Ayer, domingo, estuve viendo el programa de Eduard
Punset, “Redes”. Allí, su hija Elsa
entrevistó a un escritor y periodista, Mark Stevenson, sobre el proyecto “Pragmáticos
optimistas”, algo que me pareció realmente interesante. http://leagueofpragmaticoptimists.org/
Y aunque estuve atenta y presté especial atención
a sus ocho principios básicos, esta mañana al despertarme pronto, en la quietud
de mi hogar, me he puesto a buscarlo por Internet con el fin de enterarme
mejor. Estos son, a modo de resumen.
- Un optimista no siente vergüenza de la ambición por el futuro.
- Los miembros se involucran en proyectos que son "más grandes que uno mismo".
- Sus historias y opiniones son buenas y aceptadas, pero basadas en la evidencia.
- Cometer errores es normal, pero no intentar hacer las cosas es irresponsable.
- Eres lo que haces, no lo que piensas hacer.
- Las ideas han de ser compartidas, no dejarlas resguardadas para uno mismo.
- Los miembros se esfuerzan por controlar sus desengaños.
- LOPO es de carácter apolítico. Todas las ideologías son bienvenidas, pero las personas no vienen a convencer a otras de las suyas.
De momento me he quedado ahí, necesito de más
tiempo para terminar de comprenderlo. Pero leyendo este proyecto no he podido
evitar el que acuda a mi mente otros tipos de “proyectos” que también intentan venderse a través de la red.
Cuando hace años comenzó a hablarse de Internet, yo tenía
ciertas reservas. Pensé qué pasaría cuando una parte del mundo se enterara de
lo que hace la otra media parte. No sabía hasta qué punto iba a tener
repercusiones… ahora me doy cuenta de que es uno de los grandes avances de
nuestros tiempos. Pero por desgracia, también es un medio que se utiliza para
varios propósitos digamos no tan… honestos.
Estamos atravesando un momento en el que muchas
personas andan tras su propia búsqueda personal y/o espiritual. Momentos de inquietud, de desasosiego. Situaciones
de cierta carencia económica a consecuencia de la falta de trabajo… todo ello
caldo de cultivo para los nuevos y “espabilados” especuladores.
Hago
un inciso para aclarar que voy a utilizar el género masculino para expresarme,
pero al referirme a personas es independiente el sexo. Unifico por una cuestión
de operatividad al escribir.
Decía que no deja de sorprenderme la cantidad de cursos,
formaciones, talleres y varios tipos de “enseñanzas” que intentan venderse a
través de la red. Y en el mundo del crecimiento personal, de la maternidad y crianza, se ha descubierto
un filón.
He de decir que soy una persona muy curiosa, me
interesa conocer y aprender, pero reconozco que
también tengo cierto punto de excepticismo… Por norma, antes de meterme en un
curso o una formación, me gusta
averiguar quién lo va a impartir y cuál es su curriculum y experiencia en el
tema.
Porque me ha sucedido que, estando en una charla,
o coloquio, o
presentación, no he podido evitar sentir vergüenza ajena por la persona que la
está dando, por la imagen que transmite y porque pretende hacer comulgar al
auditorio con ruedas de molinos. Y es
que en la mayoría de estos casos, no hablamos de algo tangible, sino de temas
relacionados con las emociones… con los sentimientos de los demás.
Me llegan a menudo talleres y formaciones que me
ponen los pelos de punta. Me da la sensación de que cualquiera que haya hecho
algo se siente capacitado para venderse… y tristemente, ni todo lo que se
quiere vender tiene razón de ser, ni muchas de las personas que lo hacen están
preparadas para ello.
Hoy son muchos los que se promocionan como formadores o terapeutas de algo sin tener una
formación suficiente, no digo ya reglada, sino siquiera basada en un mínimo de
evidencia. Son demasiados los que con una formación mínima en cierta disciplina
osan meterse a impartir cursos… son muchos los que, cambiando el título y añadiendo “ideas”
de cosecha propia, venden la misma formación
a la que ellos asistieron con un nuevo título y como algo novedoso. Es posible
que esto haya sucedido antes y que al no existir Internet no se supiera, pero
siento que ahora están saliendo impostores en todas las profesiones, en todas
las categorías…
Y no me parece serio, francamente. Siento que hay
muchos aprovechados… tantos como incautos.
