"En el renacimiento interior el
individuo no se vincula al éxito, a las expectativas, ni a los logros, sino al
camino en si mismo, a cada paso que lo conforma, a cada instante que lo
integra. Esto hace que se sienta a gusto y en plenitud durante todos los procesos
de su vida y que integre los obstáculos como una forma gratificante y
desafiante de aprender y de superarse a sí mismo, agradeciendo su presencia
como elementos determinantes de una enriquecedora evolución personal. En este
punto, la persona ha dejado atrás el orgullo porque sabe que le impide el
crecimiento personal y el entendimiento con los demás. Además, un individuo que
ha llegado a este nivel es un individuo sencillo y humilde que sabe que hay que
abrirse a experiencias inesperadas y a acontecimientos imprevisibles, en lugar
de tratar de controlarlo todo, y que en esto reside la emoción de la vida".
Más que el texto (que también), me ha encantado la ilustración.... ¡¡Que chula!!
ResponderEliminarBesos.
Bellas palabras, cuánto nos complicamos la vida...qué difícil a veces sencillamente ser y fluir...toda la vida aprendiendo...se ven los frutos algún día ¿verdad?
ResponderEliminarBuen finde....
Abrazos de Luz.
Si, cielo, los frutos se recogen cuando están maduros...
EliminarGracias por tus palabras.
Un abrazo de Paz.