Rebelde y enfadada con el mundo



“Rebelde y enfadada con el mundo”. Así me ven estos días mis hijos. Y es verdad.

No sé si preferiría ser happy flower, estar todo el día zen, escudarme bajo el pensamiento de que todo está bien y pasa porque tiene que pasar… sin embargo, lo cierto es que no, que mi parte terrenal subversiva aflora ante una situación en la que me siento al límite.

Tras casi dos meses de confinamiento, y en los que he pasado por varios estados de ánimo como os conté en esta entrada, vuelvo a verme en caída libre. Y es que las expectativas no son buenas, lo sé.

Ayer, el Ministro de Sanidad dijo que en Valencia NO pasábamos a la fase 1, lo cual significa continuar todavía en este estado de monotonía, de limitación de mis libertades, de salir a pasear cuando ellos quieren, de hacer todos los días lo mismo…

Y vuelvo a las expectativas. Porque había pensado que, en nuestra Comunidad el número de contagiados y fallecimientos iba a permitir más libertad de movimiento. Y Marido y yo habíamos hecho planes para irnos al pueblo y quedarnos unos días, para caminar por el monte, para cuidar y recuperar mis plantas (no son unas plantas cualesquiera, de ahí mi pre-ocupación). Me había hecho la idea de coger la manguera y regar, cosa que me relaja un montón, de salirme al jardín con un libro, de dejarme el ordenador en casa y ceñirme a lo justo y necesario a través del whatsapp…

Pero no.

No me dejan.  Y esto me enfada, me cuesta aceptar algo cuando creo que no es justo.  Y no vale que alguien me diga que son las normas por el bien de todos, que es lo mejor, que bla, bla, bla, porque ya lo he discutido hasta la saciedad.

Voy a cumplir 68 años, llevo mucho camino andado, tengo una vida activa e,  irremediablemente, estaré en casa sin mi familia, como hemos estado en el cumpleaños de Marido, de Manuel y de Pau, mis hijos varones.  

Y me sigue costando aceptar que alguien piense por mí y me diga qué he de hacer siendo como soy una mujer responsable y con sentido crítico. Aunque quizás ahí radica todo, en tener sentido crítico y no andar por donde quieren que ande.

Y es que siempre he sido así, me cuesta ser sumisa, ¡qué le voy a hacer! Ya no lo era cuando joven, lo que me llevó a muchas diferencias con mi padre.  A diferencias con otras personas, incluso con supuestas “amigas” …

Bueno. Ya está bien. No voy a irme por otros derroteros.

Hoy necesitaba volver aquí para soltar esto. A veces siento que es el único espacio donde puedo expresarme sin temor a que me riña nadie… por no ser una niña buena y obediente.

Es lo que hay.

Comentarios

  1. Yo pienso como tú, no es cuestión de rebeldía, es cuestión de coherencia...y cuando hay normas coherentes no me cuesta cumplirlas...pero cuando éstas son absurdas...pues me cuesta mucho y me enarbola...
    Por cierto, soy Rocío de Ibiza

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    1. Así es Rocío, es que tengo la sensación de que ya ni siquiera expresarnos podemos, por eso he lanzado este escrito al viento, y me alegra que te haya llegado. Vuelve a haber algo que nos une. Te abrazo, querida.

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  2. Perfecto.
    Ese es tu sentir.🙏

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    1. ¡Jajajaj! Claro hermana, por eso lo escribo YO, cada cual tendrá el suyo... o no, simplemente sentirá que "todo está bien". Te quiero, bonita.

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  3. Wou, me produce una admiración tremenda leerte y escuchar un discurso tan distinto por ejemplo al de mi padre, que está muerto de miedo y totalmente aislado del mundo para no contagiarse, confiando en cada medida y cada directriz. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Acabo de leer un artículo que cuestiona el encierro, puesto que al final otros países que no lo están haciendo van a llegar a resultados más favorables o iguales. El mensaje es contradictorio, por un lado nos dicen que es un virus X como otros, que necesitamos inmunidad de grupo y por otro lado diseñan un encierro de medida nuclear. En qué quedamos? Te entiendo y te mando un abrazo que te de sosiego!!!!

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    1. ¡Oh! muchas gracias, ¡me alegra leerte por aquí!. Si, esa es la cuestión. Yo no cuestiono la virulencia del virus, ni cuestiono la necesidad de un primer confinamiento por parar la expansión, sin embargo ahora veo muchas incongruencias que a mi alma rebelde le cuesta aceptar. He cumplido las normas al máximo, soy responsable de mis actos y evito hacinamientos... Puede que hayan cosas que se me escapen, como a todo el mundo, respecto a estar normas tan rígidas todavía... que cada cual haga lo que quiera, yo estoy cansada de no poder ser yo. Un abrazo grande, gracias por tus palabras.

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