgarmente decimos, “me
echaba pa’tras”.
Así,
llegado un punto límite y ante la amenaza de “banearme” del foro, decidí
retirarme voluntariamente.
Atrás
quedaron buenos y malos momentos. Pero me
llevé lo mejor y lo que todavía mantengo: algunas relaciones que perduran y
que, en algunos casos, se han convertido en algo más que una amistad cibernética,
habiéndonos conocido en persona y dándonos esos abrazos que en tantas ocasiones
nos habíamos enviado.
Como
solemos tropezar con la misma piedra, al poco tiempo me enrolé en otro foro,
también y “supuestamente” de crianza. Aquí y desde el despecho que sentía hacia
aquella persona, dije más de lo que debía acerca de ella… y no me
arrepentí, a pesar de reconocer mi mala
acción (es lo que tiene ser humana…).
Aquel
foro se fue al traste y ya, definitivamente, me olvidé del tema foril para
siempre.
Ha
transcurrido el tiempo y siguen ocurriendo cosas que me maravillan.
Este
fin de semana, en el I Concreso de Maternidad Multitarea, he tenido la oportunidad de conocer “in person”
a aquella moderadora de aquel foro con la que tuve mis más y mis menos. Y ha
sido una experiencia increíble.
Cuando
nos dimos a conocer, ambas desde la más absoluta normalidad, en un momento se
desmontó aquella imagen que tuve de ella y la sensación fue recíproca.
Nos
abrazamos y comentamos de aquellos sucesos… sin resquemor, con naturalidad. A lo
largo de todo el día, la sonrisa y la amabilidad formaron parte de nuestra
relación. Finalmente y cuando llegó el momento de la despedida, reconocimos que
había sido una “suerte” (ya sabéis que no creo en ella) el habernos encontrado
y haber podido desmontar aquel embrollo.
Asumo
mi error y pido disculpas, porque errar es
de sabios, pero de necios permanecer en el error.
Fue
un placer conocerte, MIRI.
hola Amama, me encanta verme reflejada aquí en este escrito tuyo también. Gracias a Dios también pude (aunque cibernáuticamente) hacer lo mismo. Y debo reconocer que no hay nada más que me alegre que saber que me equivoco con alguien y las cosas se "arreglen". No sé si se dará en persona, pero desde luego tienes toda la razón, toda todita. Y me alegra que el congreso fuera tan tan bien! en todos los aspectos
ResponderEliminarBesos
Gracias corazón. Si los errores sirven para aprender, bienvenidos sean. Reconocer y rectificar forman parte del CRECIMIENTO. Cada cual desde su estadio, hace lo que sabe. Darse cuenta es lo REALMENTE importante.
EliminarBesos.
Juer, como me siento de identificada. Es complicado transmitir sentimientos por este medio y a veces lo que es escrito con un "tono" se lee con "otro" mucho mas agresivo. Me ha pasado muchas veces.
ResponderEliminarY seguirá pasando, cielo. Como digo en el texto, no es lo mismo tener a la persona delante y "escuchar" su lenguaje corporal, que leer e interpretar a través de un pantalla. Y si es en un foro, donde se vierten opiniones de todo tipo desvirtuando el mensaje original ¡apaga y vámonos!.
EliminarMe alegra verte por aquí (¿señal de que has terminado tus exámenes?).
Un abrazo.
Me alegro mucho por tí.
ResponderEliminarLo sé. Gracias, cielo.
EliminarComo me alegro de que dos de mis admiradas madres blogueras se hayan conocido realmente........... en este caso concreto sois un importante ejemplo para mí que a partir de ahora me cuidaré muy mucho de juzgar, sobretodo a las malas, a nadie por este medio. No hay como mirarse a los ojos. Un abrazo a las dos
ResponderEliminarAsí es, María. Desterrar el juicio es algo necesario para la buena convivencia entre las personas. Nunca sabemos qué hay en la mente y en el corazón de aquel a quien juzgamos.
Eliminar¡Y gracias por eso de formar parte de tus madres blogueras admiradas! Es algo recíproco.
Abrazos.
Un abrazo enorme Concha y muchísimas gracias por venir, por darme la oportunidad de conocernos y de demostrarnos que son muchas más las cosas que nos unen que las que nos separa. Y otro abrazo enorme para Esther y para María, que tanto me acompañan.
EliminarYa ves, Mireia, la Vida va colocando las cosas en su sitio. La gratificación personal de saber que somos capaces de rectificar nuestros errores es el mejor pago, la mejor recompensa a nuestros actos.
EliminarUn abrazo, cielo, y bienvenida a mi blog.
Que bueno...recuerdo perfectamente él episodio..me encantaban tus aportaciones y como sentí tú marcha. Por eso me alegro de que ese "nudo" sé haya desecho. Las dos sois estupendas y leeros es un placer.
ResponderEliminarPues fíjate, has sido testigo de la una evolución personal con final feliz.
EliminarBienvenida a mi blog y muchas gracias por tu testimonio,
Un abrazo
Yo también tenía otra imagen de esa persona de la que hablas, y me ha sorprendido muy en positivo. Las apariencias foriles engañan, esa lección también la he aprendido yo.
ResponderEliminarUn abrazo para las dos, Concha y Mireia.
Ya ves, Iranzu, cualquier ocasión es buena para rectificar. La Vida nos ofrece estas oportunidades todos los días... solo hemos de ser capaces de verlas.
EliminarGracias por tus palabras y me alegro de compartir este descubrimiento.
Abrazos.
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