Acompañamiento. La experiencia de Claudia

 



A pesar de que la figura de la doula es cada vez más conocida en todo el mundo, a pesar de que todos los años surgen un montón de nuevas futuras doulas de todas las formaciones que se ofertan en nuestro país, seguimos siendo un colectivo muy poco solicitado y por tanto, una profesión de la que es imposible vivir.

Tengo la sensación de que son las propias mujeres que han tenido a una doula como acompañante en cualquiera de sus etapas de la maternidad, quiénes no se atreven a decirlo ¡a gritarlo! abiertamente como si se tratara de algo a ocultar.

Quienes me seguís en este blog, podréis ver que hay testimonios de partos de algunas de las mujeres a las que he acompañado.  Son las que han querido contar su experiencia, o me han dado permiso para que la cuente yo con el fin, precisamente, de que todas las mujeres sepan qué puede hacer una doula acompañante en el trascurso de cualquier proceso en la maternidad.

Claudia, una de las pocas mujeres a las que he acompañado en su embarazo y preparto en estos tiempos pandémicos, está escribiendo el relato de su parto y me lo mandará para que lo publique tan pronto lo tenga. De momento, me ha enviado unas letras en las que cuenta brevemente su experiencia con una doula, conmigo. Y es lo que os comparto a continuación.

 


“Hoy hace 44 días que parí a mi hijo y no puedo dejar de pensar en lo diferente que hubiera sido todo sin una doula.

El sistema no nos acompaña, nadie sostiene la emoción que supone escuchar el latido por primera vez, o no escucharlo. Nadie acompaña el miedo a las constantes (y a veces innecesarias) pruebas. Nadie explica amorosamente los derechos que tenemos las mujeres, las madres.

Por eso creo que es importante tener una Doula. Es importante durante el parto, para mí lo fue, ese era el motivo principal que me hizo contactar con Concha. Pero es igual de importante durante el embarazo y durante el postparto. “¿Cómo estás?” Esas palabras mágicas que a la mayoría de gente se le olvidan al ver a tu criatura.

Gracias Concha por ayudarme a poner palabras a mis emociones, por hacerme sentir acompañada y sostenida, por cuidarme y escucharme.

Ojalá las doulas no fueran necesarias, eso significaría que el sistema funciona. Pero mientras tanto: ¡Madres, buscad una doula! Y si es Concha, mejor”.

 

Gracias por estas palabras y por la confianza demostrada a lo largo de todo el acompañamiento, Claudia. Y gracias por enviarme este sentir tuyo que tan gustosamente comparto en mi blog.

 Siempre tuya. Tu Doula

 

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