Aunque la figura de la doula no está ni reconocida
ni homologada, cada año salen bastantes nuevas doulas a consecuencia de las
distintas ofertas de “formaciones” (aquí no voy a entrar pues no es el tema que
me ocupa ahora),
Y a pesar de que cada vez se escucha más la
palabra y somos más las que nos hacemos visibles a través de las redes
sociales, el desconocimiento en torno a lo que somos y lo que hacemos, sigue
estando patente aunque, por fortuna también, quien nos conoce nos llama
sabiendo bien qué es lo que espera obtener.
De vez en cuando, se pone en contacto conmigo
alguna madre para que acuda a prestarle mis servicios en el posparto. La llamada comienza por
algunas dudas de lactancia… pero la realidad es que, casi siempre, se trata de
una necesidad de información, de refuerzo a sus instintos, de confirmación a
que lo están haciendo bien. También hay casos de problemas serios con la lactancia,
pero una vez detectados (y para ello tengo la suficiente in-formación) los
derivo inmediatamente el profesional competente: a mi hija IBCLC.
A grandes rasgos, una madre puérpera (suelen
llamarme con bebés de alrededor de un mes de vida) tiene dudas que necesitan
ser escuchadas con seriedad, sin que la juzguen, sin que le den una lección…
sin que sean minimizadas.
No voy a entrar si los padres se deberían de haber
informado antes o no, no es esta la cuestión, sino que se encuentran con un
bebé en los brazos y en muchas ocasiones, no saben qué hacer.
Temas en torno al sueño, al paseo, al baño… a la frecuencia de las tomas, a si han de eructar,
a cómo ponerlos en la cuna… sobre porteo, colecho, crianza en brazos,
alimentación complementaria, vuelta al trabajo… cualquier cosa simple pero que
en estos momentos supone un mundo para algunos padres primerizos e inexpertos.
Y llaman a una doula porque ¿a qué profesional pueden acudir?
Me contaba una mamá que, cuando su nena tenía diez
días se sentía desbordada. Le dolían los pezones, no dormía, creía que todo lo
hacía mal… Con su madre no podía comentar porque estaba en la época de cuando
ella nació, y no era eso lo que ella quería hacer con su hijo. Sus amigas aún
no eran madres y en su pueblo no había grupos de apoyo ni nada similar.
No conocía a nadie que pudiera ir a su casa y en
la intimidad del hogar, comentar estas “naderías” que le estaban agobiando. Y a
su pareja, también.
Acudió al pediatra y éste le dijo que “no podía perder el tiempo en esas
tonterías, que si el niño estaba sano, lo demás qué importaba y que se apañara
como pudiera”.
Pidió cita con su matrona en el centro de salud y ésta
le dijo que “tenía su tiempo ajustado
para atender casos de necesidad real”.
Me decía que buscó en Internet. Y le apareció la
palabra doula. Y supo que eso era lo que ella estaba necesitando. Y contactó
conmigo.
Cuando fui a visitarla estaba con su pareja, pasé
con ellos casi dos horas, escuchando, viendo las tomas, la postura... preguntas que
en condiciones normales el sentido común nos lleva a solucionar, pero que en un
estado de vulnerabilidad tal como es el puerperio, tal vez no somos capaces de resolver:
la temperatura de la habitación, si utilizar jabón para el baño, si usar
pañales de tela o de celulosa… Cuestiones que, puede que para alguien no sean
propias de una doula pero que desde la escucha, la información y la experiencia
se resuelven fácilmente, con empatía y desde ese apoyo emocional al que SIEMPRE
hacemos referencia.
Casi dos horas en su casa, el tiempo del trayecto y
billete de ida y vuelta en el tren, a unos 30 km de Valencia… algo que
evidentemente merece un tratamiento económico...
No sé si algún profesional de la salud, de la relación de ayuda, está
dispuesto a invertir su energía, su tiempo, sus palabras a cambio de una nimia cantidad de euros… No tengo ni idea a cómo se cotizan las horas de
profesionales universitarios, cualificados y colegiados. Pero desde luego que
debe de ser una cantidad compensatoria, por prestigio, por caché de la profesión
en sí.
Cuando se comenta por ahí que las doulas estamos
ocupando el puesto de ciertas profesiones, me gustaría unir a todas estas
personas, a estas madres y padres que no han sido atendidos “por no hacerles
perder su tiempo” y que han recurrido a una doula. Y a quienes directamente han elegido a una
doula por las características de esta profesión.
Nadie va a convencerme de que lo que hago no está
bien. Por “suerte” hay personas, madres y padres que me recuerdan que el sitio
donde estoy es el correcto. Y que si soy doula es porque… ¿tal vez hacemos falta?
Y no es ego,
ni falsa modestia, nada de eso.
Hace poco, cuando salí de visitar a unos papás con un bebé de 20 días, el
padre me despidió con un abrazo y estas palabras “con el papel tan importante que hacéis las doulas, no comprendo cómo no estáis en la Seguridad
Social y en todos los hospitales”.
Ni él ni su pareja estaban coaccionados,
ni fueron engañados. Buscaron a una doula porque sabían lo que les podía
ofrecer.
Artículo publicado en 2014 y actualizado a fecha de hoy
Artículo publicado en 2014 y actualizado a fecha de hoy
Que suerte que exista la figura de la doula! me gusta mucho lo que haces. Gracias por toda la información que compartes.
ResponderEliminarTus palabras me reconfortan y me animan a seguir en ello. Gracias a ti por expresarlo.
EliminarMe he encontrado con alguna nueva doula que con el cursillo rápido ya se arroga el título con alrededor de 20 años y me he quedado loca.
ResponderEliminarDónde esté una mujer con tu experiencia, que se quite todo lo demás.
Me encanta tu blog :)
En febrero nacerá mi primer hijo.
Eva, 15 semanas
Soy sabedora de eso que comentas. Algunas mujeres creen haber encontrado en esto un filón, pero andan muy equivocadas. Porque si no se ama este trabajo y se lleva con cordura y honestidad, rápidamente se les ve el plumero. Y las madres, siempre lo digo, no sois tontas, por lo que espero y deseo que sepáis elegir aquello que es mejor para vosotras.
EliminarNo quiero decir que mujeres jóvenes no puedan ser doulas, pero la madurez y la experiencia, aportan un grado.
Muchas gracias por tus palabras, te deseo un , feliz parto, vive a tope cada segundo con tu bebé.ahora en estado intrauterino y luego, a partir de su primer momento de vida.. y por siempre.
Un abrazo.