Ser MADRE. Sin fecha de caducidad.



Días atrás contactó conmigo una joven mujer y madre, de Barcelona. Está haciendo un máster en la Universidad y tenía que preparar un trabajo sobre la maternidad. En concreto le interesaba mi visión desde el punto de vista de una mujer con hijos adultos. Como es seguidora de mi perfil en RRSS pensó que sería buena idea que yo respondiera a sus preguntas, cosa que hice encantada y agradecida.

Y es que, tal y como le dije, la maternidad no tiene fecha de caducidad. Porque una madre, es y será mientras ella viva, mientras vivan sus hijas e hijos.

Este tiempo de confinamiento me ha llevado a muchas reflexiones. Ya comenté en mi anterior entrada mis subidas y bajadas de ánimo, y por lo que estoy viendo, no he sido la única en sufrirlas, aunque sí, tal vez, de las pocas en contarlas…

Y estando cerca el día de la Madre, también me ha dado para reflexionar sobre ello.  Porque, como suelo comentar, la maternidad que muchas veces se vende está azucarada y pocas veces se habla de lo que sucede entre bambalinas, del cansancio, de las noches sin dormir, de la bajada de autoestima, incluso del arrepentimiento por haber sido madre y la consiguiente culpa… esas emociones que, muchas mujeres sienten y que no se permiten expresar por miedo a la etiqueta, por miedo al juicio y desprecio.

El caso es que, con mi edad y mi carácter, pocos, por no decir ninguno, son los miedos que me acompañan. Y lejos de ser aguafiestas, ceniza, o agorera, me gustaría plasmar esas reflexiones sobre la maternidad que van más allá del puro gozo que supone criar a un bebé a pesar de las noches de insomnio.

También me erijo portavoz de todas esas mujeres de mi edad que me comentan las situaciones que viven, pero sobre todo, que sienten con sus hijas e hijos, y que no se atreven a comentar con nadie para que no las tilden de “malas madres”
Emociones varias, de frustración, muchas de dolor, que se tragan y que se gestionan como pueden, aunque sea a través de una fibromialgia…

Antes de comenzar diré que desde la observación, lo que he leído e incluso desde mi propia experiencia personal, no es igual la relación entre madre-hija que entre madre-hijo.  
El tema de la relación madre-hija me acompaña y me interesa desde el momento concreto en que fui consciente dónde me hallaba: entre una madre que se hacía mayor y una hija joven con energía arrolladora. Y yo, en medio, sin encontrar mi espacio… años de auto observación, de lecturas y de trabajo personal.

No hace falta que me presente, aquí, podréis ver mi perfil. Baste decir que estoy rodeada de mujeres jóvenes que me aportan datos desde un conocimiento empírico y que me sirven de inspiración, al mismo tiempo que me aportan ilusión y ganas para seguir andando este camino que he elegido.

Mañana es el día de la Madre. Tú que tienes un bebé que te sonríe cuando te mira, que te llena de ternura cuando le amamantas, que tienes una hija o un hijo para quien eres su todo y que te hace sentir la mujer más feliz de la tierra. Tú que tienes una, o varias hijas , o hijos, que se miran, que te miran y se proyectan en ti, que sientes que el mundo se para cuándo te abrazan y te dicen cuánto te quieren…
Atesora esos recuerdos, esos momentos. Guárdalos como el mayor de tus bienes. Recuérdalos como algo maravilloso porque, tal vez, algún día los necesites para seguir viviendo… porque la memoria es frágil y, en ocasiones, olvidamos que aún siendo madres... también tenemos una madre para la que un día fuimos su razón de vivir.

  • Cuando esa niña, o niño, sea una adolescente y sientas que, digas lo que digas, y hagas lo que hagas, nada está bien…
  • Cuando comience a traer a sus parejas a tu casa y sientas, que tal vez no sea la mejor persona para ella, o para él, callarás y aceptarás, porque lo que puedas decir no valdrá nada...
  • Cuando seas abuela y te diga que tú no tienes ni idea de criar, que antes era así y ahora las cosas han cambiado…
  • Cuando te consideren mayor y apenas tengan tiempo para ir a verte, porque andan muy “liadas”,  muy "liados"…
  • Cuando estés en una Residencia de mayores y vayan a visitarte en Navidad, porque para qué ir más a menudo si apenas te enteras…

Sí, vive la infancia de tus hijas, de tus hijos,  con toda la intensidad que puedas. Toma conciencia de cada momento teniendo presente que estás haciendo lo mejor que sabes y que puedes, arreglo a tu experiencia de vida, situación y momento personal. 
Y si sientes, si tienes la sospecha de que algo no haces bien, busca ayuda.  Lo que hagas ahora perdurará siempre. En tu recuerdo, de una manera.  En el suyo, de otra. 
   ¡Feliz día de la Madre!  Y que las Madres del mundo sean felices no solamente uno, sino todos los días de sus vidas.

Comentarios

  1. Gracias por compartir tu visión de la maternidad, Concha! Cuando tenemos niños pequeños muchas veces nos agobiamos con los pequeños problemas diarios, y no nos damos cuenta que tenemos que disfrutar cada segundo porque a pesar de ser madres par siempre, la relación con nuestros hijos cambia contínuamente, y el tiempo en el que son pequeños es muy dulce pero también muy breve...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cierto es, cuando son pequeños nos agobiamos -o no- y cuando nos hemos dado cuenta, son mayores y casi que pasan de nosotros... Vivir el momento y disfrutar plenamente, no hay otra. Muchas gracias por tus palabras.

      Eliminar

Publicar un comentario

Dime tu OPINIÓN, por favor, me interesa y mucho

Si no usas ninguna cuenta, ELIGE la opción Nombre/URL, luego ESCRIBE tu nombre o nick y deja en blanco URL.
Dale a continuar, escribe tu comentario, pincha en PUBLICAR un comentario...

Gracias.