No niego que hay proyectos interesantes, no niego
que cada vez es más fácil acceder a información sobre algo que nos pueda
interesar, pero de eso a querer vendernos lo más mínimo, lo que por instinto y
sentido común deberíamos ser capaces de saber, de conocer y de poder discernir, hay una gran diferencia. Porque,
a veces, pienso si es que reamente somos tan tontos que hemos de recibir
formación para todo.
Y lo lamento, pero esto no es un juicio ni una
crítica gratuita, no me vengan con demagogias. Creo que hay que ponerle el cascabel al gato, porque esto es una realidad constatable,
no hace falta más que echar una mirada en Google…
Como tú bien dices , eso ha pasado siempre, aunque en la red simplemente está más a mano... pero antes de eso no había más que ver las páginas de anuncios de los periódicos, por ejemplo.
ResponderEliminarSólo nos queda, además de cribar, la denuncia cuando la charlatanería se convierte en estafa. No hay mucho más que hacer...
No sé, Carmen, la gente anda "necesitada" y se agarra a un clavo ardiendo. Y tal y como está la justicia en nuestro país tampoco tengo claro que denunciar sirva de algo...
EliminarGracias por tus palabras.
Mi querida Concha:
ResponderEliminarHace días que no me meto en tu blog. Lo que has resumido y comentado me ha traído a la memoria una frase que mi sabia madre decía, cambiando la palabra clave según de lo que se hablara / comentara:
“Medio mundo se ríe / se burla / se aprovecha / etc. del otro medio.” Y ella nunca conoció el bendito Internet.
Moraleja: hay que andarse con pies de plomo por los valles del Señor.
Toya
Sabia tu madre, sin duda. Y desde luego es algo que ha ocurrido siempre, pero quizás ahora, al verlo por la red todavía es más patente (aunque creo que crecen como setas...)
EliminarGracias perla, por pasarte por aquí.
Un abrazo.
Cómo bien dices hay tantos aprovechados cómo incautos.
ResponderEliminarY si tienen éxito este tipo de cursos "basura" es por los "coleccionistas de títulos" que es una especie a parte y que se da en todas las disciplinas.
La información está al alcance de todos, pero, también es cierto que la situación social y económica, crea una necesidad psicológica y espiritual que es bien aprovechada por los depravados vendedores de humo.
Recuerdo, por poner un ejemplo, hace unos años que estaba muy interesada por el tema de los Arquetipos, Arquetipos Femeninos, todo lo relacionado con Carl.G Jung y por recomendación de una "organizadora de cursos" que me aseguraba que el curso "Crecimiento Personal a Través de los Arquetipos" me iba a interesar, me encontré sola ante una mujer con una pinta y un comportamiento psicologicamente cuestionable, que me hablaba de no sé que nave espacial, de experimentos genéticos, de un comando intergaláctico y un montón de sandeces más, que me hicieron levantarme, irme y reírme un rato en el coche, y que me hicieron desconfiar definitivamente de la tal "organizadora".
Me faltó,sin duda, buscar y comparar información.
Ahora lo pienso y temo por los verdaderos "incautos" que peligrosamente se mueven en estos mundos y que terminan por perderse.
Ha sido y es una realidad, confiemos en el futuro y en el sentido común de las personas.
Confiemos en el sentido común, querida Laura, pero en estos momentos hay muchas personas necesitadas de encontrar tablas salvadoras, como bien dices, en cualquier disciplina.
EliminarNo creas que solo en crecimiento personal. En temas de maternidad y crianza está pasando algo parecido, cualquier día se inventarán un curso "para aprender a rascarle el ombligo a tu bebé y que se ría a gusto" No es broma, pero se ve cada cosa...
Un abrazo, amorosa. Y gracias por tus palabras.