Una sciamana
debe aprender a confiar en sus instintos y en su intuición. Para una mujer
perteneciente a una tribu no es un hecho inusual, ya que crece en la naturaleza
y sus experiencias de vida a través del cuerpo incluyen la naturaleza, los
cambios estacionales, dar a luz y criar a sus hijos de una manera natural, la
música, las fiestas y un sentido compartido de lo sagrado.
Sin embargo una
mujer blanca y occidental, inmersa en una cultura que niega su percepción de la
realidad, de alguna manera debe llegar a creer en lo que ve y conoce de hecho.
¿Cómo puede
lograrlo? La tierra está viva y los espíritus ayudantes activos, las fuerzas
fundamentales están siempre presentes, listas a mezclarse y fundirse con
nuestro accionar.
La persona
común la ha excluido poniendo su confianza en la ciencia mecanicista dictada
por la cultura y la aceptación de una visión del mundo que pone en tela de
juicio su existencia.
Cuando una
mujer moderna entra en sintonía con la presencia de estas fuerzas, aunque sólo
admitiendo la posibilidad de su existencia, ellas se vuelven de repente tan
visibles que no pueden ser negadas, es como si sus ojos adquiriesen una nueva
capacidad de visión.
Traducción del
texto italiano Annamaria Saracco
Desde mi punto de vista y desde mi propia experiencia con grupos de mujeres, "la mujer blanca y occidental" está sedienta de La Diosa, de comulgar junto a otras mujeres en los misterios de la Madre, de sentirse vivas, conectadas, salvajes,...
ResponderEliminarEs cómo un remolino de agua que te arrastra irremediablemente hasta el fondo de la propia alma. En muchas ocasiones nos vemos arrastradas a él, y mi recomendación es dejarnos llevar, fluir, confiar en nuestro "instinto atrofiado" y comenzar a entender, a crecer, a quitarnos las pesadas capas que la sociedad, la educación y nuestra propia historia nos han puesto encima.
La mujer sabe de lo sutil del instinto, pero a la vez que se siente atraída por él, también le teme, puesto que si empezamos a usarlo dejamos de ser quién éramos y empezamos a danzar nuestra propia danza, que para muchos/as, es una danza diabólica.
Creo que las que conocemos de la existencia de La Diosa, tenemos la responsabilidad de defenderla y mostrarla al resto del Mundo. Para ello hace falta ser muy valiente y tener las ideas muy claras. Ánimo MUJERES, hagámonos visibles.
Ojalá hubiera más mujeres jóvenes como tú para servir de referencia, de ánimo, de empuje.
EliminarGracias por tus sabias palabras de diosa, mujer y madre...