Ortega y
Gasset dijo “yo soy yo y mis
circunstancias”. En estos momentos yo añadiría “y mi experiencia de vida”.
Paseando por
blogs, webs, foros, grupos varios y demás formas de comunicación a través de la
Red, generalmente de personas mucho más jóvenes que yo, y leyendo mucho, me reafirmo en la forma que nos marcan nuestras
experiencias personales, porque al fin y al cabo, así componemos nuestra
historia.
El caso es
que encuentro situaciones que se muestran como maravillosas, cosas que se
exponen como panaceas, supuestos recursos y soluciones… y no negaré que hay
cosas interesantes, pero la manera de presentarlas, francamente… me hace
percibir algo distinto a lo que posiblemente se pretende mostrar. Y la mayoría
de las veces, sonrío y me callo, porque realmente no tiene sentido que emita
opinión, no vale la pena que me pronuncie.
También me
sucede con la lectura de algunos textos, de comentarios, con el visionado de películas
incluso… es evidente que a cada cual le llega algo distinto y que la
interpretación estará en base a su propia vivencia y experiencia respecto al
tema en cuestión.
Y es que
claro, con sesenta y tantos ya ha pasado mucha agua por este río, y he visto en
numerosas ocasiones cómo más vale caer en gracia que ser gracioso.
El caso es
que me doy cuenta que no siempre gusta lo que digo, de que mi visión no es acogida
con agrado, pero ¡qué le voy a hacer! mis sentimientos ahí están y mis
percepciones, también. E intento, por encima de todo, ser fiel. A mí misma.
Shinoda Bolen
comenta en su libro “Las bujas no se quejan” que llegada cierta edad, las
mujeres no tenemos miramiento a la hora de decir lo que pensamos, lo que
sentimos.
Mi amiga Regi
utiliza el término de “sincericida” para mencionar a quien, yendo con su verdad
por delante, corre el riesgo de crearse enemistades… y lo cierto es que la
tengo muy presente y en la mayoría de las ocasiones recordando a mi padre,
antes de hablar cuento hasta mil, pero aún así, ni quiero ni puedo olvidar la
experiencia de vida que me conduce y en base a ella, he de emitir mi
sentimiento y mi opinión si llega el caso.
No penséis
que me ha ocurrido algo serio. No para nada. Son reflexiones de un viernes
tarde de un día festivo y aburrido en mi ciudad. Son reflexiones mientras
descanso un momento tras estar preparando toda la documentación para el seminario de este
fin de semana. Son reflexiones que me llevan rondando durante un tiempo y que
al final, he de soltar en este confesionario.
Me quedaré
igual, pues a nadie le importará lo que sienta, ni pretendo nada especial más
que soltar lastre. Me sienta bien escribir sobre lo que me inquieta. Y este era
un pensamiento algo recurrente, así es que desde ya mismo, lo despido. ¡Y a otra cosa… mariposa!
gracias ...siempre tan acertada ...o sera que coincidimos en pensamientyo y vibracion ??? la verdad sale a la luz ....siempre ...pero ultimamente a las que tienen los cojones ...no cuesta decitrla ...ya no hay que diran ....no importa ...como dice tu amiga ...la sinceridad ...es esencial para poder vivir ..hoy en nuestras edades ...no importa en que latitud....y el equilibrio se demuestra por.. si solo cuando surge ..... es que hay tanta diversidad hoy en dia ...pero ser fiel a los ideales es ser ...para mi humilde opinion ....el resto ...o la gente que no se anima ....es vivir careteando la vida ...comparto brindemos concha ...jajajjajaaj
ResponderEliminarGracias querida. El que tú y yo estemos "hablando" desde latitudes tan distintas nos muestra que no hay impedimentos a la hora de comunicarse con palabras honestas. Y te aseguro que me resulta más fácil hacerlo contigo que con algunas que tengo más cerca.
EliminarBrindemos compañera ¡por nosotras! Y a quien no le guste, ¡que se lo respire!
Te abrazo, Claudia.
jajajajja brindemos!!!
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