Me viene al recuerdo una chica a
la que conocí virtualmente. En una ocasión comentó que no le gustaban esas
diapositivas de “autoayuda” que circulan por ahí. Decía que es como si
estuvieran diciéndole todo el rato qué debía de hacer con su vida cuando ella
no había pedido consejo. Y había eliminado de su facebook a esas personas que
la bombardeaban con sus mensajes.
Lo cierto es que, en más de una ocasión recuerdo sus palabras,
especialmente cuando los mensajes van
sobre los apegos. Que si suelta tus apegos, que si no estés apegada porque noséqué (siempre buscando más allá...), que si con
apegos no se crece…bla, bla, bla… y tal vez no termine de entender yo a qué se
refieren estas personas tan iluminadas
cuando propagan esta filosofía… porque yo diferencio de los apegos a cosas
materiales de los apegos a personas queridas. A ver si me explico…
El caso concreto que me ocupa es
el siguiente. Esta semana mi hermana Carmen ha cumplido 60 años. Y me ha pasado algunos días recogiendo
fotografías desde antes de su nacimientos hasta el día de hoy, o sea, toda su
vida.
Imágenes de mis bisabuelos, abuelos
y abuelas, de la boda de mis padres, las de cuando éramos chiquititas, documentos
gráficos de situaciones trascurridas conforme hemos ido creciendo y ha
aumentado la familia…
Fotografías de momentos
especiales, situaciones tiernas y otras divertidas. Caras de personas muy queridas que
ya no están. Celebraciones, viajes, nacimientos, cumpleaños, despedidas ¡toda
una vida, jolín!
Y he estado durante el tiempo que
he necesitado para preparar el vídeo, con una sensación de mariposas en el estómago y con algunas lágrimas que no he querido evitar. Lágrimas
de pura emoción, de pura alegría por haber tenido la dicha de haber contado con
esas personas en mi crecimiento, por haber tenido la fortuna de haber vivido
momentos mágicos junto a ellas. Por haber reído, gozado y llorado junto a esos
seres queridos.
Y no he querido renunciar a esta sensación de apego mientras he
preparado, visualizado y grabado el vídeo. No he querido porque
forma parte de mi historia personal y, ni puedo ni quiero renunciar a ello. Soy consciente de que el pasado es eso… pasado
y, como dice Macaco, vivo en tiempo presente, pero no por ello renuncio a lo
que mis 63 años de existencia me ha aportado.
No todo ha sido un camino de
rosas en mi vida, pero en la balanza hay mucho de bueno que agradezco y que, a
día de hoy, ha sido necesario para conformar la mujer que soy en este momento.
Así es que, lamentándolo por esos
mensajes de desapego, todos los
personajes que por mi vida han pasado permanecerán en mi corazón mientras me
quede un hálito de vida. Y no por ello dejo de crecer, sino todo lo contrario. Mi
evolución es constante y mi caminar sereno porque sé que, alguno de los seres
que se fueron, están conmigo y acompañan mis pasos.
¡Feliz cumpleaños, hermana!
Gracias a la Vida porque nos ha puesto a tres grandes mujeres en el mismo útero, en el útero de una mujer grande porque hemos nacido de la misma madre. Por nuestro pasado y por esas personas queridas que siguen
estando a pesar de sus ausencias.
El apego a las personas queridas es sano y maravilloso.....buenos dias...
ResponderEliminarAsí es, Didi, yo siento lo mismo. ¡Me alegra volver a "verte" por aquí.
EliminarUn saludo